Como les conté hace un par de meses, este fue el empleo que tuve antes de arrancar con la empresa. Voy a contarles lo último que sucedió y varios detalles que con el tiempo me animaron a más bien salir y probar suerte. No va a haber tanta estructura, más bien van a ser recuerdos aleatorios y opiniones de ciertos hechos que se dieron.
Cuando inició esa empresa no había nada, ningún equipo ni nada, entonces ahí llegó una de las cosas que más tarde me haría sentir muy bobo por haberla aceptado. Mi jefa nos convenció de que al ser consultores y formarnos como profesionales debíamos tener nuestras herramientas propias y, por ende, debíamos comprar nuestras propias laptops. Así fue, la verdad hasta ese momento yo no había tenido una laptop de mi propiedad y me hizo mucha ilusión el tener mi propia máquina, igual pensé si llego a irme de la empresa ya tengo mi máquina y con eso puedo hacer cualquier otra cosa. La empresa no se iba a deslindar del todo, ya que al estar yo sin capacidad de adquirir este equipo me ayudaron a financiarla. Iba a pagarla con trabajo, básicamente me iban a descontar un porcentaje mensual de mi sueldo. Acepté. Pero no debía aceptar. Luego me di cuenta que no fue lo mejor, la empresa debía darme las herramientas para ejecutar mi trabajo. Pero lo peor peor fue cuando me enteré que me habían «vendido» la máquina ganando como un 50% de su costo, esto ya fue para el final porque por algún motivo, creo que por garantía, pedí que me ayuden con la factura de la compra y me enteré del verdadero costo de mi máquina. En fin, fue una gran lección aprendida, esa máquina se quedó mucho tiempo conmigo y me consuelo pensando que me ayudó a producir mucho más de lo que me costó obtenerla, ya la sapada de vendérmela a un costo superior ya fue.
Del párrafo anterior quiero resaltar que mi jefa tenía un gran poder de convencimiento. Era una persona muy talentosa para las tareas comerciales y creo que nos tenía a todos en una especie de campo gravitacional donde todos girábamos alrededor de ella. Seguíamos lo que ella decía. Creo que es lo más cerca que he estado a un culto, había una especie de adoración hacia ella, los más metidos en la idea inclusive la llamaban mamá y ella decía que éramos sus hijos, pensándolo así en retrospectiva se me hace bien loco esto que estoy escribiendo aunque en ese momento me pareció inofensivo. Quiero creer que yo no estuve nunca tan involucrado pero sería engañarme un poco, yo la admiraba también pero con el tiempo habían cosas que ya me cuadraban tanto y me fui alejando. Algo que particularmente me caía mal era que nos hicieron muchas (demasiadas) actividades de motivación y coaching y dinámicas y esas cosas que en lo personal no son de mi agrado.
Estuve aproximadamente un año y medio en este empleo y en ese tiempo hubo mucho movimiento, muchas cosas que sucedieron, varios cambios de oficina, varias personas que entraron y salieron. En aquellos días ya estaba de moda Facebook y Twitter había empezado a populizarse en Ecuador, ahí pude conocer historias de muchas personas que, o trabajaban de freelancers o estaban dedicados a sus proyectos y negocios propios, y eso me despertó la intriga (con el tiempo me fui enterando que muchas de las personas que decían eso sobre tener sus empresas y negocios eran solamente fantoches y charlatanes, pero bueno eran mis inicios en las redes sociales, yo creía mucho de lo que leía) y a pesar de que no me iba mal en este lugar se me metió esa idea de hacer algo más, probar suerte, como había visto que esta empresa desde que nació me hizo tanto sentido cuando este amigo excompañero de este trabajo me dijo – oye, nosotros podríamos tener algo así – y empezamos a reunirnos con mi novia y otras personas más para diagramar lo que sería nuestra empresa y creamos un plan, una serie de hitos a cumplir para arrancar, cómo todos iríamos saliendo de nuestros empleos para dedicarnos a este proyecto. La primera en salir fue mi novia, ella siempre ha sido la más pragmática, la más decidida, salió sin dudarlo en junio de 2009. Mi salida estaba pensada para finales de agosto de 2009.
Entre la salida de mi novia y la mía sucedió lo inesperado, mis amigos que fueron los socios fundadores se botaron, al menos 3 de ellos, obviamente desconozco los detalles de ese movimiento, qué lo causó exactamente y si fue o no repentino, pero al menos para mí lo fue. Cuando fui a hablar con mi jefa sobre mi salida ella me dijo algo así como – no puede ser que me digas esto, con lo que tus amigos ya se fueron justo, pero justititito habíamos pensado en ti para ascenderte a gerente técnico, ganarías el doble de lo que estás ganando – y casi me doblego, pero la decisión estaba tomada, le dije gracias por tomarme en cuenta pero me voy.
Mis últimos días en esta compañía yo estuve en un cliente, terminando la ejecución de un proyecto, las personas con las que estaba trabajando ahí se enteraron de mi salida y me hicieron una despedida, nos fuimos a tomar unas cervezas, me acuerdo. En la empresa la noticia de mi salida no fue tomada con tanto agrado y menos que me haya ido a festejar (jaja) con los clientes. Al final no hubo mayor ceremonia, solo fue entregar información de los proyectos que había ejecutado, agarrar mi laptop y salir. Y así simple, me subí al bus que me llevaba a la casa e iba imaginando qué era lo que iba a conseguir ahora que iba a tener mi propia empresa.
