Demencia digital

El otro día escuché este término en una radio en la que leyeron este artículo de 20minutos y en el que hablan del término acuñado por Manfred Spitzer en el libro “Demencia digital: El peligro de las nuevas tecnologías”.

Pensé que era alguna cosa nueva pero veo que el libro ya tiene más de 10 años de haber sido publicado pero claro como cualquier otra condición sobre la que uno escucha o lee de una me puse a pensar que posiblemente algo de eso tengo ya.

Todo esto está asociado al abuso del uso de los teléfonos y del internet. En repetidas ocasiones durante el día googleo cosas que teóricamente debería poder recordar. Lo peor es que a veces sí recuerdo pero igual googleo para poder ver si no me estoy equivocando.

Hay muchas cosas que sé que sé, pero de alguna forma me da cierta inseguridad y vuelvo a buscar, sé que está publicado y tengo mis huecas y voy y encuentro, pero mil veces me ha pasado que algo que buscaba y encontraba fácil de repente ya no está disponible y ahí básicamente me quedo con lo que recuerdo y ya.

Lo peor peor es que el cerebro se vuelve vago, sé que puedo buscar todo y simplemente no lo guardo, no lo recuerdo porque sé que está ahí, entonces incluso ya no es ni tratar de recordar es negar desde el inicio el que esa información se guarde. Muchas veces cosas que he hecho en el trabajo y que no hago de forma rutinaria simplemente las he googleado y he hecho y ya. En casos puntuales he tomado esa info y he creado un documento para facilitar su uso (casos contadísimos) pero normalmente cuando debo volver a hacer vuelvo a buscar y hacer todo el proceso de nuevo.

Otra cosa mala mala es cuando uno saca por puro temático el teléfono pensando en buscar algo y se queda viendo como lerdo la pantalla sin poder recordar qué fue lo que se iba a buscar.

Es mala costumbre y es costumbre mala que va a ir a peor, creo yo, con el uso de la IA. Hay que tratar de no caer de lleno en ese bucle. Sí, es buena cosa todo lo que podamos usar de tecnología (yo vivo de eso, de hecho) entonces no estoy en contra del uso de todas las herramientas que tenemos a la mano, pero sí hay que ser más concientes de que nuestra parte humana vaga no debe vencernos.

Aburrirse

Estás sentado esperando, puede ser en cualquier lugar, esperas al bus, esperas por una cita médica, esperas por tu turno en algún trámite, qué mejor que pasar ese tiempo aburrido viendo las fotos que ha subido la gente a la que sigues, viendo reels o tiktoks, leyendo tweets, viendo los estados e historias de tus amigos, qué divertido.

Pero de repente estás en otras situaciones no necesariamentes aburridas, estás en una reunión laboral o familiar, estás almorzando, estás viendo la TV y lo mismo, ves las fotos que la gente sube, ves reels y tiktoks, lees tweets, ves estados e historias.

Y de pronto siempre estás en eso, cualquier otra cosa es aburrida. Siempre estás atento a lo que los demás suben, a lo que los demás dicen. Siempre estás con ese pendiente, con esa necesidad de ver y a veces ya no hay nada más que ver de tus conocidos, y entonces te topas con todo el «contenido» que el algoritmo de tu red social tiene preparado para que sigas bajando, para que sigas viendo, ¿qué divertido?

En un montón de reuniones y situaciones me he topado con gente que está totalmente embebida en sus teléfonos, viendo cualquier cosa. Hace algunos años eran niños principalmente, niños a los que sus padres les daban el teléfono para que vean cosas ahí y estén entretenidos (a.k.a. no jodan) pero poco a poco se amplió. Yo mismo por mucho tiempo pasaba viendo qué aparecía en Twitter (poco a poco he tratado de deshacerme de eso) y te absorbe. Ese estar entretenido todo el tiempo, te abisma, te envuelve, te supera, te aplasta.

Ahora es muy común que en franjas bastante amplias de reuniones la gente esté en sus teléfonos, sin prestar atención a la reunión en sí, riendo (en el mejor de los casos) con las cosas que ve y que no muestra al resto ni siquiera para saber de qué se rio, solo están ahí, a veces comentan algo, pero están ahí, siempre entretenidos, siempre al día. Lo más loco para mí ahora es que los mayores de la familia, abuelos, son los que están más sumergidos, la cosa se normalizó y ahora cada vez más personas han perdido el recelo de no estar atentos a lo que pasa alrededor. Distópicamente, he estado en reuniones donde, en momentos, todo el mundo está en sus teléfonos, todos, TODOS.

Así que eso, estamos sumergidos en esa espiral de super entretenimiento, de constante estimulación, y no nos damos chance de aburrirnos. Estamos siempre pendientes de qué dice quién, de quién publica qué, de qué foto subieron, de qué chisme han lanzado, de qué persona han quemado en redes sociales y aburrirnos no es opción.

Una vez que estás en la espiral del entretenimiento es paradójico, estar super entretenido se vuelve tan rutinario que por más entretenimiento que consumas realmente estás aburrido. La gente pasa haciendo scroll y pasando de un contenido a otro supuestamente entretenido pero en realidad solo pasando, aburriéndose. Entonces es un despropósito, lo que se supone que debe entretenerte te termina aburriendo. Entonces es mejor desconectarse y aburrirse de verdad, no por agotamiento sino porque el cerebro necesita descanso.

Porque aburrirse es necesario. Pero no ese aburrimiento por sobrecarga.

Hay que darse permiso para aburrirse, no hacer nada está bien.

Resulta hasta incómodo, de verdad, al menos para mí lo fue al inicio. Pudiendo estar viendo en el teléfono todo lo nuevo que se estaba publicando, no ver nada, no hacer nada, se siente como perder el tiempo, pero la verdadera pérdida de tiempo está en seguir viendo esa red social, ese video, ese «contenido» creado específicamente para enganchar en la espiral no soltarte. Luego del momento incómodo está el volver a encontrar tu línea de pensamiento, tomar un respiro y procesar lo que se ha visto, poder razonar y determinar si está o mal, no solo seguir consumiendo.

Aburrirse, desde esta perspectiva, implica que vas a tener nuevas ideas, que vas a buscar qué hacer, que puedes encontrar nuevos intereses. Que puedes respirar un rato, que puedes enfocarte en otras actividades, incluso que puedes extrañar a tu red social favorita para que vuelva a ser divertida y no solo esa carga extraña de la que empiezas a depender como si tu personalidad toda fuera solamente lo que puedes o no ser en ese espacio inexistente.

Hay que darse permiso para aburrirse, no hacer nada está bien.

Posts a la linkedin

Hay un cliché en LinkedIn en el que comparan a cosas de trabajo y de empresas y de emprendimiento con cosas aleatorias de la vida. Leo esos posts y me da no sé qué porque yo en algún momento publiqué algunos posts más o menos parecidos. Específicamente estos:

Y la verdad no me parecen malos posts, pero el otro día vi una publicación de LinkedIn de un man que decía algo así: Este fin de semana le pedí matrimonio al amor de mi vida y ella dijo que sí. Estas son las 10 lecciones de marketing que me dejó esta experiencia… dejé de leer. Me dio algo de tristeza pensar que mis posts se parecían a esa publicación. Me causó una impresión tan turra, que estuve a punto de venir y borrar esos posts. Pero no. Mejor los dejé en parte porque de verdad creo que no son malos, pero también como recordatorio de que uno puede publicar cosas en algún momento y estar plenamente convencido de su validez y luego decidir que ya no, luego decidir que tal vez no era la mejor idea, los dejo como recordatorio de que uno puede cambiar de parecer y que ojalá esos cambios impliquen crecer y darse cuenta de algo que no estaba tan bien y mejorarlo.

En este momento, luego de ver muchas publicaciones parecidas en LinkedIn (que de verdad me ha resultado una red útil pero qué bestia qué mal que me cae) lo que sí ya tengo decidido es no crear ese tipo de posts de nuevo, tenía algunas ideas que iban más o menos por esa línea y mejor ya les voy a dar otro enfoque para hablar sobre eso.

Efecto Dunning-Kruger

El Efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo en el que personas con baja habilidad tienden a dar autoevaluaciones demasiado positivas en esta habilidad, de alguna forma también queda involucrado en este efecto lo contrario, cuando personas con altas habilidades tienden a dar autoevaluaciones muy modestas y subestimar su habilidad.

Personas que son incompetentes en cierto campo tienden a ignorar o no ser concientes de esta incompentencia y por eso me llamó escribir hoy sobre esto justo luego de hablar un poco sobre el Síndrome del Impostor.

En ambos escenarios me imagino que aplica la frase «Finge hasta lograrlo» (que suena mejor en inglés «Fake it till you make it»).

  • Una persona con síndrome del impostor está dudando de ser la idónea para un cargo, teme que descubran que es un fraude, que de alguna forma logró burlar a todos en el proceso de selección pero no era quien mejor se adaptaba a lo necesario (eso lo tiene en su mente) pero decide ir por la vida fingiendo que todo va bien y demostrando que sí sabe lo suficiente y haciendo las cosas bien.
  • Una persona con efecto Dunning-Kruger está segura de ser la idónea para un cargo, está segura de que era la elección obvia, que de alguna forma se demoraron demasiado para darse cuenta que era quien mejor se adaptaba a lo necesario (igual esto lo tiene en su mente) va (involutariamente) por la vida fingiendo que todo va bien (de verdad cree que todo va bien) pero igual termina aprendiendo lo suficiente y haciendo las cosas bien.

Cuántas veces habré pasado yo por este efecto, sí se me vienen a la mente personas que sin duda pasaban por este efecto. Cuántas veces habré estado sobreestimando mi capacidad. También, cuántas veces habré estado subestimando mi capacidad.

Es, creo yo, condición humana esto de estar en ese vaivén, en ese asimilar o tratar de entender las capacidades propias, evaluar y comparar con los demás, ver cómo nos califican los demás, en qué estima tienen a nuestra forma de interactuar, de decir y de hacer y también de aprender nuevas cosas. A veces nos equivocamos, no cachamos que somos mejores o peores, no somos capaces de comprender cuándo estamos sobreestimando o subestimando.

Dependiendo de la situación esto será más o menos crítico, es común escuchar que la única forma de aprender es haciendo, pero tratar de hacer algo demasiado complejo sin tener la suficiente base de conocimiento y experiencia puede resultar trágico. Es importante saber qué riesgos podemos tomar y qué riesgos no, pero una vez más el tener claridad de nuestras capacidades va a definir qué es factible y qué no.

Ahora claro, ya viéndole desde otro lado, alguien que esté pasando por este efecto y esté en una posición de alardear sobre su capacidad aunque muestra su clara incompetencia ya es de plano negativo y ya es algo que debe ser solucionado, aunque muchas (muchísimas) personas han hecho de ese tipo de actitud su forma de vida y con resultados buenos (solo para ellos claro, porque para los demás, qué sabremos). Creo que este meme es una buena representación de este tipo de posición.

Ser abiertos a recibir retroalimentación es crucial, la única forma de ir perfilando y adecuando la forma cómo nos percibimos es contrastarla con lo que ven los demás. Si hay demasiadas diferencias entre lo que creemos de nosotros mismos y lo que los demás nos pueden decir hay algo que corregir. Pero igual, no podemos regirnos solamente por lo que digan los demás… es complicado.

Tú estás para más

La gente siempre tiene opiniones sobre ti. En su opinión siempre creerán cosas en positivo o en negativo.

En negativo, qué importa, al carajo la gente y sus opiniones.

El problema está cuando es en positivo. Aparece alguien y te dice – sí, sí,  buena cosa lo que has logrado, pero tú estás para más – y chévere, gracias por el voto de confianza, pero qué sabe la gente sobre lo que estás viviendo en ese momento, y del camino que seguiste para llegar a donde estás. Y ese alguien te dice eso en relación a todo:

  • Que si eliges una carrera profesional que te gusta pero que a la gente no le parece lo suficientemente sofisticada o lucrativa – tú estás para más.
  • Que si estás con una pareja a la que quieres y con quien te llevas bien pero que a la gente no le parece lo suficientemente buena o guapa o adinerada o lo que sea – tú estás para más.
  • Que si consigues un trabajo que te agrada pero a la gente no le parece lo suficientemente interesante o el sueldo no es astronómico – tú está para más.
  • Que si decides mudarte a un lugar que te parece bien pero a la gente no le resulta lo suficientemente exclusivo o bonito – tú estás para más.
  • Que si quieres comprar un auto chico y a la gente no le parece lo suficientemente lujoso – tú estás para más.

Y así con todo, y medio fresco e ignorable cuando ese alguien es alguien más en verdad, pero cuando ese alguien eres tú, estás fregado. Si vives con esa constante sensación de que no estás logrando lo que se espera de ti, ya sea porque tienes títulos o por lo que sea y tienes en el cerebro en bucle la cantaleta de que – tú estás para más – vas a vivir un tormento. Tampoco abogo por el conformismo, pero hay que saber encontrar un punto adecuado, lo suficientemente bueno para ti y los tuyos, saber a quién escuchar y setear objetivos acorde a tus deseos y tener la entereza de defender lo que quieres y en lo que crees. Tratar de encontrar lo que es importante y bueno para ti.

También está la probabilidad de que alguien te diga de forma real y honesta que estás para más y te ayuda a abrir los ojos cuando te encuentras en una situación realmente mala, si estás en una relación abusiva y violenta, si estás en un trabajo donde te explotan, si estás en un círculo vicioso literalmente sin lograr escapar de drogas, alcohol y otras adicciones, posiblemente ahí alguien que te quiere bien podrá decirte – tú estás para más – y ahí será cierto y deberás encontrar la forma de salir.

Piensa bien lo que es importante, valora bien lo que tienes y lo que está a tu alcance, quién quita, tal  vez resulta que no estás para más.

Respetar el proceso

El proceso es importante. No voy a hablar de algún proceso que se use o se haya diseñado en alguna compañía para cumplir cierta actividad, es sobre el proceso de aprendizaje, de desarrollo profesional, de desarrollo de cada persona. Como iba diciendo, el proceso es importante. Ir ampliando nuestro conocimiento y experiencia de forma gradual y ordenada, con cierto sentido, con algún objetivo. Es un proceso que se va desarrollando como la vida, poco a poco, con aciertos y fallas, con éxitos y fracasos. Es un proceso que nos va forjando y que nos convierte poco a poco en quiénes somos (y ojalá en quienes soñamos ser). Es un proceso. Y es leeeeeento.

Pero el proceso es necesario. El conocimiento no se puede solo extraer de lectura y memorización, es necesaria la práctica, la experiencia, dedicarle tiempo para ganar real pericia. Es necesario vivir eso, pero no queremos. Por eso tratamos de encontrar cualquier tipo de ventaja que nos pueda ayudar a saltar el proceso. Más títulos universitarios, más certificaciones, más cursos, más diplomados, más cosas que digan que sé hacer cosas aunque en realidad aún no sepa hacer cosas pero que me van a ayudar a que alguien más crea que sé hacer cosas y que me contrate para hacer cosas para poder hacer cosas y aprender realmente a hacer cosas (algún rato de ley me tocará escribir algo sobre la contratación y eso, qué loco que es el sistema que hemos creado).

Queremos saltar el proceso. Porque ni siquiera se busca el aprendizaje, porque la gente solo quiere tener el título, la credencial. Quiere ser Máster, Magister, PhD… pero no quieren aprender (en muchos casos, o sea yo sé que no todos; si ustedes no, qué mejor) y sí, se inscriben en el curso/maestría/diplomado pero les da lo mismo aprender o no, quieren el certificado/título/diploma. ¿Me pueden dar el cartón solamente pagando? Cállese y tome mi dinero.

Esto es algo que digo de primera mano, hace unos años seguí una maestría en línea, mis compañeros eran en su mayoría jóvenes, pensaba yo que iban a tener el ímpetu de estudiar y aprender, pero no, usaban eso sí su habilidad y conocimiento tecnológico para poder copiar y poder hacer lo mínimo posible para que les den el título (nuevamente no todos, pero sí un número muy importante) se notaba esa desidia, ese quemeimportismo, no era el aprendizaje, no eran las lecciones magistrales de los profesores, solo necesitaban el título para poder decir que son master, para poder cumplir con ese requisito laboral/social. (Igual, hablar sobre si es más importante el título o la experiencia es un bucle). Creo que muchos de ellos querían su título para saltarse el proceso, para no tener que pasar por todos los niveles de la escalera corporativa, para poder llegar más rápido ¿a dónde? ¿Para ganar más más rápido? Tal vez. Pero yo era testigo de cómo muchas personas que se graduaron en esa promoción y que subieron fotos saltando con el título en sus historias de Instagram habían pasado todo el tiempo buscando formas de hacer trampa y siendo muy pero muy descarados al respecto. Querían saltarse el proceso.

No hay que saltarse el proceso. Nuestra experiencia no se puede aparentar. El conocimiento no se puede fingir. Muchos dicen que puedes fingir hasta lograrlo (que en inglés suena más bonito por la rima) pero incluso para poder fingir debes tener ya cierto nivel que te ayude a luego catapultar el aprendizaje. El proceso es necesario y por más formas que busquemos para evitarlo siempre que lleguemos a algún lugar sin estar preparados se va a notar y dependiendo de lo que tengamos a cargo va a ser más o menos fuerte el efecto y las consecuencias de nuestras carencias de conocimiento y pericia.

Hay que respetar el proceso. El proceso es necesario y nos toca encontrar gusto en vivirlo, nuestro ritmo de vida actual nos pide que todo lo hagamos rápido, que todo lo consigamos pronto, que todo sea inmediato. Ojalá podamos encontrar la calma para vivir nuestros procesos y que nos permita ser mejores de verdad y ayudar y servir y sonreír.

Realmente no importa

La idea de este post viene de este tweet

Las personas que trabajamos en tecnología muchas veces nos enfocamos demasiado en los detalles, en qué tecnología se debería usar, en qué stack y lenguaje de programación se debería usar, en qué metodología y marco de referencia se debería usar … y la realidad es que eso a la larga no importa.

Y no me malinterpreten, creo que una arquitectura y diseño y toma de decisión adecuados son clave para poder llegar a entregar una solución adecuada a los problemas del cliente o del negocio que va a utilizar una solución, pero muchas veces nos enfrascamos en cosas que son más bien cosméticas, que no son relevantes a la larga y que incluso nos terminan metiendo en grandes problemas durante la implementación solo por decir que estamos usando cierto tipo de herramientas que están en tendencia pero que no necesariamente son el mejor camino. Pero estamos ya tan metidos que debemos sacarlo adelante como sea, debemos llegar hasta el final porque sino estaríamos aceptando que la decisión inicial fue un error y todo podrá ser pero jamás vamos a aceptar esa equivocación.

Agarrar modas tecnológicas y probarlas está bien, es necesario experimentar, pero así mismo debemos ir siendo muy realistas y decir con claridad cuándo algo está bien y cuándo algo no está dando el resultado que se buscaba. El usar o no cierto tipo de característica, de estrategia, de detalle al cliente final no le importa, no le importa si estamos usando contenedores, no le importa si estamos usando microservicios, no le importa si estamos en la nube o on-premises, no le importa si estamos usando JavaScript, Python, Java, Ruby o cualquier otro lenguaje, le importa que funcione, no le importa que que estemos usando los últimos avances en frontend para que hayan las mejores animaciones y los bordes más redondeados en los botones, le importa que cuando haga clic todo se almacene donde debe y su trabajo pueda ser realizado. El resto no importa, es bonito tenerlo, pero no es el propósito.

Ir a extremos para lograr cierta característica que nos parece lo mejor también es otra cosa con la que hay que tener cuidado, enfocar mucho tiempo en lograr que algo muestre un dato en tiempo real por ejemplo, o buscar que un informe se genere sí o sí a cierta hora del día muchas veces es innecesario. Muchas veces se siguen buscando también ciertos hitos por costumbre, porque algún día una persona que a veces ya ni está en la compañía dijo que lo mejor era que se haga así, o que revisaba el informe cada día a las 8h00 y por eso la gente se vuelve loca en lograr que el informe esté a las 8h00 cuando la persona que ahora revisa el informe lo hace pasado el mediodía, son solo ejemplos mezclando realidad y ficción, pero yo sé que muchos hemos visto este tipo de cosas que ya se dan por sentado y que son hechos (dogmas) y muchas veces realmente ya no importan.

Es importante que revisemos de forma periódica el trabajo y cómo se hace, es importante detectar cosas que ya no son relevantes, no seguir haciendo siempre lo mismo porque sí, no seguir de cajón haciendo tareas repetitivas cuando se podría cambiar, es importante saber cuándo ya se debe cambiar algo.

Cuestionar la forma como trabajamos es importante, podremos encontrar de seguro cosas que realmente no importan y reemplazarlas por algo de mayor relevancia.

La regla de los 10 años

El otro día me topé con este artículo The ten year rules: Change your life every decade. En resumen, se trata sobre el consejo del autor quien recomienda cambiar completamente de actividad cada 10 años, en busca de nuevos retos y de crecimiento personal y profesional. Cuenta sobre sus cambios de actividad que van desde ser músico hasta profesor universitario.

Me pareció una perspectiva interesante y me puso a pensar en mi pasado y mi carrera profesional, en la que de alguna forma he ido cumpliendo esa regla sin proponérmelo.

Aunque he ido contando en este blog varios de estos momentos con mayor detalle, en breves rasgos mi carrera sí tiene momentos bien marcados. Unos 7 años de empleado en los que yo llamo trabajos turros (no es ingratitud, solo realismo, no fueron los mejores), 10 años de estar a tiempo completo en mis empresas (super divertido y gran parte de lo que cuento en el blog viene de esta época, financieramente riesgoso), 3 años y contando de trabajo para otra compañía y mis proyectos propios como complemento (mucho más estable, necesario, justo coincide con mi paso a ser padre).

Cada cambio fue significativo, cambió mi forma de vivir y ver las cosas. Cada cambio también se fue construyendo con lo aprendido en el periodo anterior, así se va dando la vida siempre, pero es interesante pensarlo desde este punto de vista, de buscar cambios y hacer las cosas diferentes. Cada cambio va creando una capa más de conocimiento, va quitando también esa voz en la cabeza que te dice – ¿Y qué tal si hubiera hecho esto? – porque igual ya lo vas haciendo, ya sabes si fue bueno o fue malo, si te equivocaste o si aunque todo estaba en contra igual todo salió bien. Igual no es mucho, es enfrentar este tipo de cambio grande unas 6 veces en la vida, suficiente con todo lo que implica emprender nuevos caminos. No sé, me gustó pensar en esto.

Ojo que el 10 es una referencia numérica, no por cumplir una regla loca que leíste en internet vas a cambiar una actividad que está dando sus frutos y está dando buen resultado. Pero de alguna forma el artículo sí te insta a buscar ese cambio, si algo no está saliendo bien búscalo más pronto, si algo está caminando sin problema dale más chance. De mi experiencia puedo decir que ha sido bueno, ya hasta tengo cosas para escribir por aquí.

Recuerdo Reloco: Mongo Mongo

Un día estaba en una implementación en las oficinas de un cliente [Era común en ese entonces que yo vaya a las oficinas de forma presencial y que me acomoden en algún puesto disponible o que me hagan compartir escritorio con la persona encargada del trabajo que se estaba haciendo. En ese esquema uno terminaba siendo parte del día a día de la gente que estaba ahí, terminabas enterándote de cosas, los veías interactuar en su cotidianidad y mientras más largo era el tiempo de permanencia en algún proyecto terminabas incluso estableciendo cierto nivel de confianza en el que la gente como que ya perdía el recelo inicial de «este man es proveedor, mejor no digas eso» y terminabas escuchando alguna que otra cosa ya subida de tono. Normal(?)]. El gerente de tecnología no tenía una oficina cerrada así que se podía escuchar también todo lo que comentaba con la gente a su alrededor. De repente, se empezó a reír. Dijo algo así como esto:

-Gerente de Tecnología: Jajaja, les pedí a unos manes que me manden una propuesta para la aplicación que queremos desarrollar. Son nuevos parece.

-Persona del escritorio de al lado: ya, ¿y?

-G.D.T.: Ahorita veo la cotización el precio no está tan mal pero me ponen que quieren desarrollar en JavaScript y de base de datos quieren poner algo llamado Mongo.

-P.D.E.D.A.L.: yaaa, ¿y?

-G.D.T.: %*%$¡#* eso me pasa por hacerme el que le doy chance a empresas nuevas *$%&*!!!

-P.D.E.D.A.L: jajaja… pero ¿por qué o qué?

-G.D.T.: $%&*$%&!! yo esperando una cotización seria y estos $%%***#»# me vienen con que me van a poner de base de datos algo llamado Mongo Mongo, qué también será esa huevada??

-P.D.E.D.A.L: jajajaja Mongo Mongo, mándales a la $%&*#$%!!

-G.D.T: ya no les voy a ni a responder, me vienen con payasadas. Mongo Mongo, jajajaja.

El chistecito de Mongo Mongo continuó por días. Era el año 2017, MongoDB ya existía como hace una década, la empresa puso en su propuesta que iban a desarrollar una aplicación MEAN (por sus siglas, MongoDB, Express, Angular, Node) y la persona que recibió el documento, desde la más profunda ignorancia, no solo que no le pareció buena solución, se burló del nombre de la tecnología que proponían usar, no se dio tiempo ni de googlear a ver qué era eso que le habían dicho, lo descalificó de inmediato desde su completo desconocimiento.

Ser gerente no implica saber todo, es deseable que se tenga al menos un conocimiento genérico de las cosas, eso sí, pero al menos se debería tener la mente abierta, informarse cuando se encuentra algo nuevo y desconocido, aceptar también la ignorancia y buscar ayuda. Mientras más informado estés, mejores decisiones podrás tomar.

Supe que luego de poco tiempo esta persona ya no estaba ahí en esa posición estratégica. Ojalá que eso haya implicado que hubo un cambio para mejor en esa organización, aunque de alguna forma todo ese equipo ya estaba viviendo según lo que ese gerente había definido tanto a nivel técnico como cultural.

Era interesante esa vida de ir entre diferentes empresas y ver desde fuera cómo hacían las cosas, aprendí cómo hacer muchas cosas y también (como en este caso) qué no está bien.

La rutina

Cuando alguien dice algo sobre la rutina, creo que normalmente se asocia a algo negativo. O sea, la rutina de la vida, hacer todos los días lo mismo, no encontrar alegría en nada de lo que se hace, ser absorbido por un bucle de acontecimientos que se suceden sin fin. Te venden, por ende, muchas formas para salir de la rutina, entretenimiento, viajes, paseos, lugares. Sal de la rutina. Pequeños destellos, momentos específicos que ya sea porque son totalmente diferentes o simplemente algo nuevo te hacen salir de la rutina. Y se hace parte de tu rutina, lo pones en tu rutina, ahora ir a un lugar nuevo cada vez es algo también rutinario. Tener vacaciones en cierto mes y hacer un cierto viaje a cierto destino, es parte también de tu rutina. Podemos ver capas y capas de actividades y de formas de tratar de salir de la rutina pero siempre se vuelve parte de la rutina. Pero así es, o así debe ser, todo el mundo lo dice, debes salir de la rutina, debes lograr escapar de ser una persona rutinaria y predecible y que vive sin control de lo que le pasa, que solo está recibiendo los sucesos que se le vienen, no te engañes, nada está pasando porque tú lo quieres así, siempre es porque estás haciendo tu rutina, cumpliéndola, y tú no la definiste y es algo malo, es algo que no puedes dejar que te suceda, porque así tu vida se irá consumiendo rutinariamente hasta el final y ya quedaría todo cerrado y por eso debes salir de la rutina y te tenemos una nueva actividad que podrás hacer para salir de la rutina y …

¿Realmente podemos escapar de la rutina? ¿Realmente debemos escapar de la rutina? ¿La rutina es mala?

Esto de la rutina no es malo. Tener una rutina mala es malo. Esa rutina descontrolada es malo. En muchos casos no tienes elección, ya ni modo, es tu trabajo, es lo que te toca. Muchas cosas de nuestra rutina sí se pueden quitar, mejorar, variar. Esto de la rutina se me hace mucho como la zona de confort. No está mal la zona de confort, pero para que llegue a tener ese nombre debe ser una zona realmente confortable, si tu zona de confort no tiene comodidad no es realmente una zona de confort. Tampoco quiero sonar como coach y decir que todo es mental y que solo manifestando ya arreglas tus huevadas, pero al menos con la rutina creo que el objetivo no es escapar de la rutina, sino encontrar una buena rutina, una rutina que te haga bien, una rutina feliz. Si al final la vida es eso, como ser humano debes tener calma y la calma se logra teniendo regularidad y predictibilidad en las cosas, al menos en la mayoría, que se aceptan sorpresas, que cualquier cosa extra que sea gratificante será bienvenida, eso es obvio, pero el lograr que la rutina de la vida sea una cosa que te dé salud y alegría es el objetivo. Yo tengo un montón de cosas que hago de forma rutinaria que creo que pueden mejorar, pero en el saldo, en el resultado de cada día, me acuerdo de lo hecho y siento alegría. Tengo ese privilegio.

Me cae al huevazo ese positivismo de decir que debes salir de la rutina y que si estás triste es tu culpa porque es sencillo crear una vida feliz, pero creo que es algo alcanzable el lograr que la rutina sea vivible y que tal vez al final puedas decir que tienes una rutina más feliz que triste.