Cada trabajo tiene su enseñanza: Desarrollador Freelance

Tengo cierta aptitud para escribir código, pero no puedo decir que sea un genio de la programación. Pero aunque no era el mejor siempre me gustó eso de lanzar líneas de código y ver cómo se iban construyendo funcionalidades. De niño pensaba que siguiendo Sistemas en la universidad eventualmente iba a crear mis propios juegos (aún no descarto esa idea). En definitiva mis amigos sabían que si no era un tipo particularmente brillante (encontrando una solución óptima y rebuscada) sí era el que lo lograba de una u otra forma (aunque eso implicase crear el if más anidado de la historia). Así fue que un amigo que para ese entonces había empezado a trabajar como desarrollador para una empresa, me llamó porque tenían un proyecto y necesitaban alguien que sepa desarrollar pero que principalmente aprenda a usar unos componentes que iban a utilizar.

El objetivo del proyecto era crear un software para la venta de entradas para eventos de entretenimiento. Me iban a contratar por 2 semanas y me iban a pagar una cantidad de dinero que en ese momento me pareció increíble. Mi amigo y yo trabajábamos con los lineamientos de un desarrollador que casi nunca estaba y que era quien había creado los componentes. Trabajamos con Visual Basic 6. Al final de las 2 semanas no teníamos ni la mitad del software hecho. Yo me había comprometido a entregar el programa funcionando y no renegocié mi paga. Igual me parecía que era un montón de plata. Al final tuvimos que trabajar super fuerte para lograr que el software esté listo para vender las entradas de un concierto en Cuenca. Y no estaba listo. Salimos a producción llenos de errores y de bugs y de una forma u otra logramos que funcione. Recuerdo que pasamos casi 48 horas sin dormir para que el software llegue a los puntos de venta y se pueda hacer la distribución de las entradas. Al final el software funcionó, hizo su trabajo, me pagaron lo pactado al inicio aunque el proyecto tomó casi 3 meses.

Al final me pidieron algunos cambios y me iban a pagar un valor adicional por hacerlos, pero el proyecto había perdido impulso, la empresa que lo patrocinaba ya no quería trabajar con la empresa que me contrató. Mi ánimo tampoco era el mejor y al final nunca entregué esos cambios, tampoco me los pidieron. Lo último que supe sobre el software fue que una de las personas de la empresa patrocinadora me llamó para que le dé mantenimiento directo al software, y pensando que era poco ético el saltarme de la persona que me había contratado decliné la oferta. También tuve un poco de miedo de enfrentar los problemas potenciales que tenía el software por mi cuenta. Y ahí quedó todo.

Por mi parte lo pasé excelente cuando trabajé en ese proyecto. Conocí a varias personas, hice amigos, pude desarrollar algo real con un pana con el que solamente habíamos hecho proyectos de la universidad que quedaban en nada, me pegué unas buenas amanecidas desarrollando, estuve en un festejo navideño de la empresa, me regalaron un pavo, un par de veces no reunimos a tomar unos tragos, entraba y salía a cualquier hora de acuerdo a mis horarios de clases, viajé a Cuenca, salí a farrear, trabajé como loco para que ese software quede en un estado al menos aceptable. Fue una experiencia tan divertida. Por un soporte que tuve que dar tuve que regresar a Cuenca, cuando ya regresaba una vez que apliqué un parche que mi pana creó en el último segundo estaba en la sala de espera para tomar mi vuelo. Veía a la pista y sentí que todo estaba bien, que realmente podía trabajar con lo que había aprendido, y que lo disfrutaba sin importar todo lo que estaba mal. En ese momento no podía pedir más.

No puedo evitar sonreír al escribir todo esto. Fue una experiencia gratificante de por si. También fue una primera probadita de todas las cosas que se pueden hacer mal en un proyecto, un enfrentamiento con problemas de ética, con fallas de planificación, con ejecución improvisada. También una primera impresión de libertad (en horarios, en tiempos, en dinero) que como guambra que era tiró un poco a libertinaje y que implicó que ni siquiera gane todo lo que pude haber ganado. El siguiente empleo iba a ser todo lo contrario, iba a ser una gran escuela e iba a definir mucho de lo que he hecho hasta hoy. Pero obviamente esa es otra historia que será contada en su momento.

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