¿Y vos quién eres?

La gente te lo dice, ¿quién eres tú para hacer tal o cuál cosa? A veces no es ni tan directo, pero lo insinúan. Quién te crees que eres para tener una empresa, un blog, una opinión.

A ese tipo de preguntas se puede contestar enumerando cosas y tratando de justificar con tus razones el quién eres y por qué haces o dices. Pero es innecesario, cualquier persona que encuentre valía en lo que haces/dices no te va a hacer ese cuestionamiento, cualquier persona que te quiera descalificar lo seguirá haciendo sin importar qué tanto hagas, sin importar si eres excelente, igual lo van a tratar de minimizar. Realmente eso es algo con lo que uno debe vivir y, en realidad, es algo que no importa, de verdad no debería importarte.

Lo malo es cuando quien hace la pregunta eres tú mismo, cuando te asalta la duda de si en verdad eres quien debería estar o no haciendo o diciendo tal o cual cosa. En esos casos sí es difícil. Cómo te convences a ti mismo de que estás en lo correcto, cómo te deshaces de esa sensación de que estás de charlatán por la vida, como luchas contra ese síndrome de impostor.

En parte por eso estoy rearrancando con el blog, después de mucho tiempo de quedarme en la mente con «¿y vos quién eres?» volví a decidir que sí soy quien debe hacer esto. Sigo entonces con mi empeño de mostrar que crear empresas y negocios es algo mundano y cotidiano que está (o debería estar) al alcance de todos. Tal vez esta es mi forma de seguir aprendiendo y seguirme convenciendo a mí mismo, ojalá que esto le sirva a alguien más como a mí, al final no somos ni más ni menos que nosotros mismos y eso es más que suficiente. El crecimiento se hace andando.

La empresa no soy yo

Cuando uno arranca una empresa y le mete mucho esfuerzo y cariño al proyecto, a veces es difícil darse cuenta (y por eso quise escribir este post para recordarme) que la empresa no soy yo. Lo empresarial a veces comprende tantos factores que están fuera de mi control que debo recordar que mi simple condición humana no está directamente relacionada con lo que le pasa o le deja de pasar a la empresa.

Cuando todo va bien es muy fácil sentirse identificado, proyectar los éxitos de la compañía en uno mismo, publicar esos logros y sentirse parte y sentir la alegría y querer que todo el mundo se entere y vea lo grandioso que es todo. Pero debo recordar que la empresa no soy yo, la empresa no soy solamente yo, si algo se está logrando no es porque yo estoy haciéndolo exclusivamente, es por el trabajo mancomunado, es imposible que algo se logre si no todas las personas están haciendo su parte.

Cuando todo va mal, es fácil deslindarse, decir la empresa no soy yo, ese fracaso no me representa. O debería ser fácil poder desligar el fracaso de la empresa de uno mismo, pero no lo es. Hay tantas cosas fuera de control por todos lados que ese fracaso en realidad no debería representar ni lo que es la empresa ni lo que es uno. Cómo se enfrenta ese fracaso eso sí es representativo, las decisiones que se toman, las situaciones que se van dando luego. Pero en definitiva en ese momento es importante recordar que la empresa no soy yo.

Pero lo más importante es que la empresa no soy yo, la empresa no debe depender de mí para seguir viviendo, debe poder continuar sin que yo esté, debo tener esa tranquilidad; y si no es así simplemente entender que las cosas no se han hecho bien y cambiarlas para que sea así. La empresa no debo ser solo yo, o solo otra persona de la cual dependa todo. Y si es así y no se puede cambiar también hay que recordar que la empresa concluirá cuando esas personas decidan tomar nuevos rumbos y eso también estará bien.

GO4IT: Portafolio detallado de productos y servicios

En este video que hice para el canal de GO4IT hablo del portafolio de productos y servicios de la empresa, a diferencia del video de 2 minutos que hice antes, este me resultó muy fácil de hacer, concretar todo en un video corto se me hizo muy complicado, pero hablar un poco más sobre cada línea se me dio mucho mejor.

Sigue siendo divertido armar estos videos, la verdad me entusiasma, espero poder seguir creando más y mejores.

Trabajos turros: Carta de renuncia sin fecha

Hoy, como novedad, no voy a hablar de algo que me pasó a mí, lo que en parte me hace pensar en todas las historias de trabajos turros que pueden existir si uno se pone a conversar con la gente. Una persona muy querida y uno de los seguidores más asiduos de este blog me contó su triste historia de trabajo turro y de inmediato le pedí permiso para tratar de relatar su historia y de pasito reflexionar un poco sobre esto. Y bueno sí me dejó.

Mi amigo empezó a trabajar en una empresa como director de proyectos. Super entusiasmado, nuevo trabajo, nuevas cosas qué hacer. Fue una gran coincidencia que empezó a trabajar en una empresa de servicios tecnológicos, él tiene conocimientos técnicos y también de administración de proyectos, entonces era una perfecta oportunidad.

El trabajo estaba exigente pero estaba bien. Al principio. De repente empezaron los horarios extendidos, pero era comprensible, si el proyecto tenía actividades fuera de horario laboral y requerían de su presencia tenía que estar ahí. Pero claro, esas eran exigencias específicas de cada proyecto no podían considerarse horas extras porque el contrato dice que el horario es de 8h00 a 17h00 pero también todo lo que sea necesario. Entonces bueno eso ya viene más del lado del profesionalismo, de la responsabilidad.

Los horarios extendidos se hicieron cosa de todos los días y entonces también empezaron las jornadas de fines de semana. Es necesario hacer todo lo posible para que los proyectos no se atrasen y algunas actividades específicas solo se pueden hacer el fin de semana. Obvio, no son horas extras, es lo que el proyecto exige. Lo bueno es que se tienen muchos proyectos y se tiene trabajo.

Al momento en Ecuador, cuando alguien es contratado, entra a un periodo de prueba de 3 meses, pasado el periodo de prueba el contrato se vuelve un contrato indefinido. Para el tiempo en que mi amigo iba a cumplir sus 3 meses de prueba se complicaron las cosas. La situación del país, los contratos, las condiciones de los proyectos, provocaron que hayan recortes de presupuesto, que las responsabilidades de los gerentes de proyecto se amplíen y ahora sean responsables de labores logísticas que antes no eran su competencia. Más carga de trabajo y condiciones específicas, que produjeron que muchas de las personas empiecen a pensar si valía o no la pena continuar en la organización.

Con todo esto, una reunión de motivación que muta en puteada. Gente indignada que prefiere poner su renuncia antes que seguir demostrando su profesionalismo y entrega por la empresa. Y mi amigo recibe el tiro de gracia a su motivación. El gerente le pide que se reúnan, le dice que al haber llegado sus 3 meses va a tener que realizar uno de los procesos estándar de la organización. Va a tener que firmar un carta de renuncia sin fecha, dicha carta está previamente redactada en su nombre, con un texto estándar. Junto a la carta de renuncia está una carta de aviso de despido. Si firmas la carta de renuncia puedes seguir trabajando, caso contrario te hago llegar esta otra notificación de que no pasaste el periodo de prueba.

Durante esta reunión, mi amigo recibe la charla donde se le explican los beneficios de tener firmado este documento, que no es de ninguna forma algo cohercitivo o malo, se lo debe ver más bien como una oportunidad, una opción de demostrar que, a pesar de tener este documento firmado y poder ser expulsado de la organización en cualquier momento y sin los beneficios de un despido, él merece estar dentro de la organización como un tipo profesional que está dispuesto a jugarse por la empresa. Que no lo vea como un ataque personal, no es nada en su contra, todas las personas de la organización han pasado por esta reunión y todos los que siguen tienen firmada esta carta. Míralo como un motivante para ser mejor.

Mi amigo firmó, otras personas no lo hicieron. Junto con la firma se fueron todo su entusiasmo y alegría por hacer el trabajo. Coincidencialmente se produjo un éxodo que provocó que el trabajo que hacían 6 personas ahora tenga que ser ejecutado por 2. Él sigue trabajando ahí.

Cuando escuché todo esto que me contaba me pareció tan estúpido, y claro cuando llegamos al punto de la firma de la carta de renuncia me pareció un total y completo abuso. Me hizo pensar cuántas personas han tenido que sufrir eso, no solamente en esa empresa, qué otras trafasías se harán en las empresas.

Me hizo recordar todas las veces que yo también sacrifiqué mi tiempo y mi bienestar por demostrar mi capacidad y profesionalismo sin recibir ningún reconocimiento adicional, ni siquiera una palabra de gratitud, peor un reconocimiento económico.

Me hizo pensar en qué tenía en la cabeza la persona a la que se le ocurrió que esto era lo normal. A qué genio del management se le ocurrió este proceso estándar para tener entre la espada y la pared a sus empleados, matando su motivación y haciéndolos sentir arrinconados entre la opción de ser despedidos sin más o renunciar «voluntariamente» sin fecha. El empresario que tendrá esa carta con fecha en blanco para luego poder determinar cuándo esta persona ha renunciado, cuando más le convenga, sin cumplir con lo que dice la ley con respecto a los despidos. Un genio.

Cuánta gente está en esa situación de tener que dar todo por la empresa con la excusa de que se trata de una medida de su entrega y profesionalismo. Que no se van a pagar horas extras porque dice en el contrato como si el contrato podría estar por encima de la ley. Que no se pueden reportar gastos y que el empleado debe poner plata y persona para poder seguir en la organización. Porque es un profesional. Y si no se acoge a esta forma de trabajar es un tipo que no está hecho para tener el honor de trabajar en la organización, es malo, flojo, vago. Que la gente deba aguantar todo porque no le queda de otra, porque es peor estar sin trabajo.

Me remuerde que gerentes y empresarios como estos luego aparezcan en publicaciones y revistas especializadas, y sean ensalsados por sus méritos y su visión estratégica para llevar a la empresa adelante. A costa de qué y de cuántas personas están saliendo las empresas adelante. Estafando a qué personas, incumpliendo cuántas normas, perjudicando a quién. Si hay prácticas de este tipo en relación a la gente que trabaja ahí, qué otras cosas se podrán encontrar en las prácticas de estas empresas.

Qué defensa real puede llegar a tener una persona ante abusos como este, que si se denuncian formalmente al Ministerio de Trabajo tal vez sea más problema que simplemente buscar otro trabajo y dejar eso atrás. Una denuncia no va a cambiar nada en la base, pero si nadie se queja nada va a cambiar. El problema es que esto está tan enraizado que ya se da por hecho que todo empresario hace cosas como estas, es lo normal. Si eres un empresario que cumple con todo eres gil, estás perdiendo plata. Al final, si el modelo de negocio de esa empresa depende de explotar a la gente y defraudarla, ojalá y más bien esa empresa desaparezca, pero lo más seguro es que sigan.

Quisiera terminar esta publicación con algún mensaje, alguna reflexión más elaborada, incluso con algún punto positivo, pero cuando escucho estas cosas me da despecho.