Reunionitis

Las empresas sufren de reunionitis. Obviamente las empresas que sufren de reunionitis están compuestas por personas que sufren de reunionitis. Incluyo este comic de Work Chronicles para ilustrar mejor mi punto.

Sigan a Work Chronicles, diversión (y rabia porque te identificas demasiado con las situaciones que presenta) garantizada

Las reuniones son necesarias en muchos casos, pero en muchos otros no. Existen muchas prácticas que han viciado la creación de reuniones, el tener acceso a los calendarios de la gente con la que se trabaja es una herramienta que puede ser útil pero que también crea una impresión errónea de que cualquier horario que se vea disponible es un horario que puede ser tomado para llevar a cabo una reunión.

Una opción es empezar a bloquear tiempos en los que uno va a realizar actividades específicas, pero esto crea un problema a la larga si no se maneja de forma adecuada. Si una persona empieza a bloquear demasiados rangos de tiempo crea un efecto de bola de nieve porque la gente que ingresa a ver su calendario encuentra horarios disponibles lejanos, entonces como tiene que reunirse con esa persona le reserva ese tiempo, y si alguien más entra sigue encontrando tiempos lejanos y sigue reservando con más lejanía, es una situación que he visto, personas que tienen planificadas reuniones hasta con meses de anticipación, tienen agendas copadísimas. La gente que tiene urgencia por reunirse empieza a poner reuniones en horarios o muy temprano o muy tarde, fuera del horario laboral o ya simplemente ignora por completo que exista un tiempo que está bloqueado e igual pone la reunión asumiendo que tal vez no se trata de una reunión sino que la persona se está reservando tiempo para (irónicamente) poder trabajar e igual ponen reuniones cruzadas sin importar.

Hace unos días pasé un par de apuntes que tomé en un webinar de trabajo asíncrono, que principalmente para mí tiene sentido en el trabajo remoto, pero que creo que también tiene cabida en el trabajo presencial. La cuestión es que en trabajo remoto mucha gente ha tratado de replicar el mismo ritmo y comportamiento que tenía en la oficina, quieren tener como que esa misma dinámica de todos estamos ahí (todos estamos conectados) y por ende puedo ir un ratito (mandarte un mensaje) a preguntarte una cosa así rapidito. Todos esos momentos de interrupción terminan costando en el flujo de trabajo de las personas, el esperar que las respuestas sean inmediatas para todo es realmente irreal, debemos entender que las personas no están disponibles única y exclusivamente para atender nuestras necesidades. Entonces como la gente quiere tener respuestas en ese momento arman una reunión. Las reuniones terminan siendo muchas veces lo único que la persona hace durante toda su jornada laboral, un sinsentido.

Otro problema creado por los calendarios compartidos es que por default te ponen reuniones de 30 minutos o una hora. La gente termina creando reuniones de una hora para cosas mínimas, reuniones que terminan en 10 minutos y dejan 50 minutos bloqueados de esa hora. La gente entonces usa esos 50 minutos para trabajar pero igual se termina creando el efecto de bola de nieve, no fue real que esa persona ya no tenía disponibilidad. Ser realistas con el tiempo que se debe reservar para la reunión y respetarlo a rajatabla ayuda para que no se desperdicie el tiempo de los involucrados. Y eso me recuerda también que muchas veces la gente usa las reuniones como primera opción y no se da cuenta de que para la compañía eso es muy costoso. Unes a 8 personas en una reunión de 1 hora y para la empresa no es solo una hora, son 8 horas de trabajo que deberían ser aprovechadas de la mejor forma.

La solución es más bien cultural, no optar por las reuniones como primera opción sino como la última alternativa. No asumir que un espacio disponible en la agenda de alguien es un espacio que puede ser usado de forma automática. El ser transparente en qué momentos del día están disponibles es clave para que se puedan negociar los mejores horarios para llevar a cabo reuniones porque sino caemos en el caso de la bola de nieve de reuniones que ya comenté antes. Mejorar la comunicación y aceptar que las cosas funcionan si se hacen de forma asíncrona, la gente que es conciente y respetuosa del trabajo de los demás podrá responder lo más pronto posible a la solicitud que se le ha hecho. Crear esa confianza y consideración hacia el tiempo de los demás facilita que el ambiente y la productividad en el trabajo sean mejores.

Es consistencia, no intensidad

Me crucé hoy con un video de Simon Sinek (él es otra de la personas cuyas charlas y línea de pensamiento resuenan mucho en mí) en el que hablaba de la importancia de la consistencia, comparándola con la intensidad. Hace una analogía buenísima sobre ir al gimnasio, vas al gimnasio un día, por 20 minutos, y al día siguiente no ves mejoras. Vas 2 días y ves que no hay mejoras. Eventualmente llega un día en que notas la diferencia. Estás en forma. Pero eso solo se puede lograr de forma consistente. No puedes ir un día al gimnasio por 9 horas y esperar que se logren los resultados.

Es algo que hay que aprender a asimilar, en parte escribir aquí para mí es eso, un ejercicio de consistencia. No puedo publicar todo lo que quiero con un solo día de escribir, no puedo tener solo un post exitoso y pensar que ya fue, no puedo pensar que una sola publicación extensa es suficiente.

Lo que me agrada es que lo estoy logrando, estoy logrando ser consistente en mi calendario de publicaciones, estoy logrando presentar mis ideas, estoy logrando publicar muchas cosas que tenía guardadas por muchos años. Es un ejercicio mental que me está haciendo bien y poco a poco más personas me han leído. Creo que eso tiene valor y espero que mis publicaciones resulten de valor para las personas que las leen.

Los resultados se logran haciendo un buen trabajo de forma consistente, puedes lograr que un día se haga algo excepcional, pero no puedes vivir solo de ese éxito, se debe hacer todos los días un buen trabajo, el trabajo suficiente, no hay forma de forzarlo, no es posible trabajar todas las horas del día y buscar que ese trabajo sea suficiente, se debe hacer un buen trabajo en cada jornada. Esto va muy en línea con lo que estoy leyendo actualmente (releyendo) en It doesn’t have to be crazy at work (próximamente les pasaré mis apuntes de ese libro). La constancia y la consistencia superan a la intensidad, de hecho la consistencia es lo único sostenible para un ser humano, pero al mismo tiempo requiere de un gran esfuerzo (al menos para mí) para poder mantenerla en el tiempo.

No logro encontrar la entrevista original pero les comparto este que es uno de los videos que tiene toda la entrevista y no solo una sección, la entrevista no tiene parte mala, es una fuente buenísima de conceptos (buenos) sobre liderazgo. Al margen de lo ya dicho en este post, qué complicado que es encontrar la información que uno quiere en internet hoy por hoy, en este caso en YouTube, buscas cierta entrevista y te sale un montón de bits de la entrevista de cientos de canales, esos canales tienen miles de visualizaciones de esos contenidos y por eso el algoritmo muchas veces los pone incluso por encima del creador original. Hay tantas cuentas creadas con contenido ajeno, solo por los clics. Pero bueno, así es como estamos.

Matriarcado

Soy el producto de un matriarcado. El otro día me di cuenta de eso y, aunque tengo en mi vida también la suerte de tener grandes y honorables figuras masculinas (empezando claramente por mi padre), quería aprovechar hoy que es el Día de la Mujer para escribir esto.

Pude conocer a mi bisabuela materna, pero no a mi bisabuelo. Pude conocer a mi abuela paterna, pero no a mi abuelo. Tengo la suerte de haber vivido mucho de mi vida cerca de mi abuela materna, a mi abuelo lo conocí a los 15 años y compartí con él ya en la vida adulta fungiendo más como amigo que como abuelo. Estas circunstancias hicieron que la mayoría de personas adultas de mi familia cercana sean mujeres.

Mi bisabuela siempre fue un personaje que destilaba fuerza, representante de un pasado que murió añorando, una persona muy dura, producto de su tiempo. De ella tengo principalmente el recuerdo de visitas que le hacía donde me contaba justo historias de ese pasado de opulencia, de alguna forma ella quería inculcarnos ese orgullo (por suerte no me caló tanto eso) pero en realidad lo que más recuerdo de ella es que hacía pan, que era un pan delicioso que nos seguimos reuniendo todos los años a hacer. Hizo algunas cosas malas. He aprendido a disculparla.

Mi abuelita paterna la recuerdo cocinando en un fogón de leña que tenía en el patio de atrás. Es uno de los recuerdos más antiguos que tengo, ella en el fogón, yo con unos 4 años tal vez, lastimosamente no tengo un recuerdo tan claro de ella antes de estar enferma, ya en cama la mayor parte del tiempo. Pero cuando la recuerdo es una sensación cálida, es una sonrisa.

A mi abuelita materna la tengo aún, ella es sin lugar a dudas una de las personas más influyentes en mi vida. Ella siempre trabajando, ella siempre intentando nuevas cosas, siempre abriendo un nuevo negocio. Su vida difícil siempre la vivió sonriendo al final, a pesar de las dificultades siempre nos hacía reír, siempre nos cuidaba, nos retaba cuando era necesario, nos molestaba, nos consentía. De ella igual tengo muchas historias de sus sacrificios y lo duro que fue desde que mi abuelo decidió irse. Ella a veces no quiere aceptarlo, quiere quitarse el mérito, pero mi familia es lo es que es gracias a ella. La situación de su vida fue muy compleja pero ella logró que en nuestro recuerdo haya más alegría que tristeza. Ya ganó.

Tengo también a mi tía paterna, ella es otro de los personajes de fortaleza que tengo en mi vida, una de mis favoritas. Otro símbolo de esfuerzo, soporte total para su hija, soporte total para mi padre, también soporte para mi madre. Ella siempre ha estado para nosotros, una persona muy ocurrente, divertida, dicharachera. Las palabras no me alcanzan para describir el privilegio que es tenerla en mi vida.

Mis tías maternas, igual, siempre emprendedoras, siempre fuertes y decididas. Su calidez y su presencia incondicional en mi vida han sido pilares de apoyo y de seguridad también para mí. Ellas con su cariño siempre han sido extensiones de mi casa, es decir siempre que estoy donde o con ellas sé que estoy en mi hogar.

Mi mami, obviamente, está en otro nivel. Su amor y cariño. Su forma de comprenderme, su apoyo siempre. Ella, digna heredera de mi abuela, siempre emprendedora, siempre atenta a todo (Mi mami va a tener un post especial por el día de la madre, por eso no me extiendo más ahorita, pero no le cuenten).

(Tuve que hacer una pausa porque me emocioné pensando en todas)

Entre todas estas personas criaron y cuidaron a mis hermanos, mis primos y a mí, me encanta que igual su legado se siga perennizando en las generaciones que vienen en nuestra familia. Es un privilegio tan grande haber crecido con el cuidado de todas ellas y con su ejemplo de lucha, dedicación y amor, todas enfrentándose a la adversidad, todas enfrentando las dificultades. Es algo que agradezco, algo que me enorgullece, algo que me engrandece. Su influencia me ha hecho ser el que soy hoy, ellas son piezas fundamentales de quién soy hoy. Quiero ser consecuente y digno de su ejemplo, que su legado se vea también en que yo sea un mejor hombre, esposo y padre.

Habitica

Hace unas semanas en mi post sobre Dejar el teléfono por paz mental les hablé así como que porque sí de Habitica. Escribí esto específicamente:

Me ha ayudado a organizarme con mis tareas diarias, mis pendientes y los hábitos que quiero crear o mantener. Todo esto con una capa de juego de rol que me ha funcionado excelente. Esto me ha ayudado mucho con mantener mis rutinas diarias algo que es muy importante cuidar cuando se está trabajando desde la casa, para que los días no se conviertan en un desorden total. Una app altamente recomendada.

Pero de verdad me ha funcionado tan pero tan bien que creo que se merece un post más detallado contando por qué.

Llegas a la web y te recibe algo así:

Instalé la aplicación hace más o menos dos meses. Había probado un mundo de aplicaciones para controlar mis actividades diarias. Había intentado un montón de métodos y estrategias y tips y trucos de internet para poder llevar mis tareas diarias. Ninguno me había funcionado. Así como quien sigue probando di con Habitica, no era la primera vez que escuchaba de la aplicación, pero no le había dado chance. Principalmente la había visto por la parte de gamification (hasta ahora no encuentro una buena traducción de esta palabra, gamificación no es) en algunos artículos la mencionaban pero no llegaba a probarla. Pero esta vez la instalé.

Tiene todo lo que necesito para organizarme en las cosas diarias.

Hábitos: aquí puedes meter hábitos positivos (que quieres cultivar) y negativos (que quieres dejar)

Tareas diarias: tareas que debes repetir día a día. Aquí pongo todos mis quehaceres de la casa, por ejemplo.

Tareas pendientes: una lista de cosas por hacer. Aquí pongo todas las cosas que tengo pendientes y que no se repiten, cosas de una sola vez que debo hacer.

Con esos tres tipos de elementos básicamente he podido volcar todos mis pendientes y tareas en la app. Este paso es uno de los denominadores comunes de todos los métodos de gestión de tareas y de gestión del tiempo. Poner todos tus pendientes y actividades en un lugar por escrito, descargar eso de tu mente, evitar el estrés de pensar de que te estás olvidando de algo y tener la claridad de que cualquier cosa que no esté en tu listado no va a ser hecha, no tiene la importancia como para llegar a ser un pendiente.

Ahora, muchas aplicaciones tienen esto, pero no todas tienes los tres, y no todas los tienen tan claramente definido. Cada actividad puede tener una lista de tareas donde puedes meter más detalle y también puede tener recordatorios. Cuando fui descubriendo esas características realmente no podía creer como esta app tenía exactamente lo que necesitaba. Pero bueno chévere ya tenía todo registrado y ya. De una u otra forma con más o menos detalles esto es algo que ya había hecho en otras apps.

Lo que no me esperé realmente es qué tan efectivo iba a resultar para mí la parte del juego. Cuando cumples tus tareas diarias te dan puntos, cuando cumples con los hábitos positivos de dan puntos, cuando cierras una tarea pendiente te dan puntos. Lo mismo cuando fallas, cuando no cumples una tarea diaria te quitan puntos, cuando caes en un hábito negativo te quitan puntos. Ese hecho que parece hasta medio tonto y simple para mí marcó toda la diferencia del mundo. El ver que cuando no cumplía algo en realidad me estaba afectando (yo sé que son puntos imaginarios) y eso me quitaba puntos de vida. Y empecé a hacer las cosas, empecé a regularizar mis tareas diarias y sobre todo y es lo más empecé a cambiar mis hábitos.

El tiempo es corto aún, pero el tener ya alrededor de 2 meses haciendo mis cosas y cerrando pendientes y teniendo la certeza de que estoy haciéndolo es increíble para mí. En este momento ya voy a empezar con la prueba de fuego. Puse en mis actividades diarias «Hacer ejercicio», esa es la cosa que menos he podido integrar en mi rutina diaria, es el hábito que he querido pero no he podido, es lo que sé que debo hacer por salud pero que no he tenido la motivación ni el seguimiento para hacerlo de forma constante. Si logro esto gracias a esta app ya va a ser la mejor app de la historia para mí. Mientras tanto me alegro por lo que he conseguido, o sea ser un mago de Nivel 19 que tiene una mascota mítica y un caballito de palo.

Sé que hay más, que se puede hacer mucho más con la parte de jugar con tu personaje y hacer más cosas como esas, pero creo que eso más me va a distraer. Por el momento, con el uso que le voy dando tengo todo lo que necesito.

Esos minutos sueltos

Últimamente el algoritmo de YouTube me está recomendando un montón de videos sobre trucos de productividad y de gestión del tiempo, básicamente porque últimamente he visto algunos de esos videos tanto para poder crear alguna publicación por acá o para encontrar alguna solución a mis fallas para gestionar el tiempo.

La cantidad de gente que te dice lo que debes hacer para ser más productivo es abrumadora. Hay demasiado contenido creado alrededor de eso y ver demasiado ese tipo de videos o publicaciones es en sí una auténtica pérdida de tiempo. Así que bueno, justo me prometí dejar de ver ese tipo de videos y justo en la última sección del último video que vi encontré algo que sí me pareció bien interesante y que me dejó pensando en cómo desperdicio algo de tiempo al día.

Este es el video en cuestión si quieren verlo completo.

Las primeras recomendaciones son como que bien genéricas y hasta intuitivas y en parte chistosas también porque básicamente te dice que podrías tener más tiempo todos los días si dejas de hacer todo el resto de cosas. Pero bueno no es tan así porque sí da algunos consejos de cómo hacer más conciente el consumo de redes sociales, está bien. Pero claro de ahí dice deja de ver TV, deja de ver noticias y deja de hacer los quehaceres de la casa y tendrás más tiempo. debo admitir que hasta ahí vi el video como castigándome para que sea de verdad el último video de ese tipo que veo.

Y vino el consejo que sí es bueno.

Aprovechar los minutos sueltos.

Si lo analizas es medio básico también pero a mí me pegó. En concreto se trata de no pensar que los momentos que tienes entre una actividad y otra no son suficiente para hacer algo. Esos minutitos sueltos que te quedan entre una reunión y otra. Ahora bien, no soy fan de tirarte a matar y meter tareas de trabajo como loco hasta en los tiempos más pequeños, es importante también darle al cerebro chance de hacer el cambio de actividad, prepararse para lo siguiente que debe ser hecho, pero aquí viene mi problema (y a veces puede sonar a chiste, pero no es chiste). A veces inclusive cuando se trata de una gran cantidad de tiempo no logro arrancar una actividad porque en mi mente pienso que el tiempo que voy a tener no es suficiente para concluirla entonces la pospongo.

Digamos que tengo media hora antes de entrar en una reunión, una reunión acaba de concluir así que me tomo 5 minutos para ir por agua, descansar, ver el teléfono, responder algún mensaje. Veo mi lista de pendientes y no encuentro nada que pueda ser concluido en esos 25 minutos que tengo aún. Así que no inicio con esas tareas, las pospongo y lleno los 25 minutos con actividades varias (no necesariamente productivas). El consejo del video es empieza las actividades aunque creas que no las vas a terminar y eso me parece tan simple como misterioso en este punto. Hice la prueba y con muchas de las cosas que tenía en mente resultaba que sí era suficiente tiempo. Pude cerrar muchos de los pendientes que llevaba aplazando usando esos tiempos cortos. En muchos casos mi estimación (la que me hacía pensar que no era suficiente tiempo para esa tarea) era demasiado alta y sí se lograba hacer, pero incluso cuando sí era adecuada y, en efecto, no se lograba concluir, al haber arrancado ya con la tarea era mucho más probable que ya la despache en otro de esos bloques de minutos sueltos.

Estoy releyendo el párrafo anterior y aunque suena muy lógico para mi cerebro y mi hábito de cómo hacer las cosas no es tan fácil cumplir con esto, y es un esfuerzo que estoy haciendo para no pensar que el tiempo es muy pequeño como para conseguir resultados y por ende voy a aplazar la tarea.

Ir mejorando así en pequeños incrementos creo que es la clave del asunto, luego de haber visto y leído tanto sobre manejo del tiempo estoy seguro de que no hay receta mágica. Encontrar pequeños ajustes que nos ayuden a aprovechar más la jornada, en realidad, se vuelve gratificante.

Ideas sueltas sobre el acoso laboral

En estos días se está hablando de la aprobación de una ley en Ecuador donde se está catalogando como acoso laboral a las llamadas, correos y mensajes por parte de jefes a empleados fuera de horario laboral. Por supuesto en Twitter mi red social favorita ya están mandando todo eso al carajo y hay un debate sobre lo que sí debería y no debería hacerse y qué sí y que no es acoso laboral y ya pues… aquí va lo que creo sobre ese punto específico (espero poder leer la ley próximamente y dar un criterio más amplio, pero por el momento es lo que hay).

¿Debería existir una ley que evite que un jefe contacte a sus subalternos fuera de horario laboral? Creo que no, debería ser sentido común. Pero claro, eso no es real, es una queja super común el que alguien diga que lo contactan fuera del horario e incluso en horas ya muy extremas. Eso fue mucho más notorio en la pandemia, cuando mucha gente estuvo remota y muchos jefes perdieron la cabeza y la noción de los horarios. Algunas veces escuché durante esa época – Igual les llamo no más, si están en la casa sin hacer nada, no pueden ni salir, de ley están disponibles – y claro eso creo una distorsión que se sigue manteniendo, mucha gente en esa época rara que nos tocó vivir se refugió en su trabajo y se quedaron trabajando en ese ritmo y en esa dinámica incluso cuando regresaron a presencial (iba a poner a la presencialidad pero me dio risa).

Ahora, yo creo que el que un jefe contacte como cosa común a sus subalternos fuera del horario laboral sí es acoso, o sí puede llegar a serlo. El que no permitan a la gente estar tranquila en su casa en su tiempo libre, que les reclamen que no estaban disponibles en una hora totalmente inadecuada y muchas veces por motivos innecesarios, por cosas que pueden esperar para el siguiente día, es un problema. No está bien.

Ahora también, hay trabajos que tienen eso como indispensable. Yo por ejemplo, trabajo en el área de operaciones de TI y es un área que se presta a que hayan incidentes que deben ser atendidos sin importar la hora. Hay por ende un montón de casos y de profesiones que tienen esto como inherente. Cómo va a definir exactamente la ley y el reglamento de esta ley lo que es y lo que no es acoso va a ser algo interesante de conocer.

Si el trabajo lo requiere la gente debe estar disponible en horarios extendidos, pero eso debe ser una excepción, debe ser un trabajo programado, tener una organización con turnos, tener un esquema claro de horas extras. Los contratos deben ser claros y detallar todo esto. No es vagancia, es saber que uno debe tener la tranquilidad de desconectarse del trabajo y descansar sin temor, sin miedo a represalias.

Al final esto es una nota de cultura en la organización, no se debería incentivar que la gente trabaje como loca sin parar. Por otro lado se deben medir las expectativas y definir los comportamientos, por ejemplo, en el caso de los correos electrónicos. Si un jefe decide que va a trabajar un tiempo por la noche y empieza a despachar correos, ese correo le genera una notificación a los destinatarios, ese jefe debe tener conciencia de que ese correo no puede ser respondido inmediatamente y la persona que lo recibe debe tener la tranquilidad de que no debe responderlo hasta el siguiente día. Son cosas que se deben ir normando en los equipos de trabajo. Justo el otro día publiqué apuntes sobre una charla de trabajo asíncrono que vi, esas ideas aplican en esto, la comunicación fuera de horario laboral es asíncrona. Esto termina siendo cultura de la organización, cómo la gente define y sabe que puede trabajar.

Realmente tengo ideas que se atropellan en mi cabeza con esto, creo que es bueno que se note, pero al mismo tiempo creo que si la ley no define las cosas de forma muy precisa todo esto se puede descontrolar.

Así son los negocios

Así son los negocios. Con el tiempo he aprendido a odiar a esa frase. Siempre que he tenido que escuchar a alguien diciendo «Así son los negocios» ha sido en situaciones estúpidas, incomprensibles y hasta ilegales. Se me hace que es la típica frase que se usa ya como comodín en cualquier tipo de situación para justificar lo injustificable, decir que se está haciendo algo de cierta forma porque así se hace, así se ha hecho siempre y, por lo tanto, así se debe seguir haciendo.

Alguien maltrata a sus trabajadores. Así son los negocios.

Alguien pide una coima para que una empresa se quede con un contrato. Así son los negocios (como comentario al margen de esto, siempre que se escucha coima se piensa de una en el sector público, pero en el privado también la corrupción se pasea campante).

Alguien decide que no va a pagar lo que debe a sus proveedores o trabajadores – si pueden cóbrenme – dicen. Así son los negocios.

Alguien empieza a meter materiales de menor calidad en sus productos para ganar más sin importar las consecuencias en sus consumidores. Así son los negocios.

Alguien toma acciones en contra de sus socios y caga a la compañía. Así son los negocios.

Alguien hace daño a la naturaleza con sus procesos de producción. Así son los negocios.

Alguien se roba información y la entrega o vende al mejor postor. Así son los negocios.

Alguien se pone a asesorar a empresas que van bien y cuando todo está mal y necesitan de verdad ayuda y que cumplan acuerdos les dice: Así son los negocios.

La verdad tengo mil situaciones que podría exponer aquí, pero se pondría demasiado personal y sufridor este post. En general solo escucho esto de «Así son los negocios» como excusa para no hacer las cosas con ética, no cumplir los acuerdos, justificar cualquier injusticia, justificar lo malo que haces con una frase insulsa y luego salir a decir que eres un empresario implacable que hace lo que se necesita para alcanzar el éxito, mentalidad de tiburón y mil otras pavadas que se dice la gente para sentirse mejor.

Ojalá algún día lleguemos a un punto en el que se diga «Así son los negocios» y eso represente la responsabilidad, pulcritud, rectitud y bondad que debería ser lo común y lo normal al tratarse de empresas. Creo que esta vez sí me fue la mano con lo utópico.

¿De qué te arrepientes?

Esta publicación es de alguna forma una continuación de esta otra donde conté cómo fuimos decidiendo y aceptando lo que hacía y no hacía la empresa.

Hace unos días leí un tweet de Jason Fried (porque no soy solo fan de sus libros, es uno de mis referentes definitivamente y lo sigo en Twitter y en su sus publicaciones en HEY World) donde comenta esta pregunta: ¿Qué te hubiera gustado conocer en ese momento de lo que sabes ahora?, y que por extensión me llevó a la pregunta que le da título a esta publicación: ¿De qué te arrepientes?

Es cargoso ponerse a pensar en eso. Leí mi post de Qué dizque hace la empresa y di un breve repaso a la decisión final que tomamos. Luego de más de diez años creo que no fue la decisión correcta, pero puedo decir que no fue la decisión correcta solamente ahora, en ese momento, en esa circunstancia con las variables de ese momento en nuestras vidas, tenía toda la lógica.

Estábamos entrando en una pequeña escala en el negocio del desarrollo web, estábamos encaminados en ese negocio, pero era un largo camino rumbo a la relevancia. Ciertamente, no daba ninguna garantía para ninguno de los involucrados en la empresa, pero para mi esposa y para mí estaba empezando a funcionar, peeeero teníamos esa desesperación de tener algo para que el resto de gente quiera también venir, era como esa sensación de que si vienen más a arriesgar en conjunto va a ser más llevadero (y luego cuando logré eso también fue algo que de lo que me arrepentí). Esos pequeños negocios de crear webs y pequeñas aplicaciones no brindaban certeza pero nos gustaban. Luego aparecieron grandes negocios asociados a nuestros conocimientos de herramientas que ya conocíamos y vino la decisión, entremos a esos negocios, demos esos servicios, es lo lógico, es lo que se debería hacer y así habrá dinero y vendrán todos a la empresa y ya no estaremos solos. Y me arrepiento de eso, porque al haber estado solo los dos éramos felices y estábamos haciendo cosas que nos gustaban, luego vinieron los otros y empezaron un montón de problemas que no teníamos antes y empezamos a meternos en un negocio que no nos agradaba ya pero en el cual éramos buenos y luego la gente se fue y volvimos a quedar los dos y nos quedamos en la misma línea de negocio.

Dimos unos cuantos buenos años dando esos servicios pero sin disfrutarlo del todo. Muchos factores relativos a ese negocio ya no iban con nosotros, pero bueno, estando solo los dos con el nuevo equipo que fuimos formando fue mejor, fue más disfrutable. Si no hubiéramos seguido con esa línea no hubiéramos llegado a conocer a personas con las que hemos trabajado y que ahora son importantes para nosotros.

Pero viéndolo desde este punto del tiempo me arrepiento de haber cambiado a los pequeños negocios web por los grandes proyectos de software empresarial, visto de forma rápida los proyectos eran super rentables pero no eran tanto así, eran muy complejos, las herramientas no se adaptaban lo suficiente, sus procesos de venta eran largos y extenuantes, pero había movimiento y nos especializamos y fuimos los mejores (lo digo sin temor a equivocarme y sin fingir modestia, los mejores, duela a quien le duela, técnicamente nadie, ni los que trabajaban directamente para la marca, era mejor que nosotros) pero proyectos con cifras elevadas son imanes de problemas y de maldad, y eso sí nunca hemos sido buenos para ser malos.

La falla también fue que esa hiperespecialización nos dejó con un conocimiento demasiado específico y estoy seguro que si hubiéramos continuado con la línea de lo web hubiéramos tenido conocimiento y experiencia más general. Es el dilema de qué quieres ser: especialista o generalista. Ambos caminos válidos, ninguno certero, ambos con potencial para poder alcanzar éxito.

Quiero creer que podemos cambiar y podemos rearrancar en un nuevo negocio, quiero creer que con el conocimiento de esta década y pico podemos lograr cosas diferentes y buenas. Tal vez de aquí a diez años regrese a ver a este punto y lo que estamos haciendo me deje decir – No me arrepiento de nada.

Trabajo como loco

Como parte de mi proyecto de ir sacando apuntes de libros y contenidos que me parecen buenos empecé a leer «It doesn’t have to be crazy at work» y estaba pensando en lo común que es escuchar que la gente está trabajando como loca. Luego me topé con esta caricatura de Work Chronicles y dije – ya, tengo que hablar sobre eso. (A propósito, Work Chronicles es un webcomic donde presentan situaciones relacionadas al trabajo como esta, es super divertido y les recomiendo un montón que lo sigan).

En serio, visiten Work Chronicles es buenísimo

Y efectivamente ante una persona que está alardeando que dedica muchísimas horas al trabajo la pregunta es «Pero ¿por qué?» (o ¿para qué?). Tenemos esta cultura donde se valora mucho el trabajo duro. Creo que eso está bien, se debe valorar el esfuerzo de la gente. Se debe incentivar a que las personas cumplan con sus objetivos y se esfuercen por lograrlos. El problema es que ese montón de ideas positivas sobre el trabajo duro han terminado tergiversándose y viciándose.

Una persona termina trabajando más de ocho horas al día, su trabajo en lugar de ser más productivo es lo contrario, termina sus tareas pero sacrifica todo el resto de cosas, la gente lo mira, unos lo admiran, otros lo compadecen. Qué gran trabajador dicen los primeros, qué ineficiente dicen los otros. El dedicar tantas horas al trabajo necesariamente implica que se están descuidando el resto de aspectos: la familia, los hobbies, el entretenimiento, el descanso. Ninguna persona puede dar buenos resultados ni crecer de forma integral si no tiene una vida equilibrada.

Una gerente trabaja sin descanso, no importa, fines de semana, horarios nocturnos, lo que sea para demostrar su compromiso, su nivel de profesionalismo, poco a poco empieza a exigir lo mismo de la gente que trabaja con ella, en su equipo de trabajo es mal visto que alguien tenga un horario convencional, que alguien no vea lo crítico de todo lo que están haciendo y que no se quede más horas cada día para concluirlo. Si ellos no logran cumplir ¿qué va a pasar? Todos deben tener esa presión de que van tarde, todos deben trabajar sin parar. Esto es algo insostenible en el tiempo.

Una persona siempre trabaja como loca, siempre está disponible y dispuesta a afrontar los retos, cada vez que le asignan algo lo acepta, no sabe el significado de la palabra «NO», con ella pueden contar todos, su trabajo lo deberían estar haciendo 2 personas, pero no, no importa, es una persona que vale por dos, por tres. Crea una falsa idea de que el número de personas que está en el área es suficiente y obviamente pueden con más. Termina explotando, termina quemándose, normalmente igual la compañía no lo ascenderá, es clave que esté en esa posición porque sino deberían contratar a los dos que lo van a cubrir. Nuevamente insostenible.

Un presidente dice en una entrevista que invita al pueblo a trabajar más duro, el mismo número de horas que están trabajando ellos y que así no les faltará un plato de comida y todo va a mejorar. Esta es una adición que acabo de hacer porque ayer el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, se mandó esta perla, al final está asociado a lo mismo, se disfrazan cosas negativas con la etiqueta de trabajo duro.

Las situaciones descritas en los párrafos anteriores son super comunes, todas muestran una porción de lo malo que se puede crear, del discurso negativo que se puede armar, alrededor de algo loable como trabajar duro. Trabajar más de 40 horas a la semana no debe ser bien visto y no debe ser la norma sino la excepción. Si una persona del equipo no para de trabajar, es necesario evaluar si esa persona realmente está rindiendo, si su carga es demasiada y necesita más ayuda, si lo que hace durante el horario regular realmente es productivo. Si una persona está instando a los demás a trabajar más de lo que deben, es necesario comprender por qué y redefinir las cosas. Trabajar como loco no debe (y más aún, no puede) ser la norma.

Y es que no se trata solo de trabajar duro, realmente lo que debemos buscar es trabajar mejor. Mejor ¿para qué? (o ¿para quién?). Siempre, desde mi punto de vista, debe ser trabajar mejor para las personas. Trabajar mejor para que puedan cumplir sus horarios de trabajo y salir, porque meter más horas en el trabajo no implica que vas a tener más o mejores resultados, menos en el largo plazo. Un constante estar trabajando como loco solo tiene consecuencias negativas al final. Un trabajo más disciplinado, realista, calmado (pero no despreocupado, negligente ni falaz) es lo que sí se puede sostener en el tiempo y dará resultados consistentes y dará tranquilidad a la persona.

Una persona tranquila y que cumple con su trabajo y que tiene chance de desarrollar sus otros intereses es una persona más plena y por ende un mejor trabajador y alguien mejor para la empresa. La empresa tendrá mayor productividad si está llena en su mayoría de personas de este tipo. Que sin importar su nivel jerárquico ayuden a popularizar ese tipo de trabajo bien proporcionado y bien pensado. Que eso forme parte de la cultura de la empresa, un trabajo bondadoso, realista, motivante. Personas que sin duda estarán prestas a trabajar un poco más cuando sea necesario, pero no puede ser que la constante sea que es necesario trabajar más todos los días, eso denota y muestra claramente otro tipo de problema en la compañía y no va por el nivel de compromiso ni de profesionalismo de la gente.

Estas ideas un tanto aleatorias espero poder seguirlas ampliando en futuros posts. Creo que hay una mejor forma de trabajar. No digo que la conozca o la viva plenamente, pero sí estoy seguro y enfocado en buscarla y en hablar sobre ella, que todos tengamos mejor vida laboral debe ser una preocupación básica de todas las compañías y empresarios.

Cuando pienso en este tipo de cosas pienso que tal vez estoy siendo demasiado idealista, que plantear una forma de trabajar más tranquila es utópico, pero realmente pienso que es algo por lo que debemos luchar. Es importante luchar por el bienestar.