Efecto Dunning-Kruger

El Efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo en el que personas con baja habilidad tienden a dar autoevaluaciones demasiado positivas en esta habilidad, de alguna forma también queda involucrado en este efecto lo contrario, cuando personas con altas habilidades tienden a dar autoevaluaciones muy modestas y subestimar su habilidad.

Personas que son incompetentes en cierto campo tienden a ignorar o no ser concientes de esta incompentencia y por eso me llamó escribir hoy sobre esto justo luego de hablar un poco sobre el Síndrome del Impostor.

En ambos escenarios me imagino que aplica la frase «Finge hasta lograrlo» (que suena mejor en inglés «Fake it till you make it»).

  • Una persona con síndrome del impostor está dudando de ser la idónea para un cargo, teme que descubran que es un fraude, que de alguna forma logró burlar a todos en el proceso de selección pero no era quien mejor se adaptaba a lo necesario (eso lo tiene en su mente) pero decide ir por la vida fingiendo que todo va bien y demostrando que sí sabe lo suficiente y haciendo las cosas bien.
  • Una persona con efecto Dunning-Kruger está segura de ser la idónea para un cargo, está segura de que era la elección obvia, que de alguna forma se demoraron demasiado para darse cuenta que era quien mejor se adaptaba a lo necesario (igual esto lo tiene en su mente) va (involutariamente) por la vida fingiendo que todo va bien (de verdad cree que todo va bien) pero igual termina aprendiendo lo suficiente y haciendo las cosas bien.

Cuántas veces habré pasado yo por este efecto, sí se me vienen a la mente personas que sin duda pasaban por este efecto. Cuántas veces habré estado sobreestimando mi capacidad. También, cuántas veces habré estado subestimando mi capacidad.

Es, creo yo, condición humana esto de estar en ese vaivén, en ese asimilar o tratar de entender las capacidades propias, evaluar y comparar con los demás, ver cómo nos califican los demás, en qué estima tienen a nuestra forma de interactuar, de decir y de hacer y también de aprender nuevas cosas. A veces nos equivocamos, no cachamos que somos mejores o peores, no somos capaces de comprender cuándo estamos sobreestimando o subestimando.

Dependiendo de la situación esto será más o menos crítico, es común escuchar que la única forma de aprender es haciendo, pero tratar de hacer algo demasiado complejo sin tener la suficiente base de conocimiento y experiencia puede resultar trágico. Es importante saber qué riesgos podemos tomar y qué riesgos no, pero una vez más el tener claridad de nuestras capacidades va a definir qué es factible y qué no.

Ahora claro, ya viéndole desde otro lado, alguien que esté pasando por este efecto y esté en una posición de alardear sobre su capacidad aunque muestra su clara incompetencia ya es de plano negativo y ya es algo que debe ser solucionado, aunque muchas (muchísimas) personas han hecho de ese tipo de actitud su forma de vida y con resultados buenos (solo para ellos claro, porque para los demás, qué sabremos). Creo que este meme es una buena representación de este tipo de posición.

Ser abiertos a recibir retroalimentación es crucial, la única forma de ir perfilando y adecuando la forma cómo nos percibimos es contrastarla con lo que ven los demás. Si hay demasiadas diferencias entre lo que creemos de nosotros mismos y lo que los demás nos pueden decir hay algo que corregir. Pero igual, no podemos regirnos solamente por lo que digan los demás… es complicado.

Per aspera ad astra

Per aspera ad astra (o al revés, ad astra per aspera) es una frase en latín muy popular.

Según la IA de Google:

«Per aspera ad astra» es una frase en latín que significa «a través del esfuerzo, el triunfo», «por el sendero áspero, a las estrellas», «por las rudezas del camino, hacia las estrellas» o «hacia las estrellas a través de las dificultades». Es una de las frases más conocidas de Séneca.

Y resulta que también es una frase super tatuada, al buscarla en Google y ver imágenes de una salen una bola de tatuajes con esa leyenda.

En fin, es una frase popular, está en latín lo que le da cierto aire de misterio, si alguien no la conoce de una te preguntará qué significa, mucha gente la usa en sus estados de WhatsApp, en sus bios de redes sociales [yo de hecho la usé un buen tiempo en Twitter que como ya les he contado es como que mi única red social activa (aparte de WhatsApp)] y claro es una frase significativa, de alguna forma tenemos grabado en la mente que cualquier cosa que valga la pena solo se obtiene por medio del sacrificio y las dificultades, y es bueno pensar que aunque la cosa se ponga difícil uno puede surgir y llegar muy alto (hasta las estrellas, qué diablos). Es una frase que durante mucho tiempo me representó.

Pero ya no me cuadra.

Ya no creo que sea necesario pasarla mal para llegar a un punto bueno en la vida. Al contrario, creo que debemos velar porque las cosas se den de forma buena y no forzada, que se puede obtener un buen resultado sin que el camino haya sido todo escabroso, que no hay nada de malo en que todo haya resultado fácil y acorde a lo planeado, que no hay vergüenza en que las cosas se te den de forma sencilla.

No hay que tener cargo de conciencia por estar o sentirse bien por lo que eres / tienes / vives sin importar si lo conseguiste con dificultad y esfuerzo o se te otorgó o heredó o regaló. En nuestra intención de dar ánimo a alguien o a nosotros mismos cuando las cosas están mal terminamos como invalidando, haciendo de menos o hasta odiando que a alguien le vaya bien solo porque sí. Que alguien haya llegado ad astra pero sin pasar per aspera termina siendo como mal visto.

No soy un loco de la manifestación pero sí creo que de cierta forma el tener esa forma de pensar hace que llamemos a los problemas. Que para validar nuestros logros tenga que existir una historia cruenta y dura, algo dramático que luego en comparación con lo logrado sea diametralmente diferente y podamos decir – Me lo merezco – solo porque lo pasamos muy mal antes. Creo que no está bien que pensemos que debemos pasarla mal para poder merecer que nos pase algo bueno.

Mucha gente de mi vida, y yo mismo, hemos pasado por relaciones malas, por malos trabajos, por malas experiencias en la escuela/colegio/universidad, por enfermedades, y muchas veces nos quedamos anclados en eso, decidimos quedarnos con esa justificación para poder decir a los demás – sí, ahora estoy bien, pero acuérdate lo mal que estuve en ese entonces – y ahora creo que no es necesario. No es indispensable pasarlo mal, no es necesario justificar que nos vaya bien.

Por supuesto que cuando alguien logra salir adelante luego de una situación compleja, complicada, es digno de reconocerlo, de celebrarlo incluso, pero pasarla mal no es un requisito. A veces también podemos elegir un camino tranquilo.

Tú estás para más

La gente siempre tiene opiniones sobre ti. En su opinión siempre creerán cosas en positivo o en negativo.

En negativo, qué importa, al carajo la gente y sus opiniones.

El problema está cuando es en positivo. Aparece alguien y te dice – sí, sí,  buena cosa lo que has logrado, pero tú estás para más – y chévere, gracias por el voto de confianza, pero qué sabe la gente sobre lo que estás viviendo en ese momento, y del camino que seguiste para llegar a donde estás. Y ese alguien te dice eso en relación a todo:

  • Que si eliges una carrera profesional que te gusta pero que a la gente no le parece lo suficientemente sofisticada o lucrativa – tú estás para más.
  • Que si estás con una pareja a la que quieres y con quien te llevas bien pero que a la gente no le parece lo suficientemente buena o guapa o adinerada o lo que sea – tú estás para más.
  • Que si consigues un trabajo que te agrada pero a la gente no le parece lo suficientemente interesante o el sueldo no es astronómico – tú está para más.
  • Que si decides mudarte a un lugar que te parece bien pero a la gente no le resulta lo suficientemente exclusivo o bonito – tú estás para más.
  • Que si quieres comprar un auto chico y a la gente no le parece lo suficientemente lujoso – tú estás para más.

Y así con todo, y medio fresco e ignorable cuando ese alguien es alguien más en verdad, pero cuando ese alguien eres tú, estás fregado. Si vives con esa constante sensación de que no estás logrando lo que se espera de ti, ya sea porque tienes títulos o por lo que sea y tienes en el cerebro en bucle la cantaleta de que – tú estás para más – vas a vivir un tormento. Tampoco abogo por el conformismo, pero hay que saber encontrar un punto adecuado, lo suficientemente bueno para ti y los tuyos, saber a quién escuchar y setear objetivos acorde a tus deseos y tener la entereza de defender lo que quieres y en lo que crees. Tratar de encontrar lo que es importante y bueno para ti.

También está la probabilidad de que alguien te diga de forma real y honesta que estás para más y te ayuda a abrir los ojos cuando te encuentras en una situación realmente mala, si estás en una relación abusiva y violenta, si estás en un trabajo donde te explotan, si estás en un círculo vicioso literalmente sin lograr escapar de drogas, alcohol y otras adicciones, posiblemente ahí alguien que te quiere bien podrá decirte – tú estás para más – y ahí será cierto y deberás encontrar la forma de salir.

Piensa bien lo que es importante, valora bien lo que tienes y lo que está a tu alcance, quién quita, tal  vez resulta que no estás para más.

Respetar el proceso

El proceso es importante. No voy a hablar de algún proceso que se use o se haya diseñado en alguna compañía para cumplir cierta actividad, es sobre el proceso de aprendizaje, de desarrollo profesional, de desarrollo de cada persona. Como iba diciendo, el proceso es importante. Ir ampliando nuestro conocimiento y experiencia de forma gradual y ordenada, con cierto sentido, con algún objetivo. Es un proceso que se va desarrollando como la vida, poco a poco, con aciertos y fallas, con éxitos y fracasos. Es un proceso que nos va forjando y que nos convierte poco a poco en quiénes somos (y ojalá en quienes soñamos ser). Es un proceso. Y es leeeeeento.

Pero el proceso es necesario. El conocimiento no se puede solo extraer de lectura y memorización, es necesaria la práctica, la experiencia, dedicarle tiempo para ganar real pericia. Es necesario vivir eso, pero no queremos. Por eso tratamos de encontrar cualquier tipo de ventaja que nos pueda ayudar a saltar el proceso. Más títulos universitarios, más certificaciones, más cursos, más diplomados, más cosas que digan que sé hacer cosas aunque en realidad aún no sepa hacer cosas pero que me van a ayudar a que alguien más crea que sé hacer cosas y que me contrate para hacer cosas para poder hacer cosas y aprender realmente a hacer cosas (algún rato de ley me tocará escribir algo sobre la contratación y eso, qué loco que es el sistema que hemos creado).

Queremos saltar el proceso. Porque ni siquiera se busca el aprendizaje, porque la gente solo quiere tener el título, la credencial. Quiere ser Máster, Magister, PhD… pero no quieren aprender (en muchos casos, o sea yo sé que no todos; si ustedes no, qué mejor) y sí, se inscriben en el curso/maestría/diplomado pero les da lo mismo aprender o no, quieren el certificado/título/diploma. ¿Me pueden dar el cartón solamente pagando? Cállese y tome mi dinero.

Esto es algo que digo de primera mano, hace unos años seguí una maestría en línea, mis compañeros eran en su mayoría jóvenes, pensaba yo que iban a tener el ímpetu de estudiar y aprender, pero no, usaban eso sí su habilidad y conocimiento tecnológico para poder copiar y poder hacer lo mínimo posible para que les den el título (nuevamente no todos, pero sí un número muy importante) se notaba esa desidia, ese quemeimportismo, no era el aprendizaje, no eran las lecciones magistrales de los profesores, solo necesitaban el título para poder decir que son master, para poder cumplir con ese requisito laboral/social. (Igual, hablar sobre si es más importante el título o la experiencia es un bucle). Creo que muchos de ellos querían su título para saltarse el proceso, para no tener que pasar por todos los niveles de la escalera corporativa, para poder llegar más rápido ¿a dónde? ¿Para ganar más más rápido? Tal vez. Pero yo era testigo de cómo muchas personas que se graduaron en esa promoción y que subieron fotos saltando con el título en sus historias de Instagram habían pasado todo el tiempo buscando formas de hacer trampa y siendo muy pero muy descarados al respecto. Querían saltarse el proceso.

No hay que saltarse el proceso. Nuestra experiencia no se puede aparentar. El conocimiento no se puede fingir. Muchos dicen que puedes fingir hasta lograrlo (que en inglés suena más bonito por la rima) pero incluso para poder fingir debes tener ya cierto nivel que te ayude a luego catapultar el aprendizaje. El proceso es necesario y por más formas que busquemos para evitarlo siempre que lleguemos a algún lugar sin estar preparados se va a notar y dependiendo de lo que tengamos a cargo va a ser más o menos fuerte el efecto y las consecuencias de nuestras carencias de conocimiento y pericia.

Hay que respetar el proceso. El proceso es necesario y nos toca encontrar gusto en vivirlo, nuestro ritmo de vida actual nos pide que todo lo hagamos rápido, que todo lo consigamos pronto, que todo sea inmediato. Ojalá podamos encontrar la calma para vivir nuestros procesos y que nos permita ser mejores de verdad y ayudar y servir y sonreír.

Realmente no importa

La idea de este post viene de este tweet

Las personas que trabajamos en tecnología muchas veces nos enfocamos demasiado en los detalles, en qué tecnología se debería usar, en qué stack y lenguaje de programación se debería usar, en qué metodología y marco de referencia se debería usar … y la realidad es que eso a la larga no importa.

Y no me malinterpreten, creo que una arquitectura y diseño y toma de decisión adecuados son clave para poder llegar a entregar una solución adecuada a los problemas del cliente o del negocio que va a utilizar una solución, pero muchas veces nos enfrascamos en cosas que son más bien cosméticas, que no son relevantes a la larga y que incluso nos terminan metiendo en grandes problemas durante la implementación solo por decir que estamos usando cierto tipo de herramientas que están en tendencia pero que no necesariamente son el mejor camino. Pero estamos ya tan metidos que debemos sacarlo adelante como sea, debemos llegar hasta el final porque sino estaríamos aceptando que la decisión inicial fue un error y todo podrá ser pero jamás vamos a aceptar esa equivocación.

Agarrar modas tecnológicas y probarlas está bien, es necesario experimentar, pero así mismo debemos ir siendo muy realistas y decir con claridad cuándo algo está bien y cuándo algo no está dando el resultado que se buscaba. El usar o no cierto tipo de característica, de estrategia, de detalle al cliente final no le importa, no le importa si estamos usando contenedores, no le importa si estamos usando microservicios, no le importa si estamos en la nube o on-premises, no le importa si estamos usando JavaScript, Python, Java, Ruby o cualquier otro lenguaje, le importa que funcione, no le importa que que estemos usando los últimos avances en frontend para que hayan las mejores animaciones y los bordes más redondeados en los botones, le importa que cuando haga clic todo se almacene donde debe y su trabajo pueda ser realizado. El resto no importa, es bonito tenerlo, pero no es el propósito.

Ir a extremos para lograr cierta característica que nos parece lo mejor también es otra cosa con la que hay que tener cuidado, enfocar mucho tiempo en lograr que algo muestre un dato en tiempo real por ejemplo, o buscar que un informe se genere sí o sí a cierta hora del día muchas veces es innecesario. Muchas veces se siguen buscando también ciertos hitos por costumbre, porque algún día una persona que a veces ya ni está en la compañía dijo que lo mejor era que se haga así, o que revisaba el informe cada día a las 8h00 y por eso la gente se vuelve loca en lograr que el informe esté a las 8h00 cuando la persona que ahora revisa el informe lo hace pasado el mediodía, son solo ejemplos mezclando realidad y ficción, pero yo sé que muchos hemos visto este tipo de cosas que ya se dan por sentado y que son hechos (dogmas) y muchas veces realmente ya no importan.

Es importante que revisemos de forma periódica el trabajo y cómo se hace, es importante detectar cosas que ya no son relevantes, no seguir haciendo siempre lo mismo porque sí, no seguir de cajón haciendo tareas repetitivas cuando se podría cambiar, es importante saber cuándo ya se debe cambiar algo.

Cuestionar la forma como trabajamos es importante, podremos encontrar de seguro cosas que realmente no importan y reemplazarlas por algo de mayor relevancia.

La regla de los 10 años

El otro día me topé con este artículo The ten year rules: Change your life every decade. En resumen, se trata sobre el consejo del autor quien recomienda cambiar completamente de actividad cada 10 años, en busca de nuevos retos y de crecimiento personal y profesional. Cuenta sobre sus cambios de actividad que van desde ser músico hasta profesor universitario.

Me pareció una perspectiva interesante y me puso a pensar en mi pasado y mi carrera profesional, en la que de alguna forma he ido cumpliendo esa regla sin proponérmelo.

Aunque he ido contando en este blog varios de estos momentos con mayor detalle, en breves rasgos mi carrera sí tiene momentos bien marcados. Unos 7 años de empleado en los que yo llamo trabajos turros (no es ingratitud, solo realismo, no fueron los mejores), 10 años de estar a tiempo completo en mis empresas (super divertido y gran parte de lo que cuento en el blog viene de esta época, financieramente riesgoso), 3 años y contando de trabajo para otra compañía y mis proyectos propios como complemento (mucho más estable, necesario, justo coincide con mi paso a ser padre).

Cada cambio fue significativo, cambió mi forma de vivir y ver las cosas. Cada cambio también se fue construyendo con lo aprendido en el periodo anterior, así se va dando la vida siempre, pero es interesante pensarlo desde este punto de vista, de buscar cambios y hacer las cosas diferentes. Cada cambio va creando una capa más de conocimiento, va quitando también esa voz en la cabeza que te dice – ¿Y qué tal si hubiera hecho esto? – porque igual ya lo vas haciendo, ya sabes si fue bueno o fue malo, si te equivocaste o si aunque todo estaba en contra igual todo salió bien. Igual no es mucho, es enfrentar este tipo de cambio grande unas 6 veces en la vida, suficiente con todo lo que implica emprender nuevos caminos. No sé, me gustó pensar en esto.

Ojo que el 10 es una referencia numérica, no por cumplir una regla loca que leíste en internet vas a cambiar una actividad que está dando sus frutos y está dando buen resultado. Pero de alguna forma el artículo sí te insta a buscar ese cambio, si algo no está saliendo bien búscalo más pronto, si algo está caminando sin problema dale más chance. De mi experiencia puedo decir que ha sido bueno, ya hasta tengo cosas para escribir por aquí.

Recuerdo Reloco: Mongo Mongo

Un día estaba en una implementación en las oficinas de un cliente [Era común en ese entonces que yo vaya a las oficinas de forma presencial y que me acomoden en algún puesto disponible o que me hagan compartir escritorio con la persona encargada del trabajo que se estaba haciendo. En ese esquema uno terminaba siendo parte del día a día de la gente que estaba ahí, terminabas enterándote de cosas, los veías interactuar en su cotidianidad y mientras más largo era el tiempo de permanencia en algún proyecto terminabas incluso estableciendo cierto nivel de confianza en el que la gente como que ya perdía el recelo inicial de «este man es proveedor, mejor no digas eso» y terminabas escuchando alguna que otra cosa ya subida de tono. Normal(?)]. El gerente de tecnología no tenía una oficina cerrada así que se podía escuchar también todo lo que comentaba con la gente a su alrededor. De repente, se empezó a reír. Dijo algo así como esto:

-Gerente de Tecnología: Jajaja, les pedí a unos manes que me manden una propuesta para la aplicación que queremos desarrollar. Son nuevos parece.

-Persona del escritorio de al lado: ya, ¿y?

-G.D.T.: Ahorita veo la cotización el precio no está tan mal pero me ponen que quieren desarrollar en JavaScript y de base de datos quieren poner algo llamado Mongo.

-P.D.E.D.A.L.: yaaa, ¿y?

-G.D.T.: %*%$¡#* eso me pasa por hacerme el que le doy chance a empresas nuevas *$%&*!!!

-P.D.E.D.A.L: jajaja… pero ¿por qué o qué?

-G.D.T.: $%&*$%&!! yo esperando una cotización seria y estos $%%***#»# me vienen con que me van a poner de base de datos algo llamado Mongo Mongo, qué también será esa huevada??

-P.D.E.D.A.L: jajajaja Mongo Mongo, mándales a la $%&*#$%!!

-G.D.T: ya no les voy a ni a responder, me vienen con payasadas. Mongo Mongo, jajajaja.

El chistecito de Mongo Mongo continuó por días. Era el año 2017, MongoDB ya existía como hace una década, la empresa puso en su propuesta que iban a desarrollar una aplicación MEAN (por sus siglas, MongoDB, Express, Angular, Node) y la persona que recibió el documento, desde la más profunda ignorancia, no solo que no le pareció buena solución, se burló del nombre de la tecnología que proponían usar, no se dio tiempo ni de googlear a ver qué era eso que le habían dicho, lo descalificó de inmediato desde su completo desconocimiento.

Ser gerente no implica saber todo, es deseable que se tenga al menos un conocimiento genérico de las cosas, eso sí, pero al menos se debería tener la mente abierta, informarse cuando se encuentra algo nuevo y desconocido, aceptar también la ignorancia y buscar ayuda. Mientras más informado estés, mejores decisiones podrás tomar.

Supe que luego de poco tiempo esta persona ya no estaba ahí en esa posición estratégica. Ojalá que eso haya implicado que hubo un cambio para mejor en esa organización, aunque de alguna forma todo ese equipo ya estaba viviendo según lo que ese gerente había definido tanto a nivel técnico como cultural.

Era interesante esa vida de ir entre diferentes empresas y ver desde fuera cómo hacían las cosas, aprendí cómo hacer muchas cosas y también (como en este caso) qué no está bien.

La rutina

Cuando alguien dice algo sobre la rutina, creo que normalmente se asocia a algo negativo. O sea, la rutina de la vida, hacer todos los días lo mismo, no encontrar alegría en nada de lo que se hace, ser absorbido por un bucle de acontecimientos que se suceden sin fin. Te venden, por ende, muchas formas para salir de la rutina, entretenimiento, viajes, paseos, lugares. Sal de la rutina. Pequeños destellos, momentos específicos que ya sea porque son totalmente diferentes o simplemente algo nuevo te hacen salir de la rutina. Y se hace parte de tu rutina, lo pones en tu rutina, ahora ir a un lugar nuevo cada vez es algo también rutinario. Tener vacaciones en cierto mes y hacer un cierto viaje a cierto destino, es parte también de tu rutina. Podemos ver capas y capas de actividades y de formas de tratar de salir de la rutina pero siempre se vuelve parte de la rutina. Pero así es, o así debe ser, todo el mundo lo dice, debes salir de la rutina, debes lograr escapar de ser una persona rutinaria y predecible y que vive sin control de lo que le pasa, que solo está recibiendo los sucesos que se le vienen, no te engañes, nada está pasando porque tú lo quieres así, siempre es porque estás haciendo tu rutina, cumpliéndola, y tú no la definiste y es algo malo, es algo que no puedes dejar que te suceda, porque así tu vida se irá consumiendo rutinariamente hasta el final y ya quedaría todo cerrado y por eso debes salir de la rutina y te tenemos una nueva actividad que podrás hacer para salir de la rutina y …

¿Realmente podemos escapar de la rutina? ¿Realmente debemos escapar de la rutina? ¿La rutina es mala?

Esto de la rutina no es malo. Tener una rutina mala es malo. Esa rutina descontrolada es malo. En muchos casos no tienes elección, ya ni modo, es tu trabajo, es lo que te toca. Muchas cosas de nuestra rutina sí se pueden quitar, mejorar, variar. Esto de la rutina se me hace mucho como la zona de confort. No está mal la zona de confort, pero para que llegue a tener ese nombre debe ser una zona realmente confortable, si tu zona de confort no tiene comodidad no es realmente una zona de confort. Tampoco quiero sonar como coach y decir que todo es mental y que solo manifestando ya arreglas tus huevadas, pero al menos con la rutina creo que el objetivo no es escapar de la rutina, sino encontrar una buena rutina, una rutina que te haga bien, una rutina feliz. Si al final la vida es eso, como ser humano debes tener calma y la calma se logra teniendo regularidad y predictibilidad en las cosas, al menos en la mayoría, que se aceptan sorpresas, que cualquier cosa extra que sea gratificante será bienvenida, eso es obvio, pero el lograr que la rutina de la vida sea una cosa que te dé salud y alegría es el objetivo. Yo tengo un montón de cosas que hago de forma rutinaria que creo que pueden mejorar, pero en el saldo, en el resultado de cada día, me acuerdo de lo hecho y siento alegría. Tengo ese privilegio.

Me cae al huevazo ese positivismo de decir que debes salir de la rutina y que si estás triste es tu culpa porque es sencillo crear una vida feliz, pero creo que es algo alcanzable el lograr que la rutina sea vivible y que tal vez al final puedas decir que tienes una rutina más feliz que triste.

Experto

Si alguien lo prefiere este post también tiene una versión de audio en mi podcast. https://podcasters.spotify.com/pod/show/andoyendo/episodes/5-Experto-e2i9d0l

La pobre palabra experto está berreada. Cualquiera se hace llamar experto, a cualquiera lo llaman experto. Ya sea cuando un proveedor de servicios te manda a una persona junior para hacer el trabajo y te dice «te estoy enviando a nuestro experto» o cuando en un programa de entrevistas invitan a cualquier persona a hablar sobre algo y dicen «estamos aquí con el experto en este tema», terminas topándote con un montón de «expertos», gente que tiene cierto conocimiento marginal sobre algo o que tiene opiniones y te lo meten como que fuera alguien realmente calificado. Eso me rompe la cabeza. Y empecé a buscar.

Así que me encontré el video que les dejo al final de este post. Es de un canal de YouTube llamado Python Programmer. En este video se habla sobre la Taxonomía de Bloom, un concepto creado por Benjamin Bloom quien investigó cómo aprendemos, cómo enseñar y como desarrollamos pericia (de pasito me enteré que la palabra experticia no existe, aunque es un anglicismo muy usado por hispanohablantes, pero la RAE sugiere que se use pericia o experiencia) y creó una taxonomía, básicamente una pirámide de lo que debes tener o hacer o saber para poder decir que eres experto en lo que sea que digas que eres experto.

En super resumen, los niveles son:

  1. Recordar: debes memorizar lo que quieres conocer, recordar hechos específicos, saber cosas aunque solo las repitas como loro.
  2. Entender: luego de saberte de memoria debes empezar a entender por qué, debes poder explicar esos por qués. Encontrar el significado de las cosas.
  3. Aplicar: debes hacer lo que has aprendido, debes poder hacer algo a partir de lo que leíste, de lo que viste en un tutorial, solo tener el conocimiento sin aplicar no te permite aprender realmente. (Estos tres primeros son catalogados como habilidades de pensamiento de nivel inferior, muchos nos quedamos en este punto pero para ser expertos debemos pasar a las habilidades de pensamiento de nivel superior).
  4. Analizar: en este punto ya puedes analizar cada punto de conocimiento e identificar el razonamiento atrás de cada elemento, analizar y entender las razones y qué implicaciones tendría el modificar cada elemento.
  5. Evaluar: Luego de tener ese nivel de comprensión avanzada un experto puede evaluar su propio trabajo y el de otros. Comparar con conocimiento de causa, saber y entender qué es mejor, entender las fallas y las virtudes en lo propio y en lo ajeno.
  6. Crear: Finalmente, un experto debe crear. Usar lo aprendido y crear algo original, algo nuevo con base en todo el conocimiento desarrollado.

Así que esto, si alguien es experto en algo (o dice serlo) debería cumplir todos estos niveles, es una buena referencia como para comprender cuando alguien dice ser un experto y cuando realmente lo es. Finalmente, (y esto ya es solo mi opinión) cuando alguien está gritando a los 4 vientos que es experto en algo, muy seguramente no lo es, cuando alguien es experto en algo simplemente se nota.

Buen video… es un canal interesante… se llama Python Programmer pero nunca he visto ningún video sobre Python ahí.

Técnicas de productividad

Como no podía ser de otra manera este post queda mejor al ilustrarlo con una viñeta de Work Chronicles.

Hay mucho, demasiado, contenido de productividad en internet. Libros, blogs, videos, reels, tiktoks, todo. Gente contándote de muchas estrategias que usan para ser más productivos. Gente que te garantiza que usando su método, siguiendo ciertos pasos, lograrás ejecutar de forma eficiente y ordenada tus tareas. Creo que no es ningún tipo de spoiler cuando digo que esos métodos no te van a funcionar. Lo sé, porque yo he puesto en práctica muchos, he intentado muchas técnicas, he probado apps, estrategias en cuadernos físicos y nada.

En realidad es gente que te cuenta lo que les funciona a ellos (o lo que dicen que les funciona, porque no sabes a ciencia cierta si en realidad les funciona o solo colgaron un contenido por los likes y para monetizar) y te mete en una espiral de búsqueda de cómo dejar de postergar cosas que no quieres hacer y empezar a hacer las cosas con tiempo.

Yo he visto mucho, demasiado, contenido de este tipo. De cierta forma era algo que me quitaba la paz. Pero la verdad es que no hay técnica perfecta, no hay receta, es como el periplo del héroe, tienes que hacer toda una jornada de descubrimiento para ver qué te funciona y qué no. Eventualmente encuentras una forma de convencerte a ti mismo de hacer las cosas. Eventualmente encuentras la disciplina para hacerlo. Pero no es algo que sucede así como así. Es como que debes primero aceptar que tienes un problema y luego entendiendo cuál es tu problema encontrarle alguna solución práctica.

En otra publicación ya les conté de una app (Habitica) que me está ayudando con esto. Es una tontera pero me resulta. Veo que cuando no hago que tengo planificado le quito unos puntos de vida a mi avatar y ¡pum! encuentro la forma de hacer cosas. A veces es eso. Un pequeño cambio, algo que marque diferencia y que te permita llevar el registro de lo que debes hacer.

Si algo aprendí en esta búsqueda infructuosa de cómo dejar de aplazar cosas que debía hacer y cómo encontrar paz sabiendo que estaba haciendo cosas (ojalá lo suficiente) es que es una gran pérdida de tiempo el buscar la técnica perfecta. Es un agujero sin fin. Cualquier forma que encuentres para motivarte, cualquier cosa que te dé paz mental para seguir ejecutando tus actividades ya marcará una diferencia importante en qué tan productivo puedes llegar a ser. Es muy probable que ninguno de los tutoriales que te encuentres en internet te funcione, pero si logras detectar algo que te quite demasiado tiempo, déjalo, si encuentras un método que te funcione, úsalo. Si el método deja de ser útil, déjalo igual sin pena. Ningún método es más importante que la tarea en sí, hacer las cosas es la respuesta.

Espero que a alguien le sirva esto, y que les ahorre algunos minutos u horas de búsqueda. Tal vez no sea lo que esperaban de este post, pero eso es lo que he podido concluir luego de haber echado mucho, demasiado, tiempo a la basura.