Ya escribí el otro día sobre Bluey, pero hace unos días vi el capítulo llamado The Sign (en mi imaginación lo traduje como El Letrero, pero la traducción oficial al parecer es El Cartel, y me suena pésima traducción porque suena a narcotelenovela) y tenía que escribir algo sobre eso.
The Sign, es el capítulo más largo de la serie, dura como media hora. En este post no voy a hablar mucho sobre la trama y lo que sí voy a decir espero que no sea un spoiler para nadie.
Muchos capítulos de Bluey son muy conmovedores, me asombra en verdad cómo logran que todo sea tan emocional en capítulos tan cortos, por ende mi expectativa por ver el episodio largo era alta, si los creadores logran hacer algo tan bueno en capítulos cortos, pensé que seguramente iban a lograr algo muy bueno con un episodio extendido y no decepcionó. Es chistoso porque ninguna otra serie había logrado que me suscriba a Disney+, pero esta serie se ha vuelto tan relevante para mí que con tal de ver el capítulo con todas las de ley me suscribí para poder verlo. Como ya lo dije antes y creo que se nota, esta es una de mis series favoritas en la actualidad.
El capítulo tiene de todo y hace muchas referencias a otros capítulos y detalles que ya son icónicos de la serie, en sí es un capítulo de Bluey excelente, bueno para fans y bueno para gente que no haya visto nunca la serie. Sin duda te pegará más si ya has visto antes, la serie tiene mucho desarrollo de la historia de la familia y los personajes y la cotidianidad de todos que es lo que más me gusta. Y como dije no quiero centrarme mucho en los hechos del capítulo (recomiendo totalmente que vean esta serie animada de perritos australianos que hablan) pero sí centrarme en que en el momento cumbre, en el cierre del capítulo, lloré. Lloré como hacía mucho tiempo no lloraba al ver alguna serie o película.
Como padre uno siempre se ve en la posición de buscar lo mejor para la familia. Muchas veces es una búsqueda a ciegas, no sabes qué va a ser mejor, solo buscas lo que crees que puede ser mejor. Sabes que tus decisiones, tus aciertos, tus fallas, tus equivocaciones repercutirán en el futuro de la familia, a veces eso puede ser abrumador. Crees que tienes que lograr siempre ser mejor, siempre hacer lo correcto, siempre ser justo, y siempre hay algo que te sale mal y siempre pasa que las cosas que pensaste que serían buenas resultan ser malas. Pero no puedes parar, debes seguir, debes avanzar y a veces fingir que todo está bien aunque no sea así. Pero las cosas se suceden, la vida sigue y no puedes detenerte. Y así como puede haber felicidad también hay situaciones estresantes y eso es lo común, así es como es. Las cosas pasan y las afrontas y las oportunidades aparecen y las tomas o decides no tomarlas pensando que lo mejor es que no haya un cambio en ese momento y debes vivir con eso, pensando que será lo mejor. A veces solo dejas que las cosas pasen, y cuando las cosas suceden y cuando son justo lo que querías hacer y que no necesariamente es lo que deberías hacer sino que la vida se encarga de que las circunstancias fuercen a que hagas lo que querías hacer de verdad… aaaaaah (es un aaaaaah de alivio). En el momento en el que Bandit se libera de la carga que lleva fue como que yo aproveché la emoción y me liberé también. Lloré, lloré de alegría, lloré con mi familia junto a mí y fui muy feliz, lloré también liberando un poco de rabia por la situación de las cosas en Ecuador, lloré creo que por muchas otras cosas, lloré con la esperanza de que mis decisiones sí sean lo mejor para la familia, me liberé.
Bluey es una gran serie, muy entretenida. También es muy emotiva.