El poder de la racha

Es una idea bastante sencilla. Llevar un conteo de días en los que haces algo. No había reparado mucho en ello hasta que llegó a servirme.

Ya les he hablado de Refind. Refind es una aplicación que te envía una lista curada de enlaces de acuerdo a tus intereses (de paso les dejo mi enlace de referencia de Refind). Cuando recién la instalas te pasa los primeros links y una vez que lees alguno de ellos te saca arriba este mensaje:

Todo bien, creo que lo común es que los primeros días (cuando aún estás con la novelería) entras a la app a ver qué enlaces te pasó. Y la racha arranca… 2, 3, 4 días. De repente te olvidas y la app te da la oportunidad de recuperar la racha leyendo enlaces del día que hayas olvidado hacerlo… 5, 10, 20 días. De repente vez que un hábito se va formando. La app te dice que leyendo algo cada día aumentas en x% tu capacidad y tu conocimiento, eso no me resulta tan importante como el darte cuenta de que puedes cumplir con esa tarea diaria, que puedes tener disciplina, aunque sea en algo muy simple, se puede hacer. Hace como un año y medio dije – Voy a cuidar esta racha, voy a leer un artículo en Refind cada día – y me ha funcionado, muchas veces, en especial los fines de semana, no lo hago, no es la idea tampoco que sea una cosa estresante sino más bien disfrutable, pero cuando puedo recupero esos días. Poco a poco he ido construyendo ese hábito. Ahora mi mensaje ahí arriba dice:

Así que lo estoy logrando. El fijarse en la racha tiene poder, al menos a mí me está funcionando de maravilla. Hace un tiempo me topé con la presentación TED del creador de Duolingo. Ahí habla justo de cómo se puede hacer que una app educativa sea muy usada, con técnicas de juego y de competencia entre usuarios, pero principalmente con la racha. Al tener tan buen resultado con Refind y sus rachas dije – Bueno, vamos a darle a Duolingo también su chance de nuevo – ya había usado la app pero creo que en ese momento no tenía o no hacía tanto hincapié en la racha. Empecé a seguir las lecciones de portugués. La racha se está creando, metí el widget de racha y la verdad es divertido.

De esta forma sigo creando hábitos. La idea está relacionada también en este momento con lo que hago en Habitica (ya les he hablado también de esa app) uniendo estas aplicaciones estoy logrando un mejor seguimiento (y cumplimiento!!!!!) de mis actividades. Es increíble para mí, pero estoy logrando hacer ejercicio todos los días. Esas pequeñas formas de seguimiento me han hecho tener conciencia de que sí puedo, no soy un procrastinador serial irreparable, sí hay algo de disciplina en mí que puedo seguir cultivando.

Hablar sobre esto me recordó algo que leí hace mucho tiempo en Lifehacker [según lo que medio pude investigar era un post del 2007, no estoy seguro si yo lo leí en esa fecha o no (de todas formas aquí hay un artículo más actual sobre lo mismo] que hablaba sobre la supuesta técnica de Jerry Seinfeld para ser productivo. Es justo la idea de la racha pero ahí quedaba marcada por la frase que aseguraban fue dicha por el mismísimo Seinfeld «Don’t Break The Chain», decían que Seinfeld usaba un calendario para marcar con una X cada día en el que escribía chistes, y que debía escribir a diario y no romper la cadena. Lo comento por acá porque luego de más de una década de haber dado por cierto esto, resulta que no. En un Reddit AMA que Seinfeld hice hace 11 años, él mismo se ríe de que le atribuyan la idea, que él no dijo eso y que le causa gracia que le den el crédito por esta técnica.

Pero bueno no importa quién lo diga, las rachas tienen poder, a mí me están funcionando. Ahora tengo seguimiento también de mis publicaciones en el blog y en el podcast, del ejercicio diario, de leer algo a diario, de comer fruta, de tomar agua, de aprender. Es liberador porque puedo ver cómo poco a poco voy cumpliendo, eso me da tranquilidad, lejos de ser motivo de estrés más bien se me ha convertido en una especie de juego que me está dando mucha satisfacción.

Les dejo el video del creador de Duolingo que les comenté antes. Es un video interesante que explica la filosofía detrás de esa app.

Bajar la velocidad

Estaba pensando un poco sobre el ritmo de vida que llevo, que gracias al trabajo remoto he podido encontrar cierto equilibrio en la forma cómo estoy haciendo las cosas, pero de todas formas sigo estando apurado, con una sensación de tener que hacer cosas y llenar los tiempos con actividades para sacarle provecho al día, para sacarle provecho a la vida.

Me topé con este artículo el otro día titulado «The Possibility of Slowing Down» y justo habla un poco sobre llevar un ritmo de vida más tranquilo, habla sobre la posibilidad de no solo no estar muy ocupado sino encontrar significado en lo que se hace. Me gustó aunque estaba medio muy hippie pero termina chistoso porque te quieren vender un retiro en donde te van a enseñar a frenar el ritmo frenético de la vida.

Pero el mensaje es importante, creo que bajarle un poco a la velocidad con que estamos haciendo todo es importante. Una de las cosas que noto que me afectan es la constante conexión con internet y la necesidad de ver las redes sociales y los chats. Sea cual sea la fuente de información uno termina creando dependencia, es ese miedo a estarse perdiendo algo, pero es inexistente, es una necesidad inexistente. Poder controlar ese consumo de información es algo en lo que sigo trabajando.

A nivel laboral también he encontrado un montón de veces en las que me veo apurado sin razón aparente, solo por el hecho de hacer las cosas más rápido, porque así es, debemos ser rápidos. Pero muchas veces veo esa aceleración como dejando un efecto contrario, por algún motivo las cosas más aceleradas, las cosas que se están haciendo con más presión, donde la gente está más estresada porque salgan terminan con resultados no tan buenos. Cuando el trabajo se ha hecho con calma pero sin descuido, dejando de alguna forma que las cosas puedan suceder ha resultado todo mejor.

A nivel profesional en general, al estar en el mundillo de la tecnología se siente como una ola gigante de cosas que pasan al mismo tiempo, como un tsunami de huevadas que se te vienen encima porque todo el tiempo hay algo nuevo, una nueva tendencia, un nuevo framework, una nueva tecnología que lo revolucionará todo y eso puede ser abismante. Si te dejas absorber por ese ciclón frenético de cosas te perderás de la belleza que tienen todos esos avances tecnológicos y todas las cosas divertidas que puedes hacer al solo ponerte a aprender algo nuevo. Dar un pasito al costado, dejar que la ola pase y ver qué tiene sentido para ti, qué te parece chévere y usar esos dispositivos o lenguajes o lo que sea que sea. Disfrutar eso.

Creo que es importante evaluar la posibilidad de bajar la velocidad, bajarle un chance al apuro, puede ser que por tu momento o por las circunstancias generales no se pueda hacer en algunos casos, pero creo yo que en un alto porcentaje (quién quita y en la mayoría) de casos, sí puedes tomar un respiro y hacer todo de forma más calmada. Me voy a dar ese chance, el chance de hacer las cosas calma cuando sea posible.

(Como paréntesis totalmente aparte de la línea de argumentación de este post, también conviene decir que sí es necesario también bajar la velocidad literalmente cuando estés conduciendo tu auto, los límites de velocidad existen por algo, no corran riesgos innecesarios, no pongan el peligro ni a ustedes ni al resto por ir a exceso de velocidad)

Tú estás para más

La gente siempre tiene opiniones sobre ti. En su opinión siempre creerán cosas en positivo o en negativo.

En negativo, qué importa, al carajo la gente y sus opiniones.

El problema está cuando es en positivo. Aparece alguien y te dice – sí, sí,  buena cosa lo que has logrado, pero tú estás para más – y chévere, gracias por el voto de confianza, pero qué sabe la gente sobre lo que estás viviendo en ese momento, y del camino que seguiste para llegar a donde estás. Y ese alguien te dice eso en relación a todo:

  • Que si eliges una carrera profesional que te gusta pero que a la gente no le parece lo suficientemente sofisticada o lucrativa – tú estás para más.
  • Que si estás con una pareja a la que quieres y con quien te llevas bien pero que a la gente no le parece lo suficientemente buena o guapa o adinerada o lo que sea – tú estás para más.
  • Que si consigues un trabajo que te agrada pero a la gente no le parece lo suficientemente interesante o el sueldo no es astronómico – tú está para más.
  • Que si decides mudarte a un lugar que te parece bien pero a la gente no le resulta lo suficientemente exclusivo o bonito – tú estás para más.
  • Que si quieres comprar un auto chico y a la gente no le parece lo suficientemente lujoso – tú estás para más.

Y así con todo, y medio fresco e ignorable cuando ese alguien es alguien más en verdad, pero cuando ese alguien eres tú, estás fregado. Si vives con esa constante sensación de que no estás logrando lo que se espera de ti, ya sea porque tienes títulos o por lo que sea y tienes en el cerebro en bucle la cantaleta de que – tú estás para más – vas a vivir un tormento. Tampoco abogo por el conformismo, pero hay que saber encontrar un punto adecuado, lo suficientemente bueno para ti y los tuyos, saber a quién escuchar y setear objetivos acorde a tus deseos y tener la entereza de defender lo que quieres y en lo que crees. Tratar de encontrar lo que es importante y bueno para ti.

También está la probabilidad de que alguien te diga de forma real y honesta que estás para más y te ayuda a abrir los ojos cuando te encuentras en una situación realmente mala, si estás en una relación abusiva y violenta, si estás en un trabajo donde te explotan, si estás en un círculo vicioso literalmente sin lograr escapar de drogas, alcohol y otras adicciones, posiblemente ahí alguien que te quiere bien podrá decirte – tú estás para más – y ahí será cierto y deberás encontrar la forma de salir.

Piensa bien lo que es importante, valora bien lo que tienes y lo que está a tu alcance, quién quita, tal  vez resulta que no estás para más.

Bluey, otra vez

Ya escribí el otro día sobre Bluey, pero hace unos días vi el capítulo llamado The Sign (en mi imaginación lo traduje como El Letrero, pero la traducción oficial al parecer es El Cartel, y me suena pésima traducción porque suena a narcotelenovela) y tenía que escribir algo sobre eso.

The Sign, es el capítulo más largo de la serie, dura como media hora. En este post no voy a hablar mucho sobre la trama y lo que sí voy a decir espero que no sea un spoiler para nadie.

Muchos capítulos de Bluey son muy conmovedores, me asombra en verdad cómo logran que todo sea tan emocional en capítulos tan cortos, por ende mi expectativa por ver el episodio largo era alta, si los creadores logran hacer algo tan bueno en capítulos cortos, pensé que seguramente iban a lograr algo muy bueno con un episodio extendido y no decepcionó. Es chistoso porque ninguna otra serie había logrado que me suscriba a Disney+, pero esta serie se ha vuelto tan relevante para mí que con tal de ver el capítulo con todas las de ley me suscribí para poder verlo. Como ya lo dije antes y creo que se nota, esta es una de mis series favoritas en la actualidad.

El capítulo tiene de todo y hace muchas referencias a otros capítulos y detalles que ya son icónicos de la serie, en sí es un capítulo de Bluey excelente, bueno para fans y bueno para gente que no haya visto nunca la serie. Sin duda te pegará más si ya has visto antes, la serie tiene mucho desarrollo de la historia de la familia y los personajes y la cotidianidad de todos que es lo que más me gusta. Y como dije no quiero centrarme mucho en los hechos del capítulo (recomiendo totalmente que vean esta serie animada de perritos australianos que hablan) pero sí centrarme en que en el momento cumbre, en el cierre del capítulo, lloré. Lloré como hacía mucho tiempo no lloraba al ver alguna serie o película.

Como padre uno siempre se ve en la posición de buscar lo mejor para la familia. Muchas veces es una búsqueda a ciegas, no sabes qué va a ser mejor, solo buscas lo que crees que puede ser mejor. Sabes que tus decisiones, tus aciertos, tus fallas, tus equivocaciones repercutirán en el futuro de la familia, a veces eso puede ser abrumador. Crees que tienes que lograr siempre ser mejor, siempre hacer lo correcto, siempre ser justo, y siempre hay algo que te sale mal y siempre pasa que las cosas que pensaste que serían buenas resultan ser malas. Pero no puedes parar, debes seguir, debes avanzar y a veces fingir que todo está bien aunque no sea así. Pero las cosas se suceden, la vida sigue y no puedes detenerte. Y así como puede haber felicidad también hay situaciones estresantes y eso es lo común, así es como es. Las cosas pasan y las afrontas y las oportunidades aparecen y las tomas o decides no tomarlas pensando que lo mejor es que no haya un cambio en ese momento y debes vivir con eso, pensando que será lo mejor. A veces solo dejas que las cosas pasen, y cuando las cosas suceden y cuando son justo lo que querías hacer y que no necesariamente es lo que deberías hacer sino que la vida se encarga de que las circunstancias fuercen a que hagas lo que querías hacer de verdad… aaaaaah (es un aaaaaah de alivio). En el momento en el que Bandit se libera de la carga que lleva fue como que yo aproveché la emoción y me liberé también. Lloré, lloré de alegría, lloré con mi familia junto a mí y fui muy feliz, lloré también liberando un poco de rabia por la situación de las cosas en Ecuador, lloré creo que por muchas otras cosas, lloré con la esperanza de que mis decisiones sí sean lo mejor para la familia, me liberé.

Bluey es una gran serie, muy entretenida. También es muy emotiva.

La rutina

Cuando alguien dice algo sobre la rutina, creo que normalmente se asocia a algo negativo. O sea, la rutina de la vida, hacer todos los días lo mismo, no encontrar alegría en nada de lo que se hace, ser absorbido por un bucle de acontecimientos que se suceden sin fin. Te venden, por ende, muchas formas para salir de la rutina, entretenimiento, viajes, paseos, lugares. Sal de la rutina. Pequeños destellos, momentos específicos que ya sea porque son totalmente diferentes o simplemente algo nuevo te hacen salir de la rutina. Y se hace parte de tu rutina, lo pones en tu rutina, ahora ir a un lugar nuevo cada vez es algo también rutinario. Tener vacaciones en cierto mes y hacer un cierto viaje a cierto destino, es parte también de tu rutina. Podemos ver capas y capas de actividades y de formas de tratar de salir de la rutina pero siempre se vuelve parte de la rutina. Pero así es, o así debe ser, todo el mundo lo dice, debes salir de la rutina, debes lograr escapar de ser una persona rutinaria y predecible y que vive sin control de lo que le pasa, que solo está recibiendo los sucesos que se le vienen, no te engañes, nada está pasando porque tú lo quieres así, siempre es porque estás haciendo tu rutina, cumpliéndola, y tú no la definiste y es algo malo, es algo que no puedes dejar que te suceda, porque así tu vida se irá consumiendo rutinariamente hasta el final y ya quedaría todo cerrado y por eso debes salir de la rutina y te tenemos una nueva actividad que podrás hacer para salir de la rutina y …

¿Realmente podemos escapar de la rutina? ¿Realmente debemos escapar de la rutina? ¿La rutina es mala?

Esto de la rutina no es malo. Tener una rutina mala es malo. Esa rutina descontrolada es malo. En muchos casos no tienes elección, ya ni modo, es tu trabajo, es lo que te toca. Muchas cosas de nuestra rutina sí se pueden quitar, mejorar, variar. Esto de la rutina se me hace mucho como la zona de confort. No está mal la zona de confort, pero para que llegue a tener ese nombre debe ser una zona realmente confortable, si tu zona de confort no tiene comodidad no es realmente una zona de confort. Tampoco quiero sonar como coach y decir que todo es mental y que solo manifestando ya arreglas tus huevadas, pero al menos con la rutina creo que el objetivo no es escapar de la rutina, sino encontrar una buena rutina, una rutina que te haga bien, una rutina feliz. Si al final la vida es eso, como ser humano debes tener calma y la calma se logra teniendo regularidad y predictibilidad en las cosas, al menos en la mayoría, que se aceptan sorpresas, que cualquier cosa extra que sea gratificante será bienvenida, eso es obvio, pero el lograr que la rutina de la vida sea una cosa que te dé salud y alegría es el objetivo. Yo tengo un montón de cosas que hago de forma rutinaria que creo que pueden mejorar, pero en el saldo, en el resultado de cada día, me acuerdo de lo hecho y siento alegría. Tengo ese privilegio.

Me cae al huevazo ese positivismo de decir que debes salir de la rutina y que si estás triste es tu culpa porque es sencillo crear una vida feliz, pero creo que es algo alcanzable el lograr que la rutina sea vivible y que tal vez al final puedas decir que tienes una rutina más feliz que triste.

Habitica

Hace unas semanas en mi post sobre Dejar el teléfono por paz mental les hablé así como que porque sí de Habitica. Escribí esto específicamente:

Me ha ayudado a organizarme con mis tareas diarias, mis pendientes y los hábitos que quiero crear o mantener. Todo esto con una capa de juego de rol que me ha funcionado excelente. Esto me ha ayudado mucho con mantener mis rutinas diarias algo que es muy importante cuidar cuando se está trabajando desde la casa, para que los días no se conviertan en un desorden total. Una app altamente recomendada.

Pero de verdad me ha funcionado tan pero tan bien que creo que se merece un post más detallado contando por qué.

Llegas a la web y te recibe algo así:

Instalé la aplicación hace más o menos dos meses. Había probado un mundo de aplicaciones para controlar mis actividades diarias. Había intentado un montón de métodos y estrategias y tips y trucos de internet para poder llevar mis tareas diarias. Ninguno me había funcionado. Así como quien sigue probando di con Habitica, no era la primera vez que escuchaba de la aplicación, pero no le había dado chance. Principalmente la había visto por la parte de gamification (hasta ahora no encuentro una buena traducción de esta palabra, gamificación no es) en algunos artículos la mencionaban pero no llegaba a probarla. Pero esta vez la instalé.

Tiene todo lo que necesito para organizarme en las cosas diarias.

Hábitos: aquí puedes meter hábitos positivos (que quieres cultivar) y negativos (que quieres dejar)

Tareas diarias: tareas que debes repetir día a día. Aquí pongo todos mis quehaceres de la casa, por ejemplo.

Tareas pendientes: una lista de cosas por hacer. Aquí pongo todas las cosas que tengo pendientes y que no se repiten, cosas de una sola vez que debo hacer.

Con esos tres tipos de elementos básicamente he podido volcar todos mis pendientes y tareas en la app. Este paso es uno de los denominadores comunes de todos los métodos de gestión de tareas y de gestión del tiempo. Poner todos tus pendientes y actividades en un lugar por escrito, descargar eso de tu mente, evitar el estrés de pensar de que te estás olvidando de algo y tener la claridad de que cualquier cosa que no esté en tu listado no va a ser hecha, no tiene la importancia como para llegar a ser un pendiente.

Ahora, muchas aplicaciones tienen esto, pero no todas tienes los tres, y no todas los tienen tan claramente definido. Cada actividad puede tener una lista de tareas donde puedes meter más detalle y también puede tener recordatorios. Cuando fui descubriendo esas características realmente no podía creer como esta app tenía exactamente lo que necesitaba. Pero bueno chévere ya tenía todo registrado y ya. De una u otra forma con más o menos detalles esto es algo que ya había hecho en otras apps.

Lo que no me esperé realmente es qué tan efectivo iba a resultar para mí la parte del juego. Cuando cumples tus tareas diarias te dan puntos, cuando cumples con los hábitos positivos de dan puntos, cuando cierras una tarea pendiente te dan puntos. Lo mismo cuando fallas, cuando no cumples una tarea diaria te quitan puntos, cuando caes en un hábito negativo te quitan puntos. Ese hecho que parece hasta medio tonto y simple para mí marcó toda la diferencia del mundo. El ver que cuando no cumplía algo en realidad me estaba afectando (yo sé que son puntos imaginarios) y eso me quitaba puntos de vida. Y empecé a hacer las cosas, empecé a regularizar mis tareas diarias y sobre todo y es lo más empecé a cambiar mis hábitos.

El tiempo es corto aún, pero el tener ya alrededor de 2 meses haciendo mis cosas y cerrando pendientes y teniendo la certeza de que estoy haciéndolo es increíble para mí. En este momento ya voy a empezar con la prueba de fuego. Puse en mis actividades diarias «Hacer ejercicio», esa es la cosa que menos he podido integrar en mi rutina diaria, es el hábito que he querido pero no he podido, es lo que sé que debo hacer por salud pero que no he tenido la motivación ni el seguimiento para hacerlo de forma constante. Si logro esto gracias a esta app ya va a ser la mejor app de la historia para mí. Mientras tanto me alegro por lo que he conseguido, o sea ser un mago de Nivel 19 que tiene una mascota mítica y un caballito de palo.

Sé que hay más, que se puede hacer mucho más con la parte de jugar con tu personaje y hacer más cosas como esas, pero creo que eso más me va a distraer. Por el momento, con el uso que le voy dando tengo todo lo que necesito.

Dejar el teléfono por paz mental

Hoy va un post más bien ligero. Tener acceso a internet es una constante fuente de distracción, crea esta sensación de que si no prestas atención a tus redes sociales y a tu teléfono te estás perdiendo de algo.

Tenía en mi teléfono varias apps que me robaban la atención, la principal era Twitter, mi red social favorita, tenía también algunos lectores para recibir noticias y artículos de internet. Estas sumadas al correo y chat del trabajo y a WhatsApp habían hecho de mi teléfono un auténtica forma de perder el tiempo. Me hice super temático de estar sacando el teléfono del bolsillo para ver las notificaciones.

Me atormentaba.

Tomé un par de acciones que me han servido y que les cuento. Primero quité todas las notificaciones irrelevantes, es decir, dejé solo las notificaciones del trabajo. Quité todas las notificaciones de WhatsApp y Twitter también (pero esto tuvo un efecto nocivo que ya les cuento). Luego de un tiempo me di cuenta que al no tener notificaciones de muchas de las apps realmente no las usaba. Empecé a desinstalar aplicaciones que me salían como no usadas en más de un mes. Fue un buen comienzo.

La falla fue que al saber que como no estaban las notificaciones activas efectivamente podría estarme perdiendo de algún chat o de algo interesante en WhatsApp y en Twitter de nuevo empecé a sacar el teléfono a cada rato del bolsillo para ver si había algo. Una locura como uno crea estas dependencias. Al ver que esto se mantenía opté por desinstalar Twitter (eventualmente la vuelvo a instalar cuando está sucediendo algo muy crítico y quiero estar informado por esa vía, pero eso ya es solo a veces, y la desinstalo por las mismas) pero WhatsApp por motivos obvios personales y hasta laborales la debo tener. Lo que hice fue activar las notificaciones con sonido y solo sacar el teléfono cuando escucho el sonido, contrario a lo que se pensaría, ahí resultó mucho mejor, los únicos que quedaron como inactivos fueron los grupos, pero los mensajes directos con sonido resolvieron lo de estar sacando el teléfono a cada rato.

Para no sentir que no estoy recibiendo artículos de interés hice propósito de revisar Refind todos los días. Es una aplicación maravillosa para mí. Te permite elegir temas de interés y te envía diariamente 3 artículos relevantes. Eso ha hecho que se calme mi ansia por estar buscando información. Les dejo mi enlace de referencia de Refind, si se unen a la aplicación usando mi invitación les dan 20 coins, que se supone podrían llegar a ser dinero cuando sean rentables.

Aprovechando que estoy contando esto otra app que me ha resultado excelente es Habitica. Me ha ayudado a organizarme con mis tareas diarias, mis pendientes y los hábitos que quiero crear o mantener. Todo esto con una capa de juego de rol que me ha funcionado excelente. Esto me ha ayudado mucho con mantener mis rutinas diarias algo que es muy importante cuidar cuando se está trabajando desde la casa, para que los días no se conviertan en un desorden total. Una app altamente recomendada.

Todo esto y hacer propósito de dejar el teléfono botado y lejos del alcance me han servido para tener realmente paz mental.

No estorbar

Una persona va con su carrito de compras en el supermercado. Lo deja en la mitad del pasillo estorbando y se va a ver algo de la percha, el pasillo queda bloqueado para los que pasamos en ambas direcciones.

Una persona pone su auto en doble fila en un semáforo de flecha para virar hacia la izquierda, bloquea el carril y no deja que los que venían atrás puedan pasar recto aunque su semáforo está en verde. Pone la cara de menso con vista al infinito que ponen todos cuando saben que están haciendo algo mal. Se queda ahí estorbando a todos, a los que están atrás y también a los que están en la fila que puede virar hacia la izquierda, al momento en el que arrancan, escapan a chocarse.

Quien deja parqueado su auto sobre un paso cebra o justo frente a una rampa para personas en silla de ruedas. Es ilegal, claro. Pero lo deja igual, estorbando a todos los que cruzan, evitando que alguien en silla de ruedas pueda circular por esa vereda. Igual que alguien deja parqueado su auto ocupando dos puestos, estorbando y evitando que otros autos puedan parquearse.

El funcionario que debe cumplir algún paso o proceso para que las cosas fluyan pero no lo hace o lo retrasa o lo detiene, estorba, impide que el resultado de ese trabajo, trámite o lo que sea, se pueda cumplir.

Alguien que no se hace a un lado cuando pasa una ambulancia. Alguien que se mete en contravía en una calle para evitar el tráfico y obstaculiza al otro y queda creando más tráfico aún. Alguien que no deja pasar a la gente en la vereda. Motos que se pasan por las veredas. Gente que se amontona en las puertas y no deja pasar en buses, paradas, edificios.

Me he estado fijando en lo desconectados que andamos del mundo en las calles, en nuestros trabajos. Me he puesto como propósito tratar de estorbar menos, no ponerme en el camino de la gente, fijarme si con lo que hago estoy impidiendo que alguien pueda movilizarse, hacer alguna acción. A manera de chiste le suelo decir a mi esposa: «A la gente le encanta estorbar», pero lo que creo en realidad es que no se dan cuenta, quiero creer que es eso, que no se dan cuenta de que estorban y no que a pesar de saberlo igual lo hacen y no les importa. En definitiva es uno de mis objetivos actualmente: No estorbar. Puede ser en cosas simples como las que redacto hoy. Puede ser en cosas más complejas e importantes. No estorbar, pensar un poquito más en los demás. Ser más conciente de lo que se hace.

30 minutos de lectura al día

Al fin he logrado volver a leer.

Me estresaba tener tantas cosas por leer, libros físicos, electrónicos, de fantasía, de aventura, de empresa, técnicos, cuentos, novelas. Tantas cosas por leer y yo leo tan lento.

Llegué por coincidencia, o sea por sugerencia del algoritmo de YouTube , a este pequeño documental.

Aparte de lo chévere de este documental que muestra unas librerías super chéveres y recomienda un par de libros me dejó impactado la sección donde el autor de Wait But Why, Tim Urban, habla sobre cómo leyendo 30 minutos al día uno puede terminar leyendo más, en realidad bastante más de lo que se lee actualmente, eso está desde el minuto 1:50 hasta 6:15 aproximadamente, aunque el documental no tiene desperdicio en sus 37 minutos, esa es la parte que más me impresionó.

Decidí darle una prueba a ese acercamiento. En qué momento del día me quedaba mejor sacar 30 minutos, logré a punta de gusto por leer sacar 30 minutos de la mañana. Empecé a despertarme un poco antes para poder tener esa media hora.

Lo único que puedo decir es que resulta. Fue lo suficientemente sencillo y efectivo para resultar. Sacar 30 minutos es algo que sí se puede lograr. Ya sea al inicio del día, ya sea durante algún momento de descanso, tal vez en la noche, antes de dormir, en algún momento del día se puede obtener 30 minutos. Lo bueno es que darse ese tiempo, resulta. Empecé a finales de junio, he leído prácticamente todos los días durante 30 minutos. En el 2018, con todo y lo que me llenaba la boca diciendo que me gusta leer y que es una de las cosas que más disfruto, leí 2 o 3 libros. Usando, por estos meses, lo de leer 30 minutos al día llegué a leer 20 libros.

Esto me ha traído un montón de beneficios, por un lado he podido leer un par de libros que me han servido para tener nuevas ideas para la empresa, por otro lado he leído algunas obras que desde hace mucho tiempo que quería leer y no me daba el tiempo para hacerlo. Pero principalmente me ha dado un impulso anímico brutal, poder tener esa sensación de efectivamente estar leyendo, me ha ayudado a ser mejor con lo que escribo, me ha dado mayor fluidez para expresar mis ideas. Y ahora sí puedo decir: me gusta leer, es una de las cosas que más disfruto, y ahora sí que estoy leyendo, y eso para mí ha sido un triunfo tremendo.

Como bien se dice en el documental, la única forma de vencer a la ansiedad de querer leer más y leer todos esos libros que uno tiene tanto físicos como en la carpeta de descargas, es leyendo, creando un hábito, aprovechando esos tiempos muertos del día con una sesión breve de lectura en vez de darle un tap a una red social.

Lavar los platos

El otro día leí este artículo que se había publicado hace unos meses en Business Insider, ¿Por qué Bill Gates, Jeff Bezos y otros multimillonarios prefieren fregar los platos a mano?. Me causó un poco de gracia porque dentro de los artículos que quería escribir estaba justo uno relacionado a lavar platos, así que como leer este otro artículo me hizo acuerdo, aquí va.

Lavar los platos siempre ha sido uno de mis quehaceres favoritos, en general disfruto de los quehaceres del hogar (planchar no tanto), pero siempre ha habido algo especial con lavar los platos. Tiene su encanto. Como tipo tan propenso a dejar las cosas para más lueguito, y como persona que entrega servicios tecnológicos y soporte hay una sensación de que las cosas nunca terminan y es justo ahí donde una tarea rutinaria como lavar los platos llega a ser relajante.

Lavar los platos es una tarea metódica, constante, finita. Mi rutina es normalmente clasificar un poco todo lo que está sucio, poner prioridades, buscar algún curso o serie y empezar a lavar. En medio de una tarea tan mecánica incluso cuando se mira o se escucha algo en paralelo la mente se vuela, muchas ideas me han venido en ese momento, en ese sentido llega a ser una especie de meditación, y tiene también su encanto ir acomodando todo lo lavado para que se escurra antes de guardarlo y también el secar y guardar cada cosa en su lugar.

Tiene ese gusto de la actividad que finaliza y deja mejor las cosas que como estaban antes. Ver el mesón y el lavabo antes, lleno de cosas y luego ver todo limpio y acomodado. Tiene una gratificación instantánea.

Normalmente cuando comento de mi gusto por lavar platos la gente me dice que cómo me puede gustar, que es lo peor, pero desde que recuerdo me ha gustado. En su momento era una de las pocas tareas de la cocina con las que podía, hoy por hoy que con mi esposa nos turnamos para cocinar normalmente soy yo quien lava los platos, sin duda lo mejor es cuando trabajamos en equipo, mientras ella cocina, yo lavo, y así cuando la comida está lista también todo lo usado queda limpio.

Este gusto por lavar platos llegué a aplicarlo también en el ámbito laboral, me ayudó a hacer amigos en los lugares donde trabajé, se formaba una cadena de lavado en el grupo con el que almorzábamos o tomábamos un café y claro también se convertía en un momento para conversar y reírnos un rato. Luego cuando ya estuve en mi empresa y teníamos algunas personas trabajando, la parte de lavar los platos la llegué a aprovechar ya hasta para traspasar un poco de la filosofía de trabajo que quería que todos manejen. Todos nos turnábamos, y claro siempre había alguien de los típicos que no levantan un plato en la casa pero al final terminaban ayudando en algún punto, tampoco era una exigencia loca, pero era un momento de tranquilidad donde se podía conversar de algo diferente al trabajo, o incluso tratar de sacar nuevas ideas para resolver algún problema, y todos entendían que no habían puestos especiales ni escalafones en la empresa, todos estábamos ahí para ayudar y ser serviciales, para trabajar en equipo en una tarea que no era una obligación para nadie, pero es sin duda necesaria a no ser que se tenga a una persona de limpieza cuyo trabajo sea específicamente ese, y como no había. En definitiva se pueden sacar muchas lecciones de una tarea sencilla como esta.

He llegado a creer que una de las claves para la felicidad es poder disfrutar y sacarle provecho a lo más trivial, rutinario y mundano. Este es el ejemplo más claro que tengo para demostrar esto.