Apuntes de Async Work

Hace unos días me topé con esta clase en línea de Trabajo Asíncrono (el título dice que es una masterclass pero el término masterclass me terminó cayendo mal por sobreutilización durante la pandemia) creada por Remote (la empresa). Es como un super resumen en video de los conceptos que ya les compartí en mis apuntes de Remote (el libro). Mi apunte principal y que resume tanto la masterclass(ya qué) como el libro es:

El trabajo remoto es asíncrono o no es, querer recrear la misma dinámica que existía en la oficina, estando todos dispersos, no funciona.

Yo

Les recomiendo que tomen la clase, les toma máximo una hora y la pueden ver en cualquier momento, al final hay un cuestionario y hasta te dan una insignia por haber completado la clase. De todas formas si quieren solamente el resumen del resumen del resumen aquí les dejo los apuntes que saqué.

  • Trabajar remotamente necesita de trabajar de forma asíncrona. Es por una cuestión de libertad y de organización del tiempo, si se forza a alguien a trabajar en cierta manera o en cierto horario se está truncando el potencial del trabajo remoto. Se trata también de trabajar de forma transparente, la gente debe cumplir con su parte, la gente puede trabajar en el horario que quiera pero con conciencia del impacto que su trabajo puede tener con los otros. Encontrar ese equilibrio es complicado pero merece el esfuerzo.
  • El trabajo remoto y por ende el trabajo asíncrono requiere de mucha comunicación. El término usado en la clase es sobrecomunicar (¿existe esa palabra?) de forma que la gente sepa lo que estás haciendo. La herramienta más usada en definitiva es el chat, pero para lograr esa sobrecomunicación es preferible el uso de canales públicos, chats grupales que permitan ir comentando avances y que permitan a personas que no están inicialmente involucradas entrar en la conversación cuando sea necesario. Mientras menos comunicación directa exista es mejor para crear una sensación de que todos están en la misma línea.
  • El trabajo asíncrono se apoya mucho en la documentación, el objetivo debe ser tener una sola fuente de información donde todos puedan colaborar. Si no es una sola fuente puede igual todas las fuentes existentes deben ser colaborativas para que la gente relacionada con ese trabajo tenga acceso. Pero lo mejor es tener una sola fuente de información, el sitio donde todos pueden entrar a revisar los documentos y los productos de trabajo, documentos, diseño, código, lo que fuera.
  • En cuanto a reuniones es mejor si se tiene la menor cantidad posible. Si ya tienes algo documentado en tu fuente de información no necesitas crear reuniones para informar sobre eso. Se puede crear otro formato como videos o podcasts para transmitir el mensaje sin tener que reunir a todo el mundo. Si no vas a ser un contribuyente activo de la reunión se puede usar opciones como ver grabaciones o ver el resumen de la reunión y estar al tanto de lo que sucedió. El tener muchas reuniones afecta tu habilidad de planificar tu tiempo y te quita la libertad del trabajo remoto. Es mejor evitar las reuniones recurrentes. Si no hay opción se debe definir una agenda de la reunión y respetarla. Tener reuniones de 25 minutos es suficiente en la mayoría de los casos. Graba las reuniones y usa aplicaciones para transcribir y resumir las reuniones. Prender la cámara siempre que se pueda ayuda a que mejore la interacción y por supuesto al ser una reunión remota tener buena conexión, buen audio y buen video es fundamental.
  • Como tips de productividad remota comentan evitar el micromanaging. Estar claro en qué actividad se va a ejecutar ese día, se debe definir el foco del día, debe ser algo importante pero no pensar en algo que tome todo el día (8 horas, porque 8 horas es lo máximo que se debería trabajar de forma regular) porque eso es irreal, el día está lleno de cosas imprevistas y circunstancias, si algo tomará más de 4 horas es necesario planearlo para varios días. Crear un itinerario del día asegurando que no se vaya a trabajar fuera de ese tiempo, planear los horarios de almuerzo y de actividades diarias, no todo el tiempo se puede estar trabajando, no se debe dejar que el trabajo se tome todo tu día y tu vida, definir el horario en el que se va a dejar de trabajar. Eventualmente podrás trabajar en las noches pero debe ser una decisión específica y debería compensarse con tiempo libre en otros días. Usar la menor cantidad de herramientas posible, tener un espacio de trabajo en casa con una buena silla y un lugar que pueda quedar aislado, con buena acústica.
  • Crear cultura organizacional en trabajo remoto debe ser intencional, cuando estás en el mismo espacio físico solo sucede, entonces hay que ser concientes del reto que es crear la cultura en un entorno remoto y asíncrono. Es necesario lograr que la gente cree conexiones y eso se logra creando un ambiente donde la gente se sienta segura de expresar sus ideas, la gente empezará a conversar y a crear cultura. Crear espacios donde la gente pueda estar junta y fomentarlo, se puede incluso destinar un presupuesto dedicado a las actividades que crean cercanía. Si hay muchas zonas horarias crear bloques de tiempo donde los tiempos de trabajo de la gente se unan. Tener reuniones periódicas de uno a uno con la gente puede ayudar a estar más al tanto de sus actividades y cómo van en su balance trabajo – vida y puede ayudar a que la gente no se sienta aislada. Los jefes deben dar el ejemplo de que tomarse un tiempo libre está bien, de esa forma la gente sabe que tomarse un tiempo libre está bien y no se sienten mal cuando se da porque es obvio que se da.

Un mejor balance trabajo-vida

No importa la modalidad de trabajo que se tenga, el contar con un balance adecuado entre trabajo y vida personal es muy importante, no solo para la salud, sino también para la misma productividad en el trabajo. Hace un par de días vi un video ya no tan reciente en la página de TED llamado 3 reglas para un mejor balance trabajo – vida (recomendado que le echen un ojo), donde se aborda esto y aunque fue publicado en septiembre de 2021 sigue siendo totalmente relevante. En estos dos años y pico estos comportamientos, que fueron muy notorios en las organizaciones por el trabajo remoto obligado forzado por la pandemia al que nos tuvimos que acoger, siguen siendo la realidad de muchos, no solo para los que trabajan remoto.

Es una cosa de cultura empresarial, empezar a desincentivar y a ver como negativo (porque sin duda lo es) el que la gente trabaje en horarios extendidos (en muchos casos sin remuneración extra). Es una cosa de cultura de cada país pero también ya de cada persona. Ese querer demostrar el compromiso, el profesionalismo, la capacidad, mostrando que uno está dispuesto a trabajar todo lo que sea necesario para que los resultados se logren.

Esto tiene costos, en el video dan el dato de que estudios muestran que este tipo de cultura y comportamiento provocan a la larga lo contrario, que la productividad de la gente decaiga.

Muchos estamos ya acostumbrados a dar atención a cosas de trabajo en cualquier horario y es algo que debemos aprender a controlar, esas microinterrupciones empiezan a pasarnos factura a nivel personal, estrés, ansiedad, no estar presentes en momentos con la familia. Es importante crear una cultura laboral que permita y dé seguridad a la gente de que no va a tener problema al definir cuáles son sus límites y horarios y que no se espere que todos respondan fuera de horario. Importante que la gente sepa que puede tomar sus vacaciones y que la gente respete que está fuera y no los contacte. Que cuando uno pone su estado como no disponible o fuera de la oficina es real, que no está disponible y que espera no ser interrumpido a no ser que sea algo que sea total y completamente crítico. Y se debe definir qué es lo crítico, pero no que quede a discreción de cada uno, debe ser muy claro, un lineamiento muy claro de la criticidad de cada situación.

El tratar de mostrar (aparentar) que se está trabajando mucho debe ser desincentivado, hay que ser realistas con los tiempos, definir tiempos adecuados para las tareas. Que la reputación de la gente no esté asociada al tiempo que destina al trabajo (incluso en detrimento de otros aspectos de su vida) sino en la calidad de los resultados que obtiene.

Trabajo remoto como medida de seguridad

Al momento de la redacción de este post, mi país, Ecuador, está pasando por una de las crisis más grandes a nivel de seguridad que se han vivido en la historia reciente. Los ataques de los grupos de delincuencia organizada han puesto en jaque a nuestro Estado. Mientras se desarrollan los eventos y el gobierno con sus instituciones y las fuerzas del orden ejecutan sus acciones (que espero puedan ser efectivas para retomar la calma y la paz) uno como persona se siente indefenso y con un nivel de incertidumbre elevado, ayer mientras leía un montón de noticias de todas las cosas malas que estaban pasando me imaginé qué tan mal me sentiría si no estuviera trabajando remotamente y tuviera que salir de la casa obligatoriamente al día siguiente, entré a Twitter y publiqué esto que fue lo primero que pensé:

y es también el título de esta publicación

En este punto las empresas ya deberían estar super listas para pasar a trabajo remoto a la gente que pueda… tal cual como cuando nos tocó en la pandemia, es igual. Vivimos en zozobra ante todos los hechos violentos que están sucediendo, en este caso ya no estamos viviendo la pandemia pero sí muchos de sus efectos económicos y sociales. Creo que la pandemia aceleró los efectos de muchos de los problemas del país que se venían produciendo lentamente, hoy vivimos todo eso… bueno, en realidad ese es otro tema y no quiero ponerme demasiado político aquí (para eso tengo mi cuenta de Twitter).

El punto es que esta situación se perfila como ideal para que el trabajo remoto vuelva a reactivarse en todas las compañías que puedan hacerlo. Ya debería ser una medida (casi que) automática en la que la gente ya no dude, si sientes que de alguna forma la gente va a estar vulnerable de inmediato la empresa entra en modo remoto obligatorio. Suena utópico pero quiero creer que de hecho hubo algún empresario que de inmediato comunicó a todos que no salgan de sus casas y que trabajen remotamente, que trabajen al menos con esa tranquilidad.

Muchas empresas, de una forma u otra, durante la pandemia ya habilitaron sus estrategias de trabajo remoto. La gente ya tiene experiencia para trabajar así, ya no va a ser igual que cuando se decretó el confinamiento del 2020 y para la mayoría fue sorpresivo. En este punto el trabajo remoto ya debe estar como una de las estrategias implantadas y listas para activarse siempre que sea necesario (de preferencia siempre, en realidad) ante situaciones de conmoción ya no debería dudarse, de inmediato nos vamos a trabajar remotamente.

El tener a menos gente en la calle al no tener que moverse obligatoriamente por cumplir con sus responsabilidades laborales nos dará menos tráfico, menos tiempo para los que les toque moverse necesariamente. Menos gente arriesgándose a salir, porque hay que aceptarlo, salir es correr un riesgo en esta situación.

Esta es una decisión que fácilmente podría ayudar a disminuir los impactos de todo esto, no sé por qué el Ministerio de Trabajo no se ha pronunciado al menos sugiriendo que quienes puedan adoptar el trabajo remoto lo hagan.

El hecho de poder quedarse en la casa, igual ser productivo, bajar al menos en una las fuentes de estrés y preocupación para las personas que puedan hacerlo.

El trabajo remoto es definitivamente una medida de seguridad que debería ser implementada en esta coyuntura.

Trabajo remoto, todavía

Entre el 2016 y el 2020 ya había trabajado remotamente y había sido una bendición. Ya había hablado un poco sobre trabajo remoto por acá. Cuando esa forma de trabajo se hizo obligatoria para todo mundo por efecto de la pandemia para mí no representó mayor problema pero claro escuché y me enteré de muchos casos complicados y problemas que existían con este tipo de trabajo.

De 2020 hacia acá mi perspectiva hacia el trabajo remoto se ha hecho menos radical, por un lado porque he podido entender otras realidades y definitivamente veo que no es para todos. Es más poder decir que tu trabajo puede ser 100% remoto, sin que eso impacte de forma negativa tu vida, depende de tantos factores que no puedo más que considerarme afortunado por poder trabajar de esta manera sin mayor contratiempo. Así que, bueno, me pareció buena idea armar un nuevo post de reflexiones sobre trabajo remoto, contando cómo va todo por ese lado, hoy por hoy.

En este tiempo he experimentado un trabajo remoto más tradicional, mi rol usual antes de la pandemia era trabajar con varios clientes y moverme en la ciudad. Durante el inicio de la pandemia todas las interacciones que antes implicaban una visita a los clientes se transformaron en conexiones remotas y reuniones virtuales, todo en orden por ese lado, no hubo mayor cambio en mis actividades. Luego cambié mi forma de trabajo y entré a un esquema de reuniones y a la bola de nieve que implica el reservar tiempos de las agendas de la gente para poder ejecutar alguna actividad. Esto principalmente porque según mi entendimiento la gente busca replicar la oficina de forma virtual, lograr la misma dinámica que se obtenía al estar todos en el mismo espacio y es algo que en remoto ya no existe.

El trabajo remoto debe ser asíncrono en su mayoría, replicar la oficina de forma virtual es extenuante e innecesario, genera este efecto de reunionitis, poner reuniones por todo y para todo lo que dio paso a la ya clásicas frase «Esta reunión pudo ser un mail o un mensaje de chat». El problema es que al esperar que la comunicación sea síncrona con todas las personas se genera esta necesidad de reservarle tiempo a la persona con la que uno quiere trabajar, eso implica que a esta persona la gente le empieza a enviar invitaciones de reunión, lo que causa que el calendario de esta hipotética persona empiece a llenarse y a quedar sin espacios disponibles, lo que genera en los demás la necesidad de seguir creando reuniones a futuro y cada vez llenar más esa agenda y lo que provoca que esa misma persona requiera ponerse reuniones a sí misma para poder hacer actividades de su día a día (algunas de trabajo, y otras personales como, por ejemplo, almorzar) lo que solo agrava el problema, porque la agenda se sigue llenando y llega el momento en el que se desborda y pierde el sentido totalmente porque las personas creen que es imposible que alguien tenga la agenda tan llena y que en efecto solo está llena porque la persona está bloqueando esos horarios (para trabajar) y entonces «ponle nomás, así sabe tener todo bloqueado, no es verdad» y eso es ya un completo y total sinsentido. Hay formas mejores de hacer trabajo remoto y en especial viene de la mano de tener confianza en que la gente está haciendo su trabajo donde sea que se encuentre y dejar a las reuniones como última opción de interacción y no como la primera.

Hace poco escuché en el podcast de 37signals (mis gurús sobre trabajo remoto) que tener a un grupo de personas en una reunión de una hora es usualmente un desperdicio del tiempo de todos, porque si son 5 personas no es una sola hora la que se invierte sino una hora por cada participante, 5 horas de trabajo para la compañía, 5 horas que deben ser (efectivamente) invertidas sabiamente, armar reuniones porque sí, porque esa es la primera opción que se viene a la mente y no se tiene otra alternativa, es una de las cosas que se deben cambiar.

Por mi parte he logrado tener un equilibrio, no tengo tanto el problema de reuniones excesivas y no me he visto en la necesidad de bloquear continuamente mi calendario para poder tener tiempo de trabajo productivo. Es importante lograr eso, tener largos espacios de trabajo productivo, en lo posible, sin interrupciones. No he tenido que bloquear mi horario de almuerzo y la gente normalmente comprende cuando me han puesto reuniones en mi hora de almuerzo y les digo – No puedo a esa hora – aunque a veces me dicen – Pero vi tu agenda y ese horario estaba disponible – y claro un vacío en la agenda no quiere decir que pueda asistir a una reunión. En esto creo que ser lo más transparente posible es lo mejor, decir la causa real de por qué no vas a estar en una reunión y buscar otro espacio.

Con la pandemia ya medio medio relajada las reuniones presenciales implican menos estrés (para mí, al menos) y apoyan la interacción y socialización. Esto es una de las cosas que me ha costado retomar porque ya con tanto tiempo viviendo en remoto no siento esa necesidad imperante de reunirme físicamente para tratar algo relacionado al trabajo, de todas formas sí estoy empeñado en retomar contacto con mucha gente que por la pandemia se alejó, es importante no quedarse aislado. Veo que para muchas personas esto es mucho más necesario, ahí mi ventaja ha sido que ya trabajaba remoto desde antes y no tengo ninguna interacción de oficina que extrañar.

Un punto que no está cuajando tanto son las reuniones remotas con personas que están trabajando presencialmente. El ruido de fondo, la interacción como restringida con personas que antes estaban en sus casas y conversaban con libertad pero que ahora ya cuidan un poco más sus expresiones y lo que dicen y lo que no. Sé de muchos colegas que pudiendo trabajar 100% remoto los han obligado a volver a las oficinas, esto no me parece, debería existir la opción de elegir, de poder trabajar desde donde se quiera, ya sea trabajo desde casa, desde alguna ubicación remota o en la oficina, que todo se mida por logros y objetivos y no por el tiempo que uno está sentado frente al computador.

Una de las principales quejas de la gente que está trabajando presencial (principalmente de los que están obligados) es el tener que viajar hacia la oficina. No tener que moverse obligatoriamente sigue siendo una bendición, el no tener que usar ese tiempo en el tráfico y poder dormir más o poder hacer otra actividad es excelente.

Pero mi razón principal para seguir amando el trabajo remoto es que en este tiempo he podido estar todo el día cerca de mi hija, prácticamente todos los días, y eso ha sido una total y completa bendición, eso ha hecho que cualquier problema y dificultad asociado con trabajar remoto valga la pena. Ya no veo otra opción, trabajar de esta forma para mí en este momento y por esta razón es indispensable.

El trabajo remoto seguirá, con tantas opciones que se siguen abriendo, con muchos empleos que se han creado desde un inicio como puestos 100% remotos, es algo de lo que planeo seguir hablando, en parte contando cómo me sigue yendo, en parte pensando cómo se puede hacer que sea mejor y más productivo.

Reflexiones de trabajo remoto

Hace 4 años empecé a trabajar desde la casa. En ese momento no tenía opción, debía recortar costos debido a un proyecto nefasto en el que nos metimos de confiados y por hechos los invencibles y la jugada nos salió pésimo, algún rato espero llegar a contar esas anécdotas tristes. Pero en ese momento fue necesario tomar decisiones, así que dejamos de rentar la oficina y nos fuimos a trabajar todos desde la casa. Las cosas malas siempre tienen algo de positivo dicen, y bueno, descubrir las bondades del trabajo remoto está entre lo positivo que obtuvimos de esos momentos fuleros que nos tocó vivir en ese entonces.

Con este post, de ninguna manera pretendo crear «La guía definitiva de cómo debes trabajar remotamente» o dar los «N tips que necesitas para tener éxito en el trabajo remoto». En internet pueden encontrar ese tipo de publicaciones de forma muy fácil y con una precisión mayor a lo que yo podría hacer en este momento. Quiero más bien contar un poco de cosas de las que me he dado cuenta en este tiempo de trabajar desde la casa y más bien son un montón de ideas aleatorias que voy a ir escribiendo para desahogar un poco en medio de esta cuarentena que estamos viviendo.

Primero creo que es importante notar lo obvio, no todos los trabajos se pueden hacer de forma remota y no todas las personas se pueden adaptar a trabajar remotamente. Por eso el trabajo remoto no debe ser algo obligatorio, diferente a lo que estamos viviendo por ahora, pero debe ser una opción, y digo debe porque creo que sí es obligatorio en este momento tener al menos una porción de personal trabajando de forma remota, al menos de forma parcial, existen ventajas a nivel financiero, a nivel de gestión de tiempo, ambientales, entre otras muchas. Una estrategia de trabajo remoto puede estar dentro del paquete de beneficios que una organización entrega a su gente y puede ser un elemento crucial para captar talento.

El hecho de no tener que moverse necesariamente a la hora pico hacia un lugar específico es ya de por sí una ventaja. Mucha gente de Quito emplea entre una y dos horas cada mañana para ir a trabajar. Esa movilización normalmente es tortuosa, mucho tráfico, mucha gente desesperada por llegar a su destino, muchas imprudencias e incomodidades en el transporte público. Ese trajín ya predispone el día de las personas, y aunque puedas estar acostumbrado, igual ya existen muchas probabilidades de que llegues al trabajo amargado por tanta tontería que se ve en las vías. Lo mismo en las tardes al regresar al hogar con las mismas dosis de amargura al llegar a casa. Evitar la movilización aunque sea un par de días por semana es un gran beneficio.

El trabajo remoto como todos los trabajos requiere de un nivel de disciplina y un grado de organización de las tareas, es uno de los retos, tal vez el más complicado. Tener un orden en las tareas que se realizan, construir una rutina o mejor aún poder administrar el tiempo de una forma flexible, exige mucho de cada persona. El tener esa rutina es clave, que las personas que viven en la misma casa sepan en qué momento es hora de estar trabajando y en qué momento es un horario de distracción. Poder separar esos momentos de forma productiva de acuerdo a cada tipo de trabajo. Mejor aún, poder decidir qué tareas se van a ir realizando de acuerdo con los objetivos que se tienen planteados sin necesidad que sean tareas impuestas por un jefe o supervisor.

El trabajo remoto requiere de un horario. Hay una preconcepción de que al estar trabajando remotamente se debe estar disponible 24×7. Eso es pésimo. El horario laboral debe definirse y debe respetarse, estar trabajando remotamente no implica que vamos a poder escribirnos a cualquier hora para realizar tareas del trabajo, o que se van a crear videollamadas a media noche, solo porque se puede. Es más, una de las cosas más comentadas últimamente es que la gente está viendo que hay demasiadas reuniones, de ley han escuchado la frase «Esa reunión pudo haber sido un correo», así que sí, el trabajo remoto también ayuda a disminuir el absurdo de tener todo el día lleno de reuniones, la agenda llena siempre por invitaciones a reuniones que se dan solo porque todos estamos ahí a la manito, y mejor que estén todas las personas que puedan estar sea o no estrictamente necesaria su presencia. Racionalizar qué debe ser una reunión y qué no es otro punto bien importante.

Para muchas organizaciones es un reto el tener a su gente trabajando remotamente porque no saben qué están haciendo en cada momento del día. Los jefes y supervisores están tan acostumbrados a ver a la gente trabajando a su lado que sienten una especie de ansiedad al no saber qué está haciendo cada quien. He visto comentarios de personas que tienen que estar reportándose de forma reiterada con sus jefes durante el día avisando qué están haciendo, o peor, empresas que están usando software de supervisión (espía) de su gente. Verles por medio de sus cámaras web para saber que están sentados en sus «puestos» y trabajando. Los jefes y administradores preguntan – ¿Cómo hago para saber que mi gente está trabajando si no los estoy viendo? – y la respuesta es no debes saberlo, debes confiar en que la gente está haciendo el trabajo – ¿Pero cómo voy a ser tan confiado de no estar presionándolos para que me indiquen qué están haciendo? – y la respuesta es si no puedes confiar en que las personas van a hacer su trabajo porque es su responsabilidad tal vez sea otro tipo de problema, tal vez no deberían estar trabajando juntos para comenzar.

Es importante que las personas puedan crear un espacio de trabajo. En este caso en el hogar, es lo mejor tener un espacio destinado a trabajar. Mentalmente es mejor determinar un espacio específico al que tengamos asociado con las actividades laborales, trabajar desde la cama, en pijama, no es precisamente la mejor forma de trabajar. Para mi gusto es mejor tener un espacio que nos haga entrar en la zona y en la mentalidad de trabajo. Tener este espacio delimitado y propiamente adecuado apoya la creación de la rutina de trabajo de la que hablé anteriormente.

Una de las cosas que más apoyan a la productividad es contar con las herramientas tecnológicas que permitan realizar el trabajo remoto. Lastimosamente en este momento se nota que muchas organizaciones no estaban preparadas para algo como lo que estamos enfrentando, el personal de TI de cada organización está trabajando a full para lograr que la gente se pueda conectar, en el mejor de los casos ya tenían listas sus VPNs y accesos remotos habilitados para todos, pero claro, el mejor de los casos es muy poco común. Inclusive en organizaciones grandes se ha notado la falta de preparación y en muchos casos la improvisación, pero bueno, dadas las circunstancias, es mejor improvisar que no actuar y por último, haciendo camino al andar, ir creando las normas y estrategias de acceso remoto que se vayan adaptando a cada realidad. Hablar de todas las brechas de seguridad informática que se han creado en estas semanas de trabajo remoto es un capítulo totalmente aparte y es un problema que está ahí latente en todos lados y que seguramente dará qué hablar más adelante.

Es triste ver los números de acceso a internet en el país. No se puede dar por sentado que todas las personas van a tener los medios para conectarse. No se puede asumir que todos los miembros de una organización van a tener una máquina de escritorio o portátil que van a poder destinar para hacer trabajo remoto, peor aún que van a tener un dispositivo para cada una de las personas del hogar. En este caso deben ser las empresas quienes entreguen los medios para habilitar el trabajo remoto, no se puede dar por sentado que los empleados de una organización van a poner plata y persona para poder seguir trabajando, aunque en este momento en muchos casos es así, eso no debería ser lo normal.

Esta situación extraña que estamos viviendo no debería quedar asociada con el trabajo remoto. El trabajo remoto no es cuarentena o limitación de salidas, al contrario es lograr una flexibilidad que puede disparar tu productividad sin dejar de lado otros aspectos de tu vida. Es poder decidir qué hacer en un momento específico sin necesidad de pedir permiso, o cargar cierto tiempo a vacaciones para poder ir a un acto en la escuela de tu hijo, o ir al doctor, o hacer cualquier cosa que se considere importante, y sí mucho más importante que estar sentado en una habitación deseando estar realmente en otro lugar.

Adoptar el trabajo remoto debería ser un proceso por el cual las empresas permitan adoptar de forma voluntaria a las personas diferentes días para poder realizar sus actividades desde otros lugares, porque trabajar remotamente no necesariamente debe ser trabajar desde casa, mucha gente opta por ir a un espacio de coworking, o a una cafetería o a cualquier otro sitio que permita romper la rutina. Esta adopción debería ser paulatina y no abrupta como se está dando en estos momentos a causa de las medidas que se han tomado por el Coronavirus.

Esta experiencia forzosa y estresante no debería ser el punto de referencia de las organizaciones para poder determinar si el trabajo remoto es o no una opción para sus colaboradores, la situación actual no podría ser más complicada, inclusive tomando en cuenta que es muy complicado construir una rutina de trabajo bajo las circunstancias actuales. En varias de mis llamadas y actividades que he podido hacer con clientes en estos días, ellos han tenido que intercalar las tareas que estamos ejecutando o revisando con actividades del hogar, se nota la falta de costumbre que ellos y sus familias tienen. Pero igual, me imagino que en muchos casos hay gente que está abriendo los ojos y viendo que trabajar remotamente puede ser una opción para ellos, algo real, algo deseable que puede hacer que su vida laboral sea mejor. Espero que así sea.

El trabajo remoto es una apuesta de confianza. Creer que cada persona va a realizar sus tareas de forma apropiada. Que por estar ubicados en puntos geográficos diferentes no se van a justificar retrasos o vaguerías. Es saber que aunque no nos veamos las caras podemos trabajar en equipo. Es respetar el tiempo propio y valorar el tiempo de los demás. Es poner a prueba el compromiso que tenemos con la organización a la que pertenecemos. Es agradecer que podemos tener el privilegio de seguir siendo productivos a pesar de las circunstancias extremas que se están dando por el COVID-19, no somos la mayoría los que podemos decir eso.

Las circunstancias actuales son tan inusuales que incluso yo que he estado trabajando en esta modalidad por años siento incomodidad, y siento que estoy sicológicamente afectado por el estrés de la situación del país, de mi familia, de mis clientes, del mundo, la situación sanitaria, de salud, económica. Por eso digo de nuevo, esto realmente no es trabajo remoto. Para mí siempre ha sido libertad y por ahora no lo es tanto.

Podcast: REWORK – Trabajo remoto

A propósito de la situación en la que nos encontramos por el COVID-19, en que muchos han podido experimentar en estos días el trabajo desde casa, les comparto el capítulo más reciente de uno de mis podcasts favoritos, REWORK, el podcast de Basecamp donde hablan sobre cómo mejorar la forma de trabajar y llevar una empresa.

En este episodio han compartido la primera parte de la transmisión en directo que David Heinemeier Hanson y Jason Fried hicieron para responder preguntas sobre trabajo remoto, y básicamente dan tips y sugerencias que creo que pueden ser útiles para alguien que empieza a trabajar remotamente, ahora que a muchos les ha tocado iniciar a trabajar así de forma repentina.

Les recomiendo este episodio y realmente todos los episodios son interesantes.

Remote Work Q&A, Part 1