Bluey

Bluey es una serie animada de una familia de perritos australianos. Hace algunos meses pregunté en Twitter qué serie recomendaban para niños y fue una de las que la gente más recomendó. Comenzamos a verla y nos pareció divertida. Pero pasaron algunos capítulos y sucumbí, ahora no puedo decir solamente que sea una de mis series favoritas para niños (básicamente series que le gustan a mi hija y que yo miro con/por ella como Paw Patrol, Cocomelon, Pocoyo) es una de mis series favoritas del momento.

Antes de escribir esto googleé un poco y claro hay un montón de artículos analizando la serie que hoy por hoy es un éxito, normalmente alaban que se trata de una familia donde los padres hacen una crianza respetuosa de sus niñas, hacen muchos juegos con imaginación y actividad física, presentan escenarios muy cotidianos con los que nos encontramos muchos padres en el día a día. Al mismo tiempo le critican que de alguna forma es irreal (o sea es una serie de perros que hablan, pero bueno) porque el padre pasa mucho tiempo jugando con sus hijas y eso no es posible en la vida real.

Tiene tramas super lindas y logra en capítulos muy cortos contar historias super conmovedoras. Es increíble, ahora cuando alguien me pregunta qué serie les recomiendo, les digo que vean Bluey, claro que pega mucho más para personas con hijos, pero en realidad es una serie que no solo refleja lo ideal de una familia sino de toda una comunidad. Vecinos que se saludan y se ayudan (en este punto de la vida esto me asombra, es algo que cada vez se pierde más), amigos que se involucran también en los juegos y acolitan.

En varios capítulos me veo claramente retratado en el padre, Bandit. En muchos sentidos me siento identificado con el padre. Definitivamente me veo a mí en el capítulo de la Piscina donde el papá divertido lleva a sus hijas a nadar y se olvida de todas las cosas que debía llevar como bloqueador solar, flotadores, chanclas, toallas, comida, todo. Al final llega la mamá con todo y todo se arregla y al final, en una de las escenas que me hizo prestar mucha más atención a la serie, se ve como Bluey se sumerje a atrapar un juguete y mira como, en la superficie de la piscina, sus padres se dan un beso y ella sonríe. Para mí esos dos segundos capturan tanto lo que he vivido en estos años de paternidad, esa cálida sensación de alegría y complemento que tengo con mi familia.

En fin, Bluey es una gran serie para niños, creo también que es una gran serie para padres, y es también una gran serie en general. Nos muestra una familia cotidiana y con rutinas, y yo creo que la vida es eso, poder disfrutar de la cotidianidad, tener una rutina feliz, tener paz y jugar.

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