Pongámonos un call center

La siguiente no es una conversación real pero sí una recopilación de decenas de conversaciones que tuve con decenas de personas diciendo que querían emprender y que querían ser socios y que querían hacer una y mil cosas. Pongo en el ejemplo a un call center porque fue una de las cosas que me dijeron para ponernos pero realmente lo uso con rabia porque ya estoy harto de los call centers y de las llamadas y de que mis datos estén regados en una y mil máquinas de este planeta. En fin:

-Persona X: Oye, pongámonos un call center.

– Yo: Jaja, pensé que íbamos a hablar en serio de algún negocio.

– Persona X: (Ceño fruncido) Es en serio, es un negociazo. Verás ya tengo todo visto, necesitas poner unos puestos de trabajo super básicos, así cubículos de un metro o menos, con unas máquinas de características bien básicas, les pones el software donde está el guion de lo que debe decir la gente en las llamadas, el software ya les dice qué deben decir en caso de que les digan que no y ya. Ah y las diademas. O sea también obviamente la central telefónica y ya. Pero es así, facilazo.

– Yo: Ya, pero y ¿la gente?

– Persona X: Eso es lo mejor, como básicamente necesitas gente que pueda leer el guion es facilito capacitar, les pagas el básico y listo. No es que vos te vas a poner a hacer las llamadas, ahí te contratas unos gatos y listo.

– Yo: Pero debes tener una rotación del diablo porque suena a que es un trabajo de mierda.

– Persona X: Pero claro, o sea es un call center, la cosa es que con poca inversión ya lo tienes montado y hay un montón de empresas grandes que necesitan esos servicios, para cobrar, para vender, incluso hay unas técnicas de venta que les dices a las personas que se han ganado un premio, que claro es mentira, pero con eso ya les enganchas y haces que vayan a unas presentaciones y ahí les vendes viajes, cursos, lo que sea, la gente que piensa que se ganó algo va nomás, les regalas alguna huevadita y de ahí ya les enchufas, todo eso nace de un call center, es un negociazo, en serio.

– Yo: Ya pero no cacho por qué querrías ponerte un negocio de algo en lo que tú mismo no quisieras trabajar, poniendo a la gente a hacer un trabajo que no te parece digno, pagándoles huevadas y dando servicios a empresas que incluso llaman a acosar a sus clientes y todo eso aupado por ti.

– Persona X: Ya vas a empezar, así son los negocios pues, vos sabes eso mejor que yo, vos ya tienes tu empresa, yo estoy recién con este proyecto pero ya tengo esta impulso irrefrenable de emprender. Si todos pensáramos en esos detalles nadie tendría empresas.

– Yo: Solo digo que pudiendo elegir qué es lo que vas a hacer, qué negocio vas a arrancar, en qué quieres meter tu plata y tu tiempo, bien podrías elegir más bien algo que sea más, no sé, decente.

– Persona X: Bueno ahí está también la cosa, yo ahorita tengo un montón de cosas encima, en mi trabajo me tienen super explotado, pero ya sabes que la cosa es complicada y no voy a botarme como loco solo por esto, entonces la cosa sería que yo te pongo en contacto con los proveedores y tú montas las cosas, igual ahí ya con el call center montado ya puedes empezar a vender.

– Yo: O sea ¿cómo?

– Persona X: Claro, yo entro como socio con la idea, tú que ya tienes experiencia le puedes ejecutar y todo.

– Yo: O sea ¿cómo?

– Persona X: Eso, yo ya te digo que este es un negociazo, por la confianza que te tengo te doy ya toda la idea completa así sin tener ningún acuerdo previo, le vamos 50 – 50, half and half (léase jafanojafano)

– Yo: Bueno déjame evaluar, aunque no me entusiasma mucho, pero tampoco te voy a decir así no de primerazo, pero bueno tampoco suena tan loco que si pones la plata esperes ya tener el 50%.

– Persona X: No pues, la plata, jaja, yo solo pongo la idea. De ahí yo creo que con tu éxito empresarial sí has de tener pues para financiar un negocio como este. Si hasta tienes un blog donde estás hablando de emprendimiento y esas notas, no creo que seas tan muerto de hambre, jaja.

– Yo: O sea quieres el 50% de un negocio por «darme» una idea de algo que ya existe que no es que hayas inventado, no vas a poner trabajo, no vas a poner plata y quieres que me meta en un negocio que me parece turro no porque no genere dinero sino porque su propósito es básicamente estorbar a la gente.

– Persona X: …

– Yo: Además, ¿de dónde sacaste que es negociazo?

– Persona X: Es que verás, en la empresa donde trabajo yo vendo esos equipos que son necesarios para esto, entonces yo tengo algunos clientes que se dedican a esta nota y ellos me han dicho que es negociazo, yo veo no más como le tienen a la gente ahí sentada llamando todo el día y claro cada llamada es un billete, entonces esos manes se meten así la plata sin hacer nada.

– Yo: O sea que quieres que te compre tus notas y me imagino que has de ganar alguna comisión de eso, para ponerme un negocio que no me gusta y encima quieres ser competencia de tus mismos clientes a los que igual les vas a seguir vendiendo. Medio desenfocado te veo.

– Persona X: Ya de gana estás mezclando las cosas, que yo te venda o no te venda los equipos no es el punto, pero claro que deberías comprarme a mí para acolitarme con esa comisión, igual yo por eso te digo que yo no podría figurar en nada para que no haya conflictos de intereses ni con la empresa donde estoy trabajando ni con mis clientes. No veas solo lo negativo, vas a crear un montón de empleos y este servicio casi que se vende solo.

– Yo: ¿Sabes qué? No.

– Persona X: No puedo creer que dejes pasar esta oportunidad, creo que me equivoqué en la percepción que tenía de ti.

– Yo: Sí, loco, en verdad estás equivocado, si algo me queda de esta conversación, que de hecho voy a hacer como que nunca se dio, es que de verdad estás bien equivocado.

Ya es demasiado tarde

Nuestra forma de hacer las cosas está marcada por ese ritmo vertiginoso que nos lleva a pensar que se acaba la vida demasiado pronto y no vamos a poder hacer las cosas que queremos y todo es un despropósito entonces debemos hacer todo lo que podamos lo más pronto posible y debemos forzarnos a hacer más leer más correr más jugar más trabajar más y todo al mismo tiempo y todo el tiempo posible porque si te pones a ver hay ya un montón de gente con todo resuelto con la misma edad que tú y tú no has hecho ni la mitad de lo que deberías haber hecho.

Eso es invivible.

Esa sensación de urgencia nos carcome, la urgencia de hacer las cosas. Se ve en el trabajo cuando las personas empiezan a trabajar más tiempo tratando de sacar antes cosas que pueden esperar, esa sensación de que debes ser eficiente y siempre mejor y mejor que el resto, una carrera sin fin donde descansar es signo de debilidad.

Para muchas cosas que he hecho, ahora pienso que no es que era tarde, pero tal vez si fue demasiado temprano. En especial con la empresa, empezó en parte porque tenía la urgencia de que ya era demasiado tarde, se acercaban mis 30 y aún no había creado nada. Pero digamos que ese sentido de urgencia obligó también a dar el paso, o sea tiene ese lado positivo, pero también hubo demasiadas cosas echada al azar, cosas que se hicieron funcionar sacrificando muchas otras. Es chistoso pensarlo ahora pero en ese entonces era el boom de las redes sociales y todo el mundo hablaba de emprendimiento. Eso me metió presión, panas y gente conocida estaba ya creando cosas y yo no. Al final en la mayoría de casos resultó que se trataba realmente de emprendi-miento, realmente no estaban haciendo nada.

Ahora estoy buscando más bien la calma. Quiero aprender cosas que debí aprender mucho antes, pero siento que ahora es diferente, tengo esta certeza de que no es tarde, es el momento adecuado. Siento que ahora sí estoy haciendo lo que es necesario y no solo lo que me toca hacer. No quiero hacerlo de forma obsesiva (aborrezco el uso de la palabra obsesión como si fuera algo positivo para el trabajo), quiero seguir a un ritmo bueno pero no estresante, sin dejar de lado lo bueno, sin privarme de los momentos en los que debo estar. Trabajando y creando con perseverancia pero al mismo tiempo disfrutándolo, descansando, jugando, leyendo, viviendo.