Inercia

Empiezas a trabajar y las cosas empiezan a pasar como por inercia, una sucesión de acciones y situaciones hasta ciertos hitos en que tomas decisiones pero de alguna forma todo sigue sucediendo como de forma automática y no intencionada. Y eso está bien. O puede estar mal. El problema es que todo funciona así hasta que eventualmente ya no funciona y en ese momento todo es un caos.

Regresas a ver y miras muchas cosas que hiciste pero que pudiste haber hecho mejor o que tal vez no deberías haber hecho.

Miras hacia adelante e imaginas un montón de escenarios y cosas que podrías o no podrías llegar a hacer.

Y mientras tanto estás en el centro, en el presente. ¿Qué haces?


Estoy releyendo las líneas anteriores que escribí en 30 segundos así como quien hace un borrador sobre esto, salieron como salieron, no les he editado nada. Me dejaron pensando en que yo he vivido toda esa especie de inercia durante toda mi carrera profesional.

Y no es que no haya tomado decisiones, claro que lo hice, pero de una forma u otra siento que llegué a un punto donde me dejé llevar, solo me solté y dejé que el tobogán gigante de las circunstancias me lleve a donde tenga que llevarme.

Puedo meterle otra narrativa a esto, que hubo coincidencias, que el camino se fue trazando mientras lo andaba y estaba perfilado por todo lo previo, pero inclusive el haber creado la empresa y a lo que terminó dedicándose está muy enlazado a lo que hice en mis primeros pasos. Tal vez era lo lógico, pero por hacer lo lógico, lo que se debía hacer, y no pensar en qué sí queríamos hacer efectivamente, como para seguir haciéndolo por décadas, creo que llegamos a una especie de callejón sin salida, pero ni siquiera es eso, un muro, es un camino seguimos caminando por la misma inercia.

La inercia es aburrida.

Pero bueno, las cosas pasan. Este post no es ni un lamento, ni una queja, es la aceptación de que no tomé las riendas.

Al final del año anterior me sinceré, acepté esto. De alguna forma sentí que todo se frenó, como si una enorme maquinaria de engranes gigantes de piedra que estaban rotando se hubiera detenido a esperarme. Y aquí estoy, escribiendo, tratando de darle sentido y de hacer algo que sí quiera hacer por décadas, espero al menos un par de ellas. Quiero ser yo quien decida hacia dónde ir, porque eso de andar solo arrastrado por la inercia me estaba haciendo sentir inerte.

Deja un comentario