Las empresas no son familias

Hay un montón de empresas que en sus enunciados de misión, visión o en las descripciones de ¿Quiénes somos? en sus sitios web dicen algo como – Somos una familia … Bla bla bla – y creo que eso está mal.

Las empresas no son familias.

Este tipo de enunciado me parece un chantaje emocional, algo que eventualmente se usará para decir – somos familia, deberíamos esforzarte más, deberías trabajar fuera de horario, deberías dar más, porque somos una familia y uno por la familia lo da todo, sin esperar nada a cambio – para mí, en mi experiencia personal, cuando alguien quiere implantar ese pensamiento en el ambiente laboral es una mala señal. A veces pareciera que esperan que al decir que en la empresa son dizque una familia se olviden de la familia verdadera, mucha gente termina sacrificando su estabilidad familiar por su estabilidad laboral, círculo vicioso.

Las empresas no son familias.

Decir – Somos una familia – no va a resolver ni facilitar la resolución de los problemas que existen en la organización, no se puede cubrir fallas de la cultura organizacional y errores de liderazgo con cursilería barata y frases motivacionales.

Las empresas no son familias.

Claro que alguna vez en la vida, tal vez en una reunión informal, luego de una par de bielas, un gerente o propietario conmovido pueda decir a su gente – ustedes son como mi familia – para luego estar el lunes de nuevo en el trajín diario tratando a todos como normalmente, decir son como mi familia tampoco es garantía de algo bueno, ¿cómo tratará esa persona a su familia?

Las empresas no son familias.

Ni las empresas familiares deberían llevar al ámbito empresarial los lazos familiares dejando que incidan e influyan en las decisiones y acciones que se van a tomar. De hecho la clave para una empresa familiar va a ser lograr separar lo más posible lo familiar y lo empresarial, no por ser familia van a dejar de respetar la jerarquía y responsabilidades de cada quién, e idealmente no por ser familia se va a ser indulgente o peor se va a pasar por encima o perjudicar a otras personas que trabajan ahí pero no son familiares.

Las empresas no son familias.

Y aunque en casos excepcionales de hecho se puede crear una relación muy íntima y cercana entre compañeros de trabajo, una relación que efectivamente se acerque a algo como una familia,es precisamente en esos ambientes en donde la gente se rehúsa a decir que son familia. Las empresas que dicen que son una familia a los cuatro vientos suelen estar presumiendo de lo que carecen.

Las empresas no son familias.

Y si ya se va a caer en ese jueguito bobo de hacerse llamar familias por lo menos que digan algo un poco más sincero y digan que son como una familia disfuncional y llena de problemas de esas en las que nadie se lleva bien y todo se mueve por intereses y conveniencia, de esas familias que son como empresas con pobre cultura organizacional.

Las empresas no son familias.

Quise escribir esto una y mil veces porque en un próximo post voy a hablar de una experiencia que tuve en una situación donde se manejaba ese argumento de somos familia, y so pretexto de eso pasó tontera y media. Entonces claro, tengo una fuerte animadversión contra ese tipo de situaciones, y como no está por demás quiero concluir diciendo:

Las empresas no son familias.