Este es otro canal que vimos un montón con mi esposa previo al nacimiento de nuestra hija. Resulta que el sicólogo del video que enlacé en el post llamado ¡Cómo le ayuda a la mujer! tiene su canal de YouTube y tiene un montón de contenido interesante, se llama Píldoras de Psicología, el canal de Alberto Soler. Como siempre un par de videos de muestra de su contenido.
Mes: agosto 2020
Recuerdo reloco: El día de la pluma
Trato y trato de concatenar bien el inicio de esta historia y no logro entender cómo se dieron las circunstancias específicas que provocaron lo que voy a contar en esta entrada, pero este es el cierre de la historia de cuando fui consultor técnico (que conté por acá y por acá) … y no me había acordado. Pero bueno ahí va.
Cuado estuve en ese empleo me asignaron un equipo de escritorio, un cloncito ahí elegante que tenía características buenas y en el que trabajaba cuando estaba en la oficina. Resulta que cuando iba a los clientes tenía que llevar a todo lado ese case y normalmente en el cliente me daban los periféricos. En definitiva era un tanto inconveniente, una laptop era lo que realmente necesitaba, pero era mejor que tener una máquina asignada por el cliente donde no tenía todo lo necesario o con restricciones de acceso. Entonces, ya pues, tocaba ir a todos lados cargando la máquina y cuando llegó el proyecto que sería mi último en esa empresa no fue la excepción.
Luego ya vino todo el relajo de que si se quedan o se van y que la reunión y todo lo demás que ya conté en la entrada anterior y listo, al siguiente día de esa reunión ya no tenía trabajo. Y ahí es donde me falla la memoria. Por alguna razón la máquina que me asignaron no había sido devuelta, y no recuerdo exactamente las circunstancias. No me acuerdo en dónde estaba mi máquina, no estaba en mi casa, no estaba en las oficinas de la empresa y tampoco en las del cliente. Pero bueno, en definitiva, la máquina debía ser entregada como punto final de mi salida.
Para este efecto se usó un terreno neutral, luego de la reunión donde se definió que nos desvinculábamos de la empresa fuimos de cierta forma expulsados, nos bloquearon el acceso en todo sentido, entonces no era opción entregar las cosas en las oficinas de la empresa. Se usaron como punto neutro las oficinas de un distribuidor mayorista que se prestó para ayudar a la transición. Entonces recuerdo que igual fuimos en masa a tener una serie de reuniones en las que el Gerente de la empresa nos fue llamando de uno en uno a la sala de reuniones para la firma de la salida y para entregar equipos, entregar cheques pendientes. Entonces en mi turno, entré, devolví la máquina asignada [que alguien debió haber llevado (cha madre, esa es justo la parte que no recuerdo, ¿quién? ¿dónde estaban las máquinas?)], me entregaron un cheque que estaba pendiente, o sea el último sueldo, como facturaba ese sueldo no tenía derecho a ninguna indemnización; y salí. Mientras salía por el parqueadero rumbo a la calle me llamó la atención algo que caía lentamente en mi dirección. Era una pluma. En ese momento exacto la pluma cayó a mis pies. La cogí, en ese momento me pareció un detalle simbólico, como esperanzador, el planeta, el destino, la vida, la existencia diciéndome que las cosas iban a estar bien. Guardé esa pluma en mi billetera y la tuve conmigo por mucho tiempo, la veía y recordaba ese momento como me sentí, por un lado, desconcertado, maluco, por otro lado, entusiasmado, ansioso por saber qué más iba a suceder.
Pasó algo de tiempo y en una limpieza de mis cosas decidí botarla, por un lado pensé que fue un tanto antihigiénico tomar una pluma de un ave cualquiera que nadie podría saber qué tan sucia estaba (jaja) por otro lado en ese momento ya no me hacía falta, ya era tiempo de dejar ir esa situación, ya no me servía, cumplió su cometido, se fue, tal vez volaría a los pies de alguien más y tal vez alguien más la podría recoger. Me desprendí de esa pluma y ese día se me borró un poco de la memoria pero con este ejercicio de recordar todo eso regresó a mi memoria, aunque un poco desgastado.
Y así termina, ahora sí definitivamente, esa parte de la historia.
YouTube: Soytupediatra
Cuando con mi esposa ya no pudimos ir más a las clases prenatales debido al confinamiento por la pandemia, empezamos a buscar información en internet y eventualmente nos topamos con este canal colombiano de YouTube, Soytupediatra. Gran contenido y variado, médicos pediatras con varias especialidades compartiendo consejos y datos sobre los primeros meses y los primeros años de los guaguas. Como siempre un par de videos recomendados.
Llevar una empresa es como hacer galletas con chispas de chocolate
Como se me hizo divertido escribir el post de Llevar una empresa es como predecir el clima voy a empezar una nueva serie de entradas comparando a la empresa o al trabajo en general con cosas aleatorias… Hoy con mi historia de cómo aprendí a hacer galletas con chispas de chocolate. El blog no se transformará en un blog culinario (jaja) {tener un negocio de galletas me suena super bacán [quién sabe algún día tal vez (aunque con qué tiempo) pero por el momento es un pasatiempo], los negocios de comida me parecen los más nobles}.
Por ahí hace unos dos o tres años, o un poco más, fue la época en que aún habían locales de Subway como mote, me estaba comiendo un sánduche y como combo pedí una galleta de chispas de chocolate. Mientras me comía la galletota esa me pregunté – ¿Qué tan difícil puede ser hacer estas galletas? – pensé que igual que debía ser super barato producir galletas de chispas de chocolate en masa y que seguramente era un robo pagar como $1,50 o creo que $2,00 por esa galletota, estaba rica, pero bueno igual me pareció cara. Así que decidí que iba a aprender a hacer mis propias galletas.
Si alguna vez han buscado esa receta, con un simple googleo ya salen como un par de millones de resultados, con ligeras variantes pero más o menos todas son la misma. Así que viendo que se leía sencillo agarré la primera receta que encontré, busqué los ingredientes, seguí los pasos ahí más o menos, les metí al horno y dije – ya, esto ha sido facilazo. Ahí está, yo de gana gastando plata en vano en galletas – pasaron los 15 minutos que la receta decía que debía hornear y esas masas que estaban en el horno no tenían ni el más mínimo asomo de volverse galletas. Les dejé como 15 minutos más y claro salieron medio quemadas, medio crudas, medio raras, no sabía del todo mal pero no eran galletas tampoco – Chuta, no ha sido tan fácil – desde ese momento empecé una investigación para entender por qué carajo no me salieron. Empecé a ver videos de YouTube donde la gente seguía la receta, según yo tal cual como yo, pero a ellos les salían galletas y a mí unas fichas durísimas, o unos chicles ahí incomibles. Hice unos 4 o 5 intentos y ninguna salió bien bien, un par salieron medio mejorcito pero no del todo bien. Así que me puse a investigar (investigar de verdad) por qué no salían bien y al fin entendí.
- La proporción de ingredientes debe ser precisa. Yo estaba de lelo mezclando con cantidades más o menos aproximadas midiendo con unas tazas y con unas cucharas de medición pero no era exacto. Me regalaron una balanza de cocina digital y ahí ya pude hacer la medición adecuada de los ingredientes, harina, azúcar, mantequilla, todo medido exactamente según la receta.
- La temperatura importa. Por un lado la temperatura de la mantequilla, debía estar a temperatura ambiente, las primeras veces estaba muy fría, cuando intenté con mantequilla derretida tampoco funcionó del todo. Sacando la mantequilla de la refri un par de horas antes de hacer las galletas estaba en el punto exacto para poder mezclarla con el azúcar. Por otro lado la temperatura del horno, debía estar a 180°, pero mi horno de la cocina ya más bien viejito no estaba en 180° cuando yo le ponía en 180°, descubrí con este prueba y error que la marca de 210° en mi horno es cuando en verdad está en 180°.
- El tiempo de horneado debe ser el que es. No importa cómo se vean las galletas, si al parecer les falta estar listas, una vez que se cumple el tiempo de horneado hay que sacarlas del horno, en ese momento van a estar calientes y un tanto suaves, pero por el calor acumulado se van a seguir cocinando un poco ya fuera del horno y luego de un tiempo se van a poner galletosas.
Por ahí por el sexto o séptimo intento logré sacar unas galletas que en verdad eran galletas y una vez que comprendí el proceso, lo que importaba y qué aportaba cada ingrediente ya la cosa cambió, empecé a hacer variantes y experimentos. Hice galletas gigantes, a la misma base de masa le puse avena, le puse chocolate de diferentes tipos, probé con varias combinaciones de azúcar y demás. Incluso una vez que por alguna razón salieron medio mal, pude improvisar un chance y les arreglé, ya había comprendido todo, ya sabía cómo, ya se volvió sencillo.
Antes de empezar con la empresa dije – todos estos manes que tienen sus negocios y empresas no son nada fuera de lo común, yo también podría, ¿qué tan difícil puede ser? – me asesoré con un pana y se constituyó la empresa. Ya con la empresa lista, estábamos oficialmente en funcionamiento y luego de un par de meses en los que vendimos un par de páginas web pero que no tuvimos mayor movimiento dije – Chuta, no ha sido tan fácil – los socios se fueron por distintas razones, empecé a imaginar qué más podíamos hacer, encontramos un par de empresas aliadas que nos empezaron a subcontratar para sus proyectos, después de unos 4 o 5 proyectos bien ejecutados ya las cosas empezaron a caminar medio mejorcito pero no del todo bien. Así que llegó el momento de tomar decisiones para que las cosas vayan mejor.
- El equipo de gente debe ser preciso. Al inicio tuvimos socios que no hicieron nada, nunca debieron estar, es importante contar con la gente correcta. Los empleados fueron y vinieron pero un par de ellos fueron los que se quedaron y con ellos logramos hacer proyectos interesantes. Al inicio tuvimos algunas ideas de cosas que podíamos hacer pero en realidad no teníamos las herramientas necesarias, luego desarrollando el conocimiento logramos aterrizar la oferta de servicios y pudimos ir obteniendo esas herramientas que nos permitieron conseguir las cosas. En el camino tuvimos muchos aliados y mucha interacción con otras empresas, muchos malentendidos y muchos contratiempos.
- Es importante medir las expectativas de la gente. La mayoría de problemas que tuvimos fue porque cada quien esperaba cosas diferentes, en momentos y cantidades diferentes, no tener claras estas cosas desde el principio causó un período de tiempo en que perdimos demasiado, pero así mismo fue un tiempo de ajuste, de darnos cuentas de qué funcionaba y qué no, y quién funcionaba y quién no dentro del equipo.
- Las cosas toman su tiempo. No se pueden apresurar los pasos, es cuestión de paciencia realmente, las relaciones con clientes y aliados toman su tiempo también, no es algo que suceda mágicamente de un día para el otro, eventualmente podrás acelerar tu crecimiento, pero lo que se da de forma natural y sin forzarlo es lo que mejor resulta.
Con la empresa hemos ido dando tumbos, logrando buenas relaciones y también metiéndonos en problemas serios, pero llega el momento en que entiendes. Llegas a tener el equipo adecuado y con ese mismo equipo puedes ir moviéndote, dando nuevos servicios, dando pequeños giros hacia complementar el portafolio o dando grandes giros y abriendo líneas de negocio completamente nuevas. Llega el momento en que ya comprendes y puedes improvisar un chance y aunque en realidad esto nunca se vuelve sencillo, sí puedes tener algo más de control, siempre hemos sido un poco obstinados y no nos hemos rendido tan fácilmente, lo bueno es que ahora con todo lo vivido ya estamos más curtidos y cuando algo no va del todo bien por lo menos ya podemos reunirnos y tomarnos un café con galletas de chispas de chocolate.
Así como dato, este fue el video que seguí la primera vez que logré que lo que preparé pueda realmente llamarse galleta.
¿Vos serásf el gerente?
Nota introductoria: el título no tiene un typo, aquí una explicación del uso de la f en Quito – Ecuador. (TL;DR: f = pues)
A la gente se le viene a la mente una imagen específica cuando alguien dice empresario, propietario, fundador o cualquier otro calificativo que se use para el dueño o socio de una empresa, lo mismo cuando se dice el gerente general o gerente de cualquier área, muchas veces esa imagen es un estereotipo que podría estar muy cerca del viejito mascota de Monopolio. En fin, yo no creo tener nada cercano a esa imagen o ese estereotipo, ni ahora y peor hace diez años cuando fundamos la empresa. Y bueno, hoy voy a hablar de eso.
– ¡Vos serásf el gerente! – me dijeron más de una vez, personas de todas las edades y en diferentes situaciones, primeramente, creo yo, en referencia a mi imagen de niño enternado para ir a su primera comunión, y luego ya algunos con la intención positiva de – ¡qué chévere! me alegro por ti – y otros con la intención despectiva del tipo – qué tipo de empresa turra tiene a este man como gerente – y en cualquier situación es complicado abrirse campo al inicio, y en realidad es una cuestión de paciencia. La imagen que se proyecta en un inicio es muy importante porque si estás arrancando realmente no tienes muchas referencias de servicios previos o experiencia específica que puedas ofrecer como parte de tu presentación de ventas, aunque bueno eso es materia para otra entrada creo yo. La cuestión es que es como en todo: Mucha gente va a tratar de minimizarte, a tratar de bloquear tu camino no con competencia limpia y superándote claramente, sino tomando el atajo sencillo de hablar pestes de ti a los clientes, de algo de esto ya hablé cuando les contaba cómo mis competidores iban a los clientes a decirles que nosotros éramos una empresita cualquiera. Otros por su lado se van a identificar con tu forma de hacer las cosas y te van a apoyar y te van a referir y te van a ayudar a conseguir nuevos clientes, pero como he dicho es cuestión de tiempo y ese es el verdadero reto.
– ¡Vos serásf el gerente! – es lo que llegas a decirte a ti mismo viéndote al espejo, dudando de si te mereces ese calificativo, si te mereces o no sacar adelante a la empresa, si te mereces o no el llegar a esos clientes, si te mereces que te refieran y que te ayuden a conseguir nuevos clientes, esa duda que te hace cuestionarte si estás haciendo las cosas bien, si fue lo mejor botarte y empezar algo desde cero (o casi cero), si estás en el camino correcto, si las decisiones que estás tomando serán las mejores, peor aún cuando tus decisiones ya no solo te afectan a ti sino a toda la gente que está trabajando en la empresa, si en verdad estás haciendo lo mejor que puedes… ese es un cuestionamiento que va en ciclos (al menos para mí ha sido así), que regresa cada cierto tiempo, que te ataca y te obliga a analizar y sobreanalizar todo y vuelve y se repite, todavía más cuando las cosas no están saliendo del todo bien. Pero eventualmente es algo que se tiene que aceptar, ese es tu cargo, es tu proyecto, es tu empresa, es tu equipo de trabajo y todo eso depende de ti y saber aceptarlo es crucial, pero no con arrogancia y creyendo que eres algún tipo de elegido que va a empezar a publicar frases de motivación y a levantarse por sobre el común de los mortales, sino como una persona común, modestamente humano, que se puede ver al espejo y ante la pregunta – ¿Vos serásf el gerente? – no te digas a ti – ¡qué disparate de gerente! – sino solamente – Sí, lo soy – y continuar.
YouTube: Entertain the Elk
Otro viernes, otra recomendación de canal de YouTube. La verdad es fácil darle regularidad a estos miniposts y sigo tratando de no fallar cada viernes. Al final está resultando chévere ver la colección de estas publicaciones, es como un registro histórico de los contenidos que estaba consumiendo en estas épocas.
En fin, el canal de hoy es un canal que tiene análisis de series entre otras cosas, pero me gustan sus videos de «The day <inserte aquí su serie favortia> died», el canal es Entertain the Elk, y no puedo más que recomendar de cajón un video de la serie que murió pero mal. The Day Game of Thrones Died.
Y un par más…
¿Cola de León o Cabeza de Ratón?
Es importante tener claros los objetivos que se persiguen con un negocio o empresa. Saber qué se quiere lograr ayuda a medir de forma adecuada los resultados y también las expectativas. Esos objetivos deben ser comunes para socios, inversionistas y personas involucradas con la organización, caso contrario se empiezan a notar fallas de coordinación y enfoque que al final causan roces y problemas. Digo todo esto porque en mi caso tuve algunos de estos momentos y he escuchado la analogía de cola de león o cabeza de ratón aplicada en varias situaciones y en diferentes sentidos lo que me llevó a reflexionar un poco sobre esto.
De hecho esta expresión específicamente fue parte de una conversación que tuve con un inversionista que me trataba de convencer de cambiar mi enfoque, dizque porque mi visión era muy limitada, me dijo – La tuya es una empresa enana, nosotros te vamos a hacer crecer, vas a formar parte de nuestro grupo – (ya he hablé de eso en una entrada anterior) y luego su argumento [que pensó que era lapidario (eso me imagino al menos)] – ¿Qué prefieres ser: Cola de león o cabeza de ratón – y en verdad en ese momento en medio de la conversación y con el sentido del discurso, la conclusión lógica es que deberías necesariamente preferir ser cola de león. Con el tiempo pude pensar sobre lo que conversé en aquella ocasión y definitivamente ese momento debió ser una alerta para mí, llegar a un acuerdo con ellos no era lo indicado para mí, nuestra forma de ser y de hacer las cosas era diferente y no teníamos los mismos objetivos. En fin ese era un caso en que la frase indicaba que de ley deberías preferir ser cola de león, una parte de un animal poderoso y evolucionado de forma sofisticada para ser un depredador, para mostrarse imponente, eres parte de ese animal y eres útil y necesario pero eventualmente te llenas de mierda. Hecho el osado le dije – Prefiero ser cabeza de león, jaja – no fue tan jaja para él, le dañé su analogía y tal vez esa no era una opción para ellos, jaja.
Hace poco vi en un documental de Netflix (Street Food Latinoamérica) la historia de un cocinero que prefirió cerrar un restaurante muy grande para ponerse un pequeño local de comida. En medio de su historia él uso la frase al contrario – Obviamente prefiero ser cabeza de ratón – y se me disparó el recuerdo. Yo en este momento puedo decir lo mismo, nunca busqué dentro de mis objetivos el crear una empresa grande y compleja, impersonal, que se vuelva un problema más, quería algo deliberadamente acotado, que crezca de forma orgánica pero no de forma desmesurada. Ser la cabeza del ratón (o máximo un ratón completo), pero en definitiva ser la parte principal de un animal pequeño y funcional, que se adapta fácilmente a las circunstancias (el resto de analogías negativas que se pueden asociar a un ratón las voy a obviar para no desvirtuar la intención de esta entrada).
En fin, es importante entender, tal vez no desde el principio, pero sí en algún momento de la existencia de un negocio, hasta dónde quieres llegar. Creo que toda empresa se inicia pensando en alcanzar el éxito y la grandeza, pero es justamente la definición de éxito o grandeza que cada uno tiene lo que debemos llegar a entender y definir claramente.
Cada trabajo tiene su enseñanza: Consultor técnico 2 (lo malo)
En la entrada anterior de esta serie pude contar algunas cosas que pasaron en este empleo, pero fue la parte positiva de lo que hablé ahí, esa experiencia tuvo una parte negativa que fue un relajo que provocó que salga mal de ese trabajo. Voy a tratar de dar mi punto de vista sobre esto que en su momento fue algo impactante, dio a notar mi falta de experiencia en estas lides y, creo yo también, mi falta de madurez y un exceso de idealismo. También voy a tratar de ser lo más objetivo posible contando lo que paso desde mi perspectiva sin emitir juicios extra, esperando ser conciso y lo más fiel a los hechos, pero ya son casi 12 años de eso y a veces la memoria traiciona.
El primer problema que tuve con este empleo fue en la remuneración. Realmente no fui nunca un empleado de esa organización, eran otros tiempos, donde no era obligatorio que las empresas afilien a sus empleados, donde la tercerización estaba de moda. En fin lo que hicieron fue darme un contrato donde yo era un contratista de la empresa, pero era un empleado así con horarios y todo, o sea realmente era una tontera, yo les facturaba mi sueldo todos los meses y no tenía ningún otro tipo de beneficio. Lo malo fue que como también me pusieron un periodo de prueba empecé recibiendo menos dinero que lo que me habían indicado al principio, con el cuento de que luego de los 3 meses de prueba iba a recibir la remuneración completa. Estuve 8 meses en ese empleo y nunca llegué a recibirla. Cuando le decía a mi jefa que ya había pasado el periodo de prueba y que cuándo iba a empezar a recibir el sueldo que me habían ofrecido, me decía que tenga paciencia, que por falta de proyectos el dueño de la empresa no permitía que me suban el sueldo (suban, o sea como si yo hubiera firmado por el sueldo del periodo de prueba y luego darme la remuneración completa era un premio) y que en resumen no se podía cumplir con el ofrecimiento inicial (este es un detalle bien importante, que luego se volverá super relevante). Estaba tranquilo, porque no tenía ningún problema económico serio ni necesitaba con urgencia más dinero, pensaba que como igual estaba recién aprendiendo lo que debía hacer en el siguiente proyecto tal vez era justo que no me paguen completo, al final me estaban pagando por aprender, era una forma idílica de ver el incumplimiento de lo ofrecido, una forma de justificar algo que me afectaba, principalmente porque me la pasaba bien – qué importa, es solo plata – decía – estoy aprendiendo, está divertido – pero no estaba bien, nunca estuvo bien. Me acuerdo que yo primero tenía recelo y vergüenza de ir a pedir que me «suban» el sueldo al valor que habíamos pactado desde el inicio, no quería pasar por pedigüeño y ansioso, pero eso sí, feliz quedé de gil en ese aspecto.
Hace poco publiqué una entrada que se llama Las empresas no son familias; y recordar todo esto fue uno de los detonantes para escribir ese post. En el grupo en el que estaba éramos 4 personas, cada uno dedicado a unos productos específicos que formaban parte de una familia de soluciones para la gestión del servicio de TI. Mi jefa siempre nos decía que éramos su equipo especial, que nosotros no éramos como los demás de la empresa, que éramos los mejores porque ella nos había elegido, decía – son mi equipo SWAT – y también lo combinaba con frases como – aquí en la empresa ustedes son mis hijos, yo los cuido como a mis hijos – y en un principio me pareció chistoso, la gente en general lo tomaba como joda, el resto de la gente de la empresa nos jodía con la típica joda de – ve, ahí está tu mamá – super común cuando alguien se lleva bien con su jefe y le dicen – claro, como eres el hijito, como eres el consentido de tu papá (o mamá) – fresco, era algo que se volvió parte del día a día. Mis compañeros eventualmente también le decían mamá a mi jefa (trato de recordar y yo creo que nunca llegué a seguirle tanto así el juego, pero tampoco estoy tan seguro) y se dijo una y mil veces – somos una familia – Pensándolo ahorita que lo escribo creo que es la vez que más cerca he estado de un culto, de esos así ya peligrosos.
Mi jefa se encargó de aislar al equipo del resto de la empresa. Como era una empresa que también hacía desarrollo de software, el código de vestimenta era más bien relajado, pues mi jefa nos decía – ustedes no son como el resto de esos desarrolladores de medio pelo, ustedes son lo mejor de lo mejor, son la élite de esta empresa, ustedes tienen que vestirse como gente de éxito – y nos hacía ir de terno y corbata. Como ya conté en la primera entrada relacionada con este empleo, yo tenía algunos amigos que no eran del equipo en el que estaba, entonces conmigo no tuvo tanto efecto esa vaina de tratar de que no me lleve con el resto de la empresa, más bien como conté igual en la entrada anterior, pude conocer a una persona que resultó ser crucial para mi vida. Además yo no sentía de ninguna forma que era especial, no había hecho nada, participé de un proyecto por dos meses donde básicamente fui el documentador del grupo y me estaba preparando dizque para el proyecto más grande de la vida, pero los meses pasaban y no llegaba el proyecto, y no había puesto a prueba aún nada de lo que había aprendido. Es más cuando mi jefa decía ese tipo de cosas, me sentía pésimo porque en mi mente el resto de mis compañeros de equipo tenían ya full experiencia y yo era un don nadie.
Esto fue avanzando y avanzando hasta que llegó un día en que mi jefa nos invitó a almorzar. Unos días antes de eso yo había tenido una conversación con ella sobre lo de mi sueldo, que ya quería saber cuándo iba a dejar de estar a prueba, una vez más me dijo que ella estaba atada de manos porque no le aprobaban mi «aumento» porque el proyecto este dichoso que no empezaba no permitía que así sea, para ese momento yo ya estaba aproximadamente unos 6 meses en la empresa. Pero bueno, nos invitó a almorzar. Todos estaban medio misteriosos, yo lo asocié a que como les había tocado a todos estar últimamente en la oficina y no en proyectos en las oficinas de los clientes, estaban incómodos, de hecho era común que mis compañeros se quejen de que les tocaba estar en las oficinas de la empresa, yo pensé que era por eso. En realidad en el almuerzo me contaron que mi jefa tenía una idea. Quería abrir su propia empresa y en el proyecto estaban ya metidos mis compañeros de equipo y algunas personas más que trabajaban también ahí. Y me contaban para que yo también sea parte del proyecto. Mi memoria me traiciona un poco, según yo en ese momento me dijeron que yo iba a ser un socio de esta nueva empresa, luego resultó que no que no me habían dicho eso pero la verdad no estoy seguro. Estaba perfecto lo de este proyecto, me pareció interesante y de hecho me entusiasmó pensar que yo, el don nadie, iba a poder tener de la noche a la mañana participación en una empresa (algo inimaginable para mí en ese momento de la vida, guambra, 24 años) pero para el final de la charla de lo que tenían planeado la nota se puso sombría. Parte de su plan era que el arranque de esta nueva empresa iba a estar maquiavélicamente definido para que suceda cuando proyectos de la empresa donde estábamos exploten y, entonces, todos salgamos de la compañía y supuestamente los dejemos con la única y triste opción de tener que contratarnos obligados para poder ejecutar proyectos que solamente nosotros podríamos afrontar porque – equipo de élite pues – y claro eso me cayó mal, super desleal con la empresa actual, la empresa que no me pagaba lo que me ofrecieron, que me tenía ahí sentado sin hacer nada concreto esperando por un proyecto que no arrancaba y como estaba medio picado con todo eso, y en medio de la emoción de la gente en ese almuerzo, y ya pues almuerzo rico con bielas y todo, qué podía malir sal. Al final el compromiso de guardar confidencialidad total de lo que se había hablado en el almuerzo – sobretodo tú, Andrés, que eres hecho el que te llevas con el resto de gente que trabaja ahí en la empresa – y lo peor – recuerden que es clave que estemos unidos, como familia, esto solo va a funcionar si todos nos vamos al mismo tiempo para que no tengan más opción que contratarnos para dar esos servicios y ejecutar esos proyectos – ese mismo rato yo debí salir de ahí huyendo, debí decir – oigan, gente de la empresa, estos manes están con un plan medio truculento por ahí – pero no, yo me sentía afectado, se despertó también la ambición de poder tener algo de esta nueva empresa, hice caso omiso de mi voz interior que me decía que esta vaina estaba mal, era desleal, pero yo me sentía traicionado y afectado con lo del sueldo y dije – bueno, al final si el plan va como lo plantearon estos manes, tal vez me puede ir mucho mejor – pero creo que igual ellos vieron en mí la sombra de la duda.
La vida siguió y pasaron aproximadamente unos 2 meses más. Los planes de esta nueva empresa seguían y yo seguía en la misma posición hasta que el mentado proyecto arrancó. Pero creo que llegaron a darse unas 2 semanas de servicios y esta vaina de la nueva empresa explotó. De alguna forma la gente de la empresa donde estábamos trabajando se enteró de la huevada, a mí me dijeron que incluso lo que habían hecho era entrar a las cuentas de correo de los implicados y encontraron pruebas de lo que estaba pasando, habían conversaciones donde se planeaba la forma cómo todo el equipo se iba a salir para que les toque contratar a la nueva empresa para esos proyectos (al parecer habían usado el tiempo y los recursos de la empresa para hacer estas reuniones y llevar estas conversaciones con el correo institucional, esto ya es una elucubración de mi parte, yo no estaba tan metido en el proyecto de la nueva empresa como pensé en algún momento). Al momento de que todo esto se precipitó nos llamaron a todos a la oficina, íbamos a tener una reunión con todos los gerentes y socios principales. Querían llevar a cabo más indagaciones para saber qué rayos estaba pasando realmente y hasta qué punto estábamos involucrados. Querían tener reuniones con cada uno por separado, pero creo que todos pensaron que yo era un eslabón débil y dijeron – no, somos un equipo, una familia, y nos vamos a entrar a defender entre todos, solo vamos a aceptar una reunión con todos en conjunto – y así fue.
Mis recuerdos de esa reunión son medio borrosos. Uno de los socios principales se hizo amigo mío en el tiempo en que estuve en la oficina y también por el paseo de integración. Me acuerdo que él me veía con una cara de odio tan grande, y dijo algo así como – Nosotros confiábamos en ustedes, incluso a algunos les llamábamos amigos – o sea ese les llamábamos era solamente a mí. Nos dijeron un montón de cosas y que cómo no van a tomar represalias si descubrieron esta conducta desleal, y mis compañeros estaban super confiados y sabían qué decir y todo. Nos dijeron que ya no podíamos negar nada, que todo estaba claro y que tenían todas las pruebas para echarnos, recuerdo claramente que me dieron la palabra, yo les dije – no hay nada que pueda decirles que les haga cambiar de parecer con respecto a esto, ustedes ya saben todo lo que creen saber, es inútil argumentar algo más. Además para mí lo que fue desleal, es que no hayan cumplido ni con lo básico hacia mí, pagarme el sueldo que me habían ofrecido – yo estaba ya harto de estar en esa reunión y dije todo eso con sorna, con rabia. El dueño de la empresa me dijo – sabes quién decidía cuánto ganaban ustedes, ella (mi jefa), yo solamente firmo los cheques, y eso les recuerdo, no es ella quien les paga, soy yo, no entiendo por qué tienen tanta lealtad hacia ella – y cuando escuché eso se me cayó todo al piso, pero era demasiado tarde, ya no había retorno. Nos dieron la opción de quedarnos, pero yo ya no podía quedarme ahí, sea lo que sea que pasase toda esta situación habría creado un antes y un después para mí en esa compañía y yo ya no hubiera podido estar cómodo ahí. Decidí irme, pero creo que no tenía alternativa.
Pero como este post indica en su título, y estoy hablando de lo malo me guardé lo peor para el final. Para ese momento yo había empezado a salir con la chica que conocí en el paseo de integración de la compañía. Llevábamos juntos un par de semanas y nos iba de lujo, de hecho nadie de la compañía sabía que estábamos juntos. De alguna forma se llegó a saber y se filtró que ella estaba conmigo, una de las manzanas podridas desleales que habían estado en contubernio para afectar a la empresa.No sabemos quién fue con el chisme de que estábamos juntos, pero los de la empresa estaban tan paranoicos luego de que se enteraron de que esta situación estaba sucediendo que cuando se enteraron que ella era mi novia también la despidieron. Y luego peor aún, la volvieron a llamar diciendo que habían recapacitado, que hicieron mal en echarla, pero que podía tener de vuelta su trabajo con una condición – Tienes que terminar con el Andrés, no podemos permitir que tú seas un potencial punto de fuga de información, debes cortar tu relación con él – ella me eligió a mí. Cachan qué nivel de intromisión pueden llegar a tener las empresas, poniendo condiciones de índole personal a lo laboral, con el tiempo he llegado a entender sus razones, pero igual me pareció y me sigue pareciendo super bajo lo que le hicieron a ella, tal vez tenían motivos para sospechar, pero la forma cómo hicieron las cosas dejó mucho qué desear. Afectarla a ella por una decisión mía fue lo que peor me hizo sentir de toda esta tonta situación.
En fin, todo esto ha formado parte de la historia ya no solo mía, por si no han cachado la chica de la que hablo, en ese entonces mi novia, luego se convertiría en mi socia, en mi esposa, en la madre de mi hija, en mi compañera de vida. Esos acontecimientos fueron forjando nuestra relación que a pesar de estupideces como esa nunca se vio vulnerada, eso es lo mejor que saco de toda esta experiencia, ella.
El trabajo ideal no existe, o al menos para mí no existió, y este en especial concluyó así, abruptamente. La nueva empresa de mi jefa se creó. No fue contratada para dar los servicios en esos proyectos. Por cómo estaba todo en ese momento yo acepté una oferta de trabajo que me hicieron para unirme a esa compañía [sí, como empleado, qué socio ni qué nada (realmente dudo o creo que la memoria me traiciona y en verdad nunca me ofrecieron ser socio)] pero claro esa historia será la próxima de esta serie.
Faltan todavía algunos golpes más que vendrán en la vida para que llegue al momento en que dije – hasta aquí panas, voy a empezar a hacer las cosas a mi manera – pero ya estamos a un trabajo turro de llegar a ese momento.
YouTube: ShaunTrack
Cuando llegas a ver algún video de apreciación o crítica musical, muy seguramente el algoritmo de YouTube te va a terminar sugiriendo el canal de ShaunTrack (Shaun para los amigos). Pero si por si acaso no han llegado a recibir esta sugerencia, los videos de deconstrucción y análisis musical que tiene este man son buenísimos. Se me hace super interesante poder analizar a ese nivel las canciones que presenta y es super divertido ver la capacidad y sensibilidad musical que tiene Shaun para explicar y acompañar con música en vivo los temas que va analizando. Un par de videos de muestra… es difícil elegir uno como para decir este es el mejor.
Sin amigos
Este post originalmente iba a ser una triste y amarga narración de cómo cuando me quedé chiro por líos de la empresa y básicamente no tenía centavo para salir a hacer nada, me quedé misteriosamente sin amigos. E iba a hablar de lo turro que fue porque me di cuenta de todo el tiempo que había perdido cultivando amistades sin valor y cómo uno debería ser más selectivo con los panas, pero ya solo de escribir eso así rapidito en este párrafo inicial ya me cayó al huevo.
En lugar de hacer esa nota triste y llorona que se me había ocurrido originalmente más bien he decidido hacer lo contrario (aunque mantenga el título) y hablar de lo bacán que fueron todos los amigos que sí se quedaron.
Entonces, este más bien es un post de apreciación a todos los que aún me llaman, los que no dejaron de escribirme aunque yo estaba hasta ocultándome a veces, medio avergonzado por mi situación, sin mucho ánimo de contar mis tristezas, los que no se dieron por vencidos, los que estuvieron y están.
Es un post de apreciación para los que se esforzaron por estar, que llegaron a extremos inimaginables por ayudarme, a los que no permitieron que decayera, que no permitieron que me detuviera.
Les agradezco y de hecho yo sé que muchos de ellos son, justamente, los que se van a dar el tiempo de leer esto, y como siempre están pendientes y como siempre me dicen que les gusta lo que estoy contando aquí, quería aprovechar este post y su idea original, agarrar ese pretexto y en vez de recordar ingratamente a gente del pasado, quería agradecer a mi gente del presente, gracias de verdad, ahora quiero ser yo quien se esfuerce por ustedes porque sin duda quiero seguir a su lado en mi futuro.
Gracias. Eso nada más.





